
En 2021, European Geosciences Institution publicó uno de sus últimos informes relacionados con el cambio climática. Así, una de las conclusiones ahí descritas era la posible desaparición bajo el mar de Venecia en 2.100. Y aunque el informe de EGI no lo especifica, lo más probable es que también suceda con ciudades geológicamente parecidas como Bruselas y Ámsterdam. A nivel nacional también encontramos ejemplos como Huelva y Cádiz, si bien no albergan canales como la ciudad italiana, su disposición sedimentaria a nivel de mar hace peligrar su existencia a largo plazo y si el nivel de mar continúa subiendo de manera destructiva.
Pero, que no cunda el pánico, todo lo publicado son predicciones y conjeturas ante el peor escenario posible si no se aplican los remedios adecuados ante la situación medioambiental actual. Mientras tanto el paisaje veneciano será uno de los más bellos para los turistas, un romance que ahora también pueden vivir en la costa Mediterránea: Port Saplaya, 'la pequeña Venecia valenciana' en la pequeña localidad de Alboraya.
"La urbanización que da nombre al puerto abriga sus instalaciones hasta el punto de que los puestos de amarres se sitúan prácticamente en la puerta de las viviendas, lo que le imprime una peculiaridad muy destacada. La dársena presenta actividad durante todo el año, con una importante flota de catamaranes y embarcaciones láser. Cuenta con sede social y restaurante. Junto a sus instalaciones se encuentra una escuela de vela ligera, Velactiva, que ofrece cursos entre julio y septiembre."
De vacaciones o residencia
Hace dos años, la urbanización comenzó a ser conocido debido a que el Ayuntamiento de Alboraya estableció una nueva normativa municipal con el objetivo de mantener la estética de Port Saplaya y evitar colores que no estuvieran en la paleta impuesta: "Al principio se respetaron, pero con la construcción de las fincas se introdujeron otros más llamativos". Lo mismo le sucede al municipio de Aveiro, en Portugal, también conocido como 'la Venecia portuguesa'.
Aunque, más que los canales, lo que llama la atención de esta zona portuaria es el tramo urbanístico construido alrededor del puerto, que es el centro geográfico de la localidad. Porque Port Saplaya está construido alrededor de lo que en un principio era la zona portuaria de Alboraya, a la que ahora solo se puede acceder de manera peatonal o en embarcación.
Es por eso por lo que el urbanismo de la 'Venecia valenciana' es tan particular y curioso: consiste en una o dos líneas de edificación levantadas alrededor de las dos plazas, una en cada extremo de la urbanización (abiertas a un lado y porticadas al otro). Y alrededor de las viviendas, el paseo marítimo, dividido en dos, en la zona norte y en la zona sur.

Así, las primeras viviendas se comenzaron a construir a principios de los '70 y años más tarde ya era considerada zona residencial, siendo sus primeros habitantes empadronados en 1975. Al principio se trataba de una zona vacacional hasta que, con los años, se consolidó como zona de primera residencia, aunque, siendo Valencia, la población aumenta de manera considerable en temporada de verano. Según los últimos datos del INE correspondientes a 2023, el padrón de Port Esplaya se eleva hasta algo más de los 2.000 habitantes.
Aunque, realmente, el encanto de Port Esplaya están en sus coloridas casas, si bien durante todos estos años se han ido incorporando otros colores fuera de la paleta original. En las primeras construcciones estaban permitidos los ocres, rojos y granates, en un guiño al ambiente mediterráneo de la zona, hasta que las nuevas viviendas incorporaron otros colores de tonos azulados y verdosos. De ahí la normativa municipal de limitar los colores de las fachadas, aunque según la Asociación de Vecinos de Port Esplaya ya se incluía una calúsula parecida en los contratos de compraventa de las viviendas de la urbanización.