Abengoa ha llegado a dispararse este miércoles hasta un 14% después de que su consejo de administración acordase a última hora del martes destituir a José Domínguez Abascal como presidente. Pero la realidad de la compañía en bolsa es otra: desde que solicitase el preconcurso de acreedores, el pasado 25 de noviembre, sus títulos pierden ya más de un 80%, unos 10 millones de euros al día, a solo 18 sesiones de que anuncie si finalmente acude al concurso de acreedores o, por el contrario, salva su futuro con un plan de viabilidad y la reestructuración de su deuda.
Antes de que Abengoa se declarase en preconcurso de acreedores, la acción cotizaba en los 0,89 euros y la compañía alcanzaba un valor bursátil de 875 millones de euros. Hoy su precio apenas alcanza los 0,14 euros y su capitalización ronda los 173 millones, unos 700 millones menos. Y todo ello, a menos de un mes de que termine el plazo legal para acogerse al concurso de acreedores dando lugar a una de las quiebras más grandes que recuerda España o para salvar su futuro con un plan de viabilidad que evite la quiebra. Será el 28 de marzo.
Precisamente, para facilitar esta última tarea, el consejo de administración de la compañía decidió el martes a última hora realizar distintos cambios en su cúpula directiva, que alejan a la familia que fundase la empresa de la nueva Abengoa.
El consenso de mercado recogido por Bloomberg sitúa ahora la valoración de Abengoa en los 0,43 euros, más de un 50% por debajo que antes de que solicitase el preconcurso de acreedores. Su recomendación, no obstante, sigue siendo de venta para los expertos.