
El sector de las oficinas avanza en su proceso de transformación impulsado por las nuevas formas de trabajo y las múltiples tipologías de espacios. Todo ocurre en un contexto marcado por el endurecimiento de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), que ha frenado la inversión y la contratación en los últimos meses, aunque se espera que el previsible cambio de rumbo de la institución marque un punto de inflexión en el sector. Según los expertos, las oficinas podrían volver a erigirse como una de las alternativas de inversión más atractivas siempre que los activos atiendan a los nuevos requisitos de calidad y sostenibilidad de la demanda.También deben ofrecer mayor rentabilidad.
En cuanto a las ubicaciones, la atención de los compradores e inquilinos sigue centrada en las dos principales ciudades del país, Madrid y Barcelona, especialmente en las zonas más céntricas.
Otro elemento a tener en cuenta es el incremento de espacios flexibles. De hecho, muchos propietarios están apostando por el modelo de oficinas híbrido para sacar provecho a la creciente popularidad de estos espacios. En líneas generales, se trata de espacios gestionados por una empresa que se alquila durante un periodo acotado de tiempo. Disponen de zonas privadas y comunes -compartidas con otras compañías-, y ofrecen servicios de recepción, atención personalizada e incorporan el mobiliario de oficina. Además, su contratación no requiere realizar grandes inversiones.
La sostenibilidad también es un elemento clave en el desarrollo del sector de las oficinas. En los últimos meses ha crecido la presión por parte de empleados, clientes e incluso del consejo de administración de las empresas para que las oficinas se sumen a la estrategia global de descarbonización.
Más allá de la sostenibilidad, los expertos del sector destacan que la demanda de oficinas busca cada vez más espacios de alta calidad enfocados al bienestar y felicidad de sus empleados. Priman las terrazas, jardines, luz natural, zonas colaborativas o servicios enfocados al empleado, cobran tanta importancia o más que una excelente ubicación.
Los inquilinos seguirán buscando edificios de máxima calidad, por eso, los propietarios de los inmuebles más obsoletos apostarán por adaptar sus edificios. Según un reciente informe de Cushman & Wakefield, más de tres cuartas partes de los edificios de oficinas del Viejo Continente corren el riesgo de quedar obsoletos en 2030, a menos que los propietarios inviertan en mejoras o encuentren usos alternativos para ellos. En esta línea, y según destaca el máximo directivo de la firma en España, los propietarios que inviertan en sostenibilidad, servicios y bienestar para sus ocupantes, "protegerán el valor de sus activos a largo plazo y podrán competir en un mercado cada vez más exigente, ya que estarán en mejor posición para atraer a inquilinos de calidad y mantener altas tasas de ocupación".
Reconversión de edificios
Mención aparte merece la reconversión de edificios de oficinas, que se erige como alternativa para resolver algunos problemas del sector inmobiliario como la falta de suelo o la escasez de vivienda. Precisamente, los cambios de usos tienen un impacto directo en los inmuebles, haciéndolos más competitivos. Ahora bien, se trata de un proceso complejo y riguroso que plantea restricciones urbanísticas y regulatorias, retos arquitectónicos o la propia complejidad técnica del proyecto y que requiere de un análisis caso por caso.
Según datos de CBRE, más de 150 edificios han cambiado de uso en la última década con un "considerable" repunte a partir de 2019. Casi el 90% de los cambios se llevaron a cabo en Madrid y Barcelona, y el 80% tuvieron como uso final living (54%), donde destaca la reconversión a vivienda en compraventa, y hoteles (25%). En superficie, en estos diez años cerca de 220.000 m2 han cambiado de oficinas a living y 164.000 m2 de oficinas a hoteles.