Viaje de la semana

Los alojamientos más singulares para dormir en Túnez

Como en cualquier destino turístico que se precie, la oferta de hoteles en Túnez es abundante y diversa, con alternativas para los distintos bolsillos. Sin embargo, este país mediterráneo sorprende al visitante con otros alojamientos que destacan por su singularidad. Echemos un vistazo a algunos...

La cultura de los beduinos se puede descubrir de primera mano pasando una noche al raso en el Sahara. El Campamento Zmela se encuentra rodeado de dunas en la puerta del Grand Erg Oriental, sumergido en la calma más absoluta, ofreciendo una atmósfera perfecta a aquellos que buscan paz y tranquilidad bajo un límpido cielo estrellado. El personal cuida de cada detalle para asegurar el confort de los huéspedes. Los viajeros podrán disfrutar de la cocina tradicional y sentirse como auténticos habitantes del desierto.

El Camp Yadis Ksar Guilane se sitúa en el interior del oasis del que recibe el nombre. Sus sesenta jaimas de lona y piedra cuentan con baño privado, aire acondicionado y calefacción. Una impresionante piscina natural completa el conjunto, convirtiendo en un verdadero lujo la estancia en el desierto. Además, el complejo cuenta con un restaurante que ofrece cocina del sur de Túnez y ofrece actividades en el desierto: expediciones, paseos en camello, visitas a los restos militares de la II Guerra Mundial, etc.

La Ruta de la Seda, el trayecto de comerciantes más famoso de la Historia, atravesaba Túnez. Uno de los lugares preferidos para descansar de las caravanas que lo transitaban estaba junto a la medina de Houmt Souk (Djerba), en una posada que a día de hoy aún se conserva, ahora conocida como el Hotel Arischa. Perfectamente equipada, sus habitaciones deleitan a los clientes con la historia y artesanía que la decora al más puro estilo tunecino.

En la región central del país es posible dormir dentro de las increíbles casas trogloditas, viviendas construidas en el interior de cuevas, que sirvieron de escenario para algunas escenas de Star Wars. Atesoran siglos de antigüedad y están completamente acondicionadas, pero conservando el encanto de su origen. Los que visiten Matmata pueden pernoctar en Sidi Driss o en Au Trait d'Union, alojamientos cuyas habitaciones se sitúan en estas curiosas casas.

En Tozeur se puede descansar en un oasis, en coquetos bungalows de Diar AbouHabibi construidos en altura en mitad del palmeral. Cada uno incluye su propia terraza, donde disfrutar del desayuno tradicional que se sirve cada mañana. Su máxima preocupación es el respeto por el entorno, por lo que aquí los viajeros se encontrarán en plena naturaleza.

También enclavado en un paraje natural perfectamente conservado, la granja ecológica Zaghouan, en Hammamet, reposa a los pies de las montañas tunecinas, con maravillosas vistas al mar y las llanuras. Allí se mantiene el estilo de vida rústico del campo, con cultivos de flores, bosques de almendros y otros cultivos, que aportan un sabor inigualable a los platos que allí se sirven.

Más información:
www.turismodetunez.com

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