
Querer y no poder. La subida de los tipos de interés y el continuo encarecimiento del precio de las casas han empeorado significativamente el acceso a la vivienda de los compradores primerizos, obligando a muchos a seguir viviendo de alquiler. Según ING, el 46% de los inquilinos admite que le gustaría comprar la vivienda en la que residen, pero no disponen de medios económicos para hacerlo.
"Muchos compradores de primera vivienda han tenido que posponer sus planes de adquirir una casa en los últimos meses debido a las crecientes presiones financieras", dice el último informe del banco naranja sobre el mercado residencial español. La dificultad para comprar una primera vivienda inyectará aún más presión al mercado del alquiler, que es incapaz de absorber la elevada demanda, lo que seguirá impulsando los precios al alza.
El informe también se hace eco de los últimos datos sobre el esfuerzo para compar vivienda del Banco de España. En concreto, las familias dedicaron en 2022 una media del 39% de su renta anual disponible a pagar la hipoteca. El resultado está por encima del 30% del año anterior, lo que pone de manifiesto "las dificultades a las que se enfrentan los recién llegados a la hora de adquirir una vivienda".
En este escenario, los expertos consideran que la edad de emancipación de los jóvenes españoles se retrasará aún más. En la actualidad, se sitúa en 30,3 años, lo que ya es significativamente superior a la media de la zona del euro, situada en 26,3 años. España es el cuarto país donde los jóvenes tardan más en abandonar el nido familiar solo por detrás de Croacia (33,4 años), Eslovaquia (30,8 años), Grecia (30,7 años) y a la par que Bulgaria, según los datos de Eurostat correspondientes a 2022. "Es probable que la edad media a la que se abandona el hogar paterno aumente", sentencian.
Precios estancados
A pesar de la fuerte subida de los tipos de interés y del frenazo de la actividad residencial, los precios de la vivienda seguirán subiendo este año en curso. La previsión es que lo hagan un 3%, lo que en términos reales equivale a un estancamiento de facto, teniendo en cuenta la inflación prevista está en el entorno del 3%.
"Varios factores que impulsaron el crecimiento de 2023 se ralentizarán ahora que el efecto de recuperación ha desaparecido, incluyendo el debilitamiento gradual de los aumentos de precios de las viviendas de nueva construcción y la menor demanda de extranjeros que compran una casa en España", dice el texto. Además, la asequibilidad para los compradores de primera vivienda seguirá sometida a fuertes presiones, lo que frenará una mayor subida de precios.
En cuanto a la actividad, las operaciones de compraventa bajaron un 9% en los once primeros meses de 2023, mientras que la concesión de hipotecas registró un descenso aún más acusado, con una caída anual del 18% en octubre.