
La edad media a la que los españoles adquieren su primer hogar es más elevada que la de la mayoría de países europeos. Sin embargo, hay varias maneras por las que se les puede apoyar para acelerar el proceso.
Una de las variables a la que más importancia dan los bancos es la edad. Esto puede conllevar a que, en el caso de que una persona bastante joven acuda a su entidad bancaria para solicitar un préstamo hipotecario, esta decida examinar con lupa al solicitante antes de decidir si le concede la ayuda.
Pero sus progenitores, o algún otro familiar, tienen la posibilidad de adquirir dicho inmueble para él. En este escenario, podrán transferirle el inmueble cuando el joven cuente con un contrato laboral fijo, y por tanto con cierta estabilidad económica.
Los problemas del traspaso
La Ley Hipotecaria en España permite traspasar un préstamo de una persona a otra. Sin embargo, esta operación cuenta con dos requisitos: el primero es la comisión que el banco suele requerir para llevar a cabo los trámites; el segundo, el estudio que la entidad realiza sobre el perfil de la persona a la que se destina el préstamo hipotecario.
Cuando se adquiere una casa de segunda mano, también se puede llevar a cabo este procedimiento: el vendedor normalmente traspasa el inmueble, y con este la hipoteca, al comprador, con la aprobación del banco. Esto evita que se deba cancelar el préstamo para vender una vivienda.
Si se da el caso de que una pareja comparte su hipoteca, y sus miembros se separan, ello resultaría en que uno de los cónyugues se saliese del contrato hipotecario. Esto se puede llevar a cabo modificando el préstamo.
Así se realiza el traspaso
El cambio de titular de una hipoteca implica modificar el contrato, esto es, negociar las nuevas cláusulas para el préstamo desde ese momento en adelante, con la entidad bancaria. Esto se denomina subrogación del deudor.
La subrogación puede suponer el endurecimiento de los avales, así como un cambio en el tipo de interés o en la duración del préstamo. El banco propiciará estas nuevas condiciones si considera que el nuevo propietario cuenta con menor solvencia que su antecesor.
El coste de la operación
Entonces, antes de realizar el traspaso de la hipoteca se modificarán las cláusulas que contiene el contrato vigente. Dicho procedimiento suele ir acompañado del cobro de una comisión por el banco, cuya cantidad (que debe aparecer reflejada en el documento) comprende un porcentaje que suele ser menor que el 1% del capital pendiente de amortizar.
También hay que añadir los costes que implica el nuevo registro, y los cuales abonará el cliente del banco en su totalidad. El mismo debe aportar el 50% de los gatos de notaría, pues la otra mitad correrá a cuenta de la entidad.
Por último, el banco puede requerir una nueva tasación de la vivienda en cuestión. Esto es algo que no tiene por qué suceder siempre, pero que si se produce será una vez más pagado íntegramente por el titular del crédito hipotecario.