Lejos ha quedado aquella imagen de una España llena de grúas que significaban la construcción de vivienda nueva. La crisis económica de 2008 cambió el paradigma del sector inmobiliario, que para más inri se volvió a ver golpeado en 2020 con la irrupción del Covid-19. Hasta tal punto que todavía se están registrando un 20% menos de transacciones que en 2019.
Los problemas que enfrenta este sector han marcado la conversación de la mesa de debate Análisis del mercado del suelo, la vivienda y sus retos de la IV Edición de la Gran jornada de inmobiliaria: Un año de oportunidades para el sector organizada por elEconomista.es. El coloquio ha contado con la presencia de Francisco Pumar, director General de Grupo Insur; Ernesto Ferrer Bonsoms, director de negocio de Real Estate de Solvia; Juan Carlos Bandrés, director general de Grupo Lobe; Isabel Pelegrí Modet, chief of legal, land & Investment en Grupo Inmoglaciar; Óscar Ochoa, director de promociones de obra nueva en GILMAR y Javier Prieto, director de Promociones de LandCo.
Uno de los principales retos que enfrenta el sector en la actualidad es el desajuste que se está produciendo entre la oferta y la demanda, lo que directamente está provocando importantes aumentos de precios. "La escasez de oferta provoca que haya menos volumen de transacciones y con incremento de precios. Hasta que no produzca un cambio con respecto a la oferta vemos que esta situación va a seguir produciéndose", explica el director de negocio de Real Estate de Solvia.
A esto hay que sumarle los plazos que suponen desarrollar obra nueva, unos plazos que no todos los clientes están dispuestos a asumir. "Necesitamos convencer al cliente para que espere un par te daños a tener una vivienda nueva diferente a las que existen en el mercado. El 80% de lo que se vende es vivienda existente. Esto se debe a que la gente no tiene paciencia para esperar a una vivienda nueva", detalla por su parte el director general de Grupo Lobe.
La falta de suelo nuevo se debe, en gran parte, a los problemas administrativos y burocráticos que esto conlleva. "Hemos hecho todo para que no se haga nada. Todo viene de un prejuicio hacia la actividad de desarrollo de suelo. Lo hemos complicado todo enormemente y ahora es un galimatías desarrollar suelo", denuncia el director General de Grupo Insur.
En una línea muy similar se ha pronunciado la chief of legal, land & Investment en Grupo Inmoglaciar: "Cada vez cuesta más conseguir los papeles para cualquier proyecto. Como se tarda mucho en hacer la inversión por las trabas burocráticas la gente no quiere venir. Todo quieren suelo para nadie hace suelo. Se está desarrollando lo que ya se tiene, pero no hay nadie que venda".
Para el director de Promociones de LandCo la solución pasa por simplificar la legislación. "La normativa te bloquea todo. Hay que tomarse muy en serio legislar de otra manera y simplificar los procesos y para eso las administraciones tienen que escuchar a los que se pone que sabemos de esto. Que nos queramos lucrar no significa que seamos especuladores, los márgenes que enfrentamos son casi industriales. El suelo está caso, la construcción está cara y el suelo se está estirando lo que provoca que los márgenes estén muy justos", apunta Prieto.
Pese a que los retos son muchos, el director de promociones de obra nueva en GILMAR prefiere quedarse con la parte positiva de la situación actual. "Yo prefiero fijarme en las bondades, estamos viviendo un momento muy dulce tanto en obra nueva como en general. Claro que hay carencias, pero los promotores están sanados, hay demanda, los proyectos están mejor estudiados que en el pasado, tenemos una industria muy buena... Nos gustaría hacer más, sí, pero estamos en un momento muy dulce y debemos mirar eso, en España se están haciendo muy bien las cosas", destaca.
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