
Comprarte una casa por menos de lo que cuestan muchas plazas de garaje en Madrid, o por un importe que te permitiría adquirir hasta una decena con el presupuesto medio de una vivienda nueva en España. Y todo, en un país referenciado y admirado por muchos por su cultura. Japón desde luego es diferente, ¿Pero tanto?
El país del sol naciente cuenta desde hace décadas con un problema anquilosado de antiguas propiedades rurales, denominadas akiyas, que se han ido abandonando conforme ha envejecido su población y se ha producido un éxodo hacia las grandes ciudades.
Desde hace un tiempo, estas casas abandonadas pueden ser adquiridas a precios de ganga, y aunque la población local suele rehusar de ellas para acudir a viviendas más modernas, se han convertido en un objetivo de aquellos que buscan invertir en una casa en el país nipón.
¿Cómo son las akiyas?
La mayoría de estas viviendas están ubicadas en zonas rurales y han permanecido desocupadas durante años. La cifra de casas sin ha aumentado de forma considerable desde que se realizase la última encuesta realizada por el Gobierno japonés en 2013. De este modo, el número de viviendas que no tienen ocupantes ha alcanzado ya 1 de cada 10 viviendas en Japón, estimándose en millones de ellas de muy diversos tipos y condiciones.
Uno de los principales motivos por los que existen tantas akiyas en Japón es el envejecimiento de su población. Según datos del gobierno japonés, en 2020 alrededor del 28% de la población tenía más de 65 años, y se estima que para 2060, este porcentaje aumentará hasta el 39%. Este envejecimiento de la población ha provocado un éxodo de las áreas rurales hacia las ciudades, dejando un gran número de casas vacías y en desuso.
A medida que la población japonesa envejece, también disminuye la demanda de viviendas en áreas rurales. Muchos jóvenes se trasladan a las ciudades en busca de mejores oportunidades laborales y de estudio, lo que provoca un abandono de las zonas rurales y, en consecuencia, un aumento en el número de akiyas.
El mercado de las akiyas
A pesar del desinterés de los japoneses por las casas usadas, en los últimos años ha habido un aumento en la demanda de akiyas por parte de extranjeros. Muchos de ellos ven en estas viviendas una oportunidad única para adquirir una casa en Japón a un precio muy asequible. Según informa The New York Times, algunas akiyas se están subastando o vendiendo a precios muy bajos como parte de un esfuerzo por revitalizar las zonas rurales del país.
Por ejemplo, en 2017, una pareja de extranjeros compró una akiya por 23.000 euros, mientras que otro propietario adquirió su casa por tan solo 1.800 euros de la época en 1973.
Ahora, muchas de estas construcciones pueden ofrecerse por precios que rondan de los 30.000 a los 50.000 euros, y otras más baratas pero en un estado cercano al derribo, por importes bastante inferiores.
Todo esto ha provocado un repunte del interés con el fin de reformarlas. The New York Times recogía el caso de varios norteamericanos que se han mudado a Japón para teletrabajar y empresas turísticas que ahora las ofrecen como estancias rurales.
Además, muchos municipios japoneses ofrecen subvenciones y ayudas económicas para aquellos que decidan comprar y reformar una akiya. Estas subvenciones pueden cubrir hasta el 50% de los gastos de mantenimiento y reforma de la vivienda, lo que hace que la inversión sea aún más atractiva.
Su compra requiere de intermediaros locales
Eso sí, adquirir una akiya en Japón puede ser un proceso complicado, especialmente para aquellos que no están familiarizados con el sistema legal y burocrático del país.
De ahí que contratar un agente inmobiliario local en la búsqueda de una akiya se convierta en algo fundamental, ya que conocerá las propiedades disponibles y podrá asesorar sobre las subastas y ventas.
Los japoneses no quieren casas de segunda mano
Otro factor que ha contribuido al fenómeno de las akiyas es el desinterés de los japoneses por las casas usadas. Para muchos japoneses, una casa usada es sinónimo de problemas y gastos adicionales, ya que prefieren comprar casas nuevas en lugar de reformar las ya existentes. Además, en la cultura japonesa existe un cierto estigma asociado a las viviendas que han sido habitadas por otras personas, lo que hace que las akiyas sean poco atractivas para los compradores locales.
Aunque el fenómeno de las akiyas no muestra signos de desaparecer en el corto plazo, las iniciativas gubernamentales y el interés de los extranjeros por estas casas podrían ayudar a revitalizar las zonas rurales de Japón. Además, el gobierno japonés está trabajando en programas para fomentar el retorno de los jóvenes a las áreas rurales y en la promoción de un turismo sostenible que genere empleo y beneficios económicos en estas regiones.