
Castellana Properties, uno de los grandes propietarios de centros comerciales y parques de medianas de España, apuesta por la energía renovable. La socimi ha creado Castellana Green a través de una joint venture al 50% junto a Sunbird Solar, empresa especializada en soluciones solares y de almacenamiento de energía.
La nueva sociedad destinará a lo largo de los próximos años una inversión total de alrededor 35 millones de euros para la instalación de placas fotovoltaicas en todos los activos de la compañía patrimonialista, ofreciendo así energía verde a sus clientes.
"La capacidad instalada total de nuestros inmuebles asciende a 40 MW", explica Jorge Orondo, Senior Energy & Utilities Manager en Castellana Properties en una entrevista con elEconomista.es.
"Hemos firmado ya una primera fase que superará los 2 MW de potencia para cubrir la demanda de electricidad de las zonas comunes de algunos de nuestros centros y también los primeros contratos con algunos de nuestros clientes", apunta Orondo. Concretamente, en este arranque la socimi ha incluido los centros de Puerta Europa, El Faro, Vallsur, Habaneras y Granaita.
Con esta primera fase, en la que se instalarán las placas en las cubiertas de los centros y las marquesinas de los aparcamientos, se evitará la emisión de 527.855 kilogramos de CO2, equivalentes a la plantación de 1.760 árboles.
Además, "tenemos en estudio algunos centros que requieren de soluciones arquitectónicas más singulares y que podrían sumar una potencia de otros 2 MW, solo para cubrir las zonas comunes de estos activos", apunta el directivo, que destaca que la implantación será progresiva y atendiendo a la demanda de sus clientes que son los inquilinos de cada centro, ya que "vamos a hacer instalaciones a medida".
"Tenemos confianza en que una vez empecemos con los primeros acuerdos y vean el éxito del proyecto se irán sumando más", señala Orondo, que explica cuales son las ventajas de este proyecto para sus clientes.
Lo que diferencia esta iniciativa de otras que hay en el mercado es que será Castellana Green la que suministrará la energía de forma directa a los usuarios, a los que además "no les exigimos ningún tipo de permanencia adicional a la que ya tienen firmada por el contrato de arrendamiento".
Este se trata de un punto clave, puesto que las instalaciones fotovoltaicas tienen una vida útil de entre 25 y 30 años y esto está muy por encima de la duración de los contratos de arrendamiento que se firman en los centros comerciales.
"Lo más difícil a la hora de lanzar este proyecto era encajar las necesidades de las empresas en el sector fotovoltaico con las necesidades de nuestros inquilinos. Los promotores de plantas fotovoltaicas necesitan saber cuando hacen una inversión que va a estar operativa durante ese periodo de tiempo", apunta el directivo.
"Con nuestras zonas comunes no había ningún problema, ya que los centros seguirán abiertos, pero para los operadores si que suponía un conflicto, ya que incluso los que tienen contratos a muy largo plazo tienen ventanas de salida", detalla Orondo. "Nosotros, como especialistas en la gestión de los activos y su ocupación, somos los que asumimos el riesgo de la rotación de los clientes", explica el directivo.
Además, esta energía verde se ofrecerá sin obligación de realizar ninguna inversión inicial y se da la opción de contratarla "a un precio fijo económicamente muy competitivo". "En las conversaciones que hemos mantenido con nuestros clientes estamos detectando mucho interés por la tarifa fija, ya que la inestabilidad que se ha vivido recientemente en el mercado de la electricidad ha puesto en valor la posibilidad de contar con una estabilidad en los precios. Esto les permite alejarse de la volatilidad del precio de la energía y por tanto cerrar presupuestos más certeros", explica Orondo.