Vivienda - Inmobiliario

¿Por qué es necesario un Ministerio de Vivienda?

Edificio de viviendas en proceso de rehabilitación

Desde Andimac, la principal organización patronal de la reforma y rehabilitación en España, queremos felicitar al Gobierno por la creación de una cartera específica: el nuevo Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, que capitaneará Isabel Rodríguez. Un Ministerio, sin duda, necesario, teniendo en cuenta que la vivienda generó bastantes desencuentros en el anterior gobierno de coalición, que constituye una de las principales preocupaciones para las familias españolas y que el estado de mantenimiento y conservación del parque inmobiliario español presenta tan graves deficiencias.

Puede que haya quien vea en este nombramiento una medida más simbólica que efectiva, pues buena parte de las competencias en vivienda se encuentran transferidas a las comunidades autónomas y los ayuntamientos, una cesión que, para ciertas actuaciones como las vinculadas a la rehabilitación, debería quizá replantearse de alguna manera. Sin embargo, la escisión del Ministerio de Transportes refleja el peso que pretende darle el Ejecutivo en la próxima legislatura.

En Andimac creemos tristemente que en España nunca ha habido una auténtica política de vivienda. En estos momentos, considero que la clave pasaría por aumentar el número de viviendas de compra y alquiler a un precio asequible sobre todo, para los ciudadanos que más lo necesitan, evitando de paso generar un enorme castigo a los jóvenes. A mi juicio, el aumento de ese stock también está relacionado con eficaces políticas de reforma y rehabilitación a las que tanto protagonismo se concedió en la elaboración del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).

En su discurso de toma de posesión, la Ministra dijo que se quería centrar en defender a los pequeños propietarios, y esto implica también a la rehabilitación, porque nadie es más pequeño propietario que aquel cuyo patrimonio se concentra en su vivienda. Y su envejecimiento, la obsolescencia a la que tienden los edificios, va a erosionar precisamente la riqueza de todos los ciudadanos. Por eso urge una política decidida, efectiva y transformadora.

Sin embago, España precisa de una ambiciosa política para poder cumplir el objetivo de rehabilitar medio millón de hogares hasta agosto de 2026. De esto queremos hablar. De que más del 80% del parque edificado en España se encuentra en las clases energéticas certificadas más bajas; de que no cumple con los estándares de eficiencia energética establecidos por la Unión Europea a partir de 2030.
Y de que las últimas noticias que nos llegan no son especialmente alentadoras, pero sabemos que tienen remedio si se trabaja con ambición y determinación. Además durante la próxima década, cerca de 10 millones de viviendas tendrán entre 70 y 90 años, todas del desarrollismo.

Edificios hoy integrados en el corazón de las ciudades que si no se cuidan de forma efectiva, serán generadores de múltiples problemas. Hay que agilizar la canalización y ejecución de fondos europeos que, de acuerdo con diversos organismos de sobrada solvencia, no están llegando a la economía real y no están siendo solicitados por ciudadanos y empresas, por lo que corren el riesgo de desperdiciarse. En este punto, necesitamos un cambio cultural, ya que el patrimonio inmobiliario supone el 72% de la riqueza de los españoles, pero la tasa de rehabilitación apenas llega al 0,12% del parque, cuando debiera situarse en el 1,2%.

Y continuando con el Plan de Recuperación, confiamos en que el Ministerio de Vivienda inicie sin mayor dilación otro de sus retos: la elaboración de los Libros del Edificio Existente, un documento técnico que incluye un diagnóstico de cada bloque de viviendas y un plan de actuaciones que ayudará a los propietarios a garantizar el buen estado del edificio para las próximas décadas, lo que evitará el peligroso envejecimiento del parque inmobiliario español.

El PRTR apuesta de manera inteligente por "subvencionar la implantación y generalización del Libro del Edificio existente". Y una vez se acaben los fondos, si es que empiezan a rodar, el ministerio deberá trazar una hoja de ruta ambiciosa que será el verdadero reto. Y todos los agentes debemos comprometernos en su éxito y la administración fajarse en dialogar con los agentes privados y colaborar en el desarrollo de un ecosistema de rehabilitación dinámico en España.

En este sentido, desde Andimac ya hemos propuesto agilizar los fondos europeos para pasar la 'ITV' a los edificios más antiguos y hemos pedido sancionar a los ayuntamientos que no lo hagan, reclamando a las distintas administraciones públicas más agilidad y transparencia en el programa de ayudas a la rehabilitación en general y la elaboración del Libro del Edificio en particular. No vamos a negar nuestra preocupación por el déficit estructural que en materia de rehabilitación caracteriza a nuestro país, donde cerca del 55% del parque edificado es anterior a 1979 y alrededor del 21% tiene más de 50 años de antigüedad. Para más inri, a partir de la próxima década la gran mayoría de ellos no podrán salir al mercado por no cumplir los requisitos mínimos en materia de eficiencia energética.

En este contexto, la falta de conocimiento por parte de la sociedad respecto a la importancia de rehabilitar sus propiedades tanto en términos económicos como de su propia seguridad puede tener un peso notable en el fracaso histórico de las políticas de rehabilitación. Y para suplir esa falta de conocimiento e información y agilizar el acceso a las ayudas comunitarias, la labor del nuevo Ministerio también puede resultar determinante.

Respecto a todo el abanico de ayudas, líneas financieras o subvenciones, creemos que es necesario informar, simplificar y concienciar. Existe un abismo increíble entre unas líneas de subvención muy sencillas de cumplir frente a otras tremendamente complejas y burocráticas. Un gap que provoca importantes y peligrosas distorsiones en el medio y largo plazo, distorsiones que favorecen la desigualdad tanto entre los territorios como dentro de los mismos, en función de las capacidades de cada administración para moverse por esta maraña burocrática.

Es por eso que, desde Andimac proponemos a Isabel Rodríguez una Política de Estado de Vivienda. Una política que, entre sus pilares, destaque un ambicioso programa de rehabilitación dirigida a mejorar la eficiencia energética y condiciones de confort y salubridad durante las próximas décadas.
Y es que la amenaza de recesión a nivel global o las restricciones hipotecarias debido a los elevados tipos de interés que han causado un descenso en el número de contratos firmados deberían ineludiblemente despertar el interés por la reforma y la rehabilitación del parque. Una actividad que tiene que ver con la eficiencia energética, el respeto al medio ambiente y la lucha contra el cambio climático; un sector vinculado con la seguridad de los habitantes de un hogar, ya que los bloques envejecen y los materiales, aunque no se perciba, pueden agotar su vida útil y colapsar. Millones de edificios erigidos en la etapa del desarrollismo se encuentran en esta situación.

No sólo es que el nuevo Ministerio vaya a ser responsable de impulsar las medidas necesarias para levantar las 183.000 viviendas que anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Es que del nuevo Ministerio pueden depender algunas medidas que marcarán el devenir económico y el bienestar social de tantos y tantos españoles.

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