
El reloj de la obsolescencia marca a las oficinas del Viejo Continente europeas. Más de las tres cuartas partes de los edificios de oficinas de Europa corren el riesgo de quedar obsoletos a finales de esta década, es decir, en 2030, a menos que los propietarios inviertan en mejoras o encuentren usos alternativos para ellos. Así lo revela el informe European Obsolescence elaborado por Cushman & Wakefield, que se basa en el análisis de 218 millones de m2 de oficinas en 11 de los principales países europeos.
"Para los propietarios de oficinas, no hacer nada ya no es una opción. Y cuanto antes lo hagan, mejor", afirma Javier Bernades, director de Oficinas de Cushman & Wakfield en España. Según Bernades, "los propietarios que inviertan en sostenibilidad, servicios y bienestar para sus ocupantes, protegerán el valor de sus activos a largo plazo y podrán competir en un mercado cada vez más exigente".
Según el informe, factores como el trabajo híbrido, las nuevas demandas de los ocupantes, la mayor acción legislativa en materia de sostenibilidad por parte de los gobiernos europeos, o la incertidumbre en el contexto económico obligan a acelerar esta modernización de los activos. La incorporación del trabajo híbrido ha llevado a los ocupantes de oficinas a buscar lugares de trabajo de mayor calidad que cumplan con los últimos estándares ambientales, de bienestar y de conectividad digital.
Entre 2019 y 2022, los activos con mejores estándares y certificaciones representaron un 54% de la demanda total de oficinas y se espera que esa tendencia se intensifique a medida que la demanda supere la oferta en muchos mercados, sobre todo en Praga, Budapest, Milán, Varsovia, Madrid, Barcelona y Londres. El informe destaca que, en España el espacio de calidad ha representado un 64% de la absorción total, siendo del 56% en el periodo anterior.
Tanto en términos de legislación como de expectativas de los ocupantes, las oficinas por debajo de un cierto nivel de rendimiento energético "están bajo amenaza de obsolescencia legal, por lo que se está instando a los propietarios a actuar ahora para mitigar el impacto en sus carteras", señalan desde Cushman & Wakefield.
Un stock con más de 30 años
Alrededor de la mitad del stock de oficinas existente en Europa tiene más de 30 años y solo el 14% se ha construido o modernizado en la última década. El análisis de Cushman & Wakefield estima que solo alrededor del 24% del stock actual, construido en los últimos diez años, se adapta al uso de la oficina moderna y tiene una gran demanda; el 62% requiere reposicionamiento para evitar el deterioro; y un 14% son oficinas no actualizadas, ya obsoletas para el mercado. En España, el 53% del stock se construyó antes del año 2000 y solo el 14% se ha construido o reformado en los últimos 10 años.