La capital de la Toscana, Florencia, va a poner punto y final a los alquileres turísticos tipo Airbnb en el centro histórico de la ciudad, a los que se les va a dedicar una identificación específica.
La medida, que no tiene efecto retroactivo, está aplicada para nuevos alquileres turísticos de corta duración en toda la zona declarada por la Unesco como patrimonio de la humanidad, correspondiente al distrito 1 de la capital toscana. Al mismo tiempo, todas las personas que tengan una segunda vivienda en este barrio histórico en régimen de alquiler turístico, estará exento del impuesto de bienes inmuebles (IMU por sus siglas en italiano) durante tres años si lo convierten en alquileres convencionales.

El alcalde de Florencia, Dario Nardella, aseguró que esta ley es "jurídicamente atrevida" pero reiteró que "podremos defenderla". El dirigente municipal aseguró que "si no tratamos de tomar acciones políticamente disruptivas, nadie se mueve". Nardella fue tajante al asegurar que "estamos cansados de anuncios" y recalcó que el problema de la vivienda y los alquileres turísticos, tanto en Florencia como en Italia en general, "es algo estructural y ya somos varias ciudades las que encabezamos iniciativas para atajar esta emergencia social". Con tal motivo, su plan es usar las reducciones fiscales para que los propietarios "quieran colaborar y volver a poner sus viviendas en el mercado". Según los datos municipales, un piso medio de alquiler turístico en el centro histórico de Florencia paga de IMU 2.000 euros al año al ser una segunda residencia.
Esta medida de Nardella choca de lleno con la planteada por la ministra de Turismo de Italia, Daniela Santanchè, que propone limitar el número de noches y crear un registro nacional de pisos turísticos para evitar la economía sumergida y la competencia desleal. El propio alcalde florentino aseguró que está "abierto a dialogar y nuestra voluntad de colaborar se mantiene. Compartimos el mismo objetivo que es hacer frente el turismo sobredimensionado, salvaguardar la vivienda y evitar la despoblación".
Por lo pronto, la ministra de turismo convocó este martes a los alcaldes de las principales ciudades turísticas del país, entre las que está Florencia, para abordar este tema. El alcalde de Milán, Giuseppe Sala, aseguró que la medida de la ministra es "un poco tibia" y el alcalde de Florencia reiteró que la propuesta de Santanchè "no contiene ninguna herramienta útil y efectiva para abordar el tema de la vivienda, los altos precios del alquiler y los flujos turísticos".
Para Nardella, lo único que tiene de bueno la ley Santanchè es el censo. Por otro lado criticó el límite de alquiler a dos días: "No sirve de nada en una ciudad como la nuestra donde la estancia media de los turistas es de 2,9 noches". Además aboga por imponer sanciones económicas, cosa que el documento de la ministra no recoge. Finalmente, el alcalde criticó la "centralidad" de la ley de Turismo: "ignora a los alcaldes y la gestión municipal, al contrario de lo que sucede en otros países europeos como Francia, España y Holanda".
Por el momento, está previsto que este plan operativo entre en vigor a finales de este año aunque el alcalde anunció que "para reforzar el bloqueo" pidió a la oficina de Urbanismo del Palazzo Vecchio una norma de salvaguarda para impedir "desde ya" la subcategoría de residencia de alquiler turística de corta duración en la "zona Unesco". Por tanto, ya no se pueden abrir nuevos pisos turísticos a través de plataformas como Airbnb en el centro histórico.