
El crecimiento de los últimos años ha permitido recuperar los niveles de renta per cápita previos a la crisis y reducir el desempleo, pero "la realidad económica presentaba, en 2016, mayor desigualdad" y "menos oportunidades" que en 2007. "Estamos 15 puntos porcentuales por debajo en oportunidades de renta y más de 20 puntos en empleo", afirmó Antonio Villar, catedrático de la Universidad Pablo de Olavide en la presentación del informe 'Oportunidades de empleo y renta en España 2007-2016', elaborado por la Fundación Ramón Areces y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). "Probablemente, estábamos mejor en 2007", subrayó Villar.
En concreto, el estudio recoge "un desplazamiento de la población desde grupos con mayores rentas hacia los más desfavorecidos". La clase media-alta se redujo un 18,8 por ciento yla media, un 11,2 por ciento, mientras que el grupo de personas en situación de pobreza aumentó un 21,5 por ciento.
El caso de la Comunitat Valenciana, sin embargo, presenta claras diferencias respecto a la media nacional, ya que se polarizan los grupos de población. Aumenta un 17,4 por ciento el grupo de las personas más pobres, pero también lo hace, en un 11,4 por ciento, el de los más ricos. La clase media y la clase media baja experimentan descensos del 20,1 por ciento y del 3,1 por ciento, respectivamente.
Cataluña es la autonomía que registra un mayor aumento del grupo de hogares más pobres, del 51,5 por ciento entre 2007 y 2016, y la mayor caída en hogares de clase media alta, del 40,7 por ciento.
El grupo de población con peor evolución es el de jóvenes entre 16 y 30 años, "cuya recuperación se está produciendo mucho más lentamente", se lamentan los autores del informe, los investigadores Carmen Herrero y Antonio Villar, y el economista Ángel Soler. Este grupo de ciudadanos ha duplicado su peso en el segmento con menos recursos, del 21,31 por ciento al 45,7 por ciento, y, en cuanto a las oportunidades de empleo, "el deterioro alcanza el 60 por ciento", explicó Villar.
El informe alerta de que "el desempleo de larga duración -más de dos años- está manifestando una enorme resistencia a disminuir".
Andalucía, Canarias y Extremadura son las regiones más alejadas de la media en condiciones laborales, y que "más han empeorado". Cataluña está "mejor que la media", pero "por debajo de 2007".
Pérdida de empleos
La pérdida de puestos de trabajo ha sido el aspecto más importante de la crisis económica, llegando a alcanzar a más de la cuarta parte de la población activa en 2013, y sigue siendo uno de los elementos más preocupantes del panorama económico español. Para analizar las consecuencias de la crisis sobre las oportunidades de empleo, el informe estudia la evolución del mercado de trabajo tomando en cuenta no sólo los niveles de empleo, sino también la distribución de los trabajadores empleados según el tipo de contrato (indefinido o temporal) y la distribución de los trabajadores desempleados según la duración del paro (corta, media, larga y muy larga).
De acuerdo con esta valoración, en el año 2016 las oportunidades de empleo eran un 20% peores a las que había en 2007. En el caso de los jóvenes menores de 30 años ese deterioro de las condiciones de empleo alcanza el 40%. En 2007 casi el 50% de los menores de 30 años tenía trabajo indefinido, mientras que en 2016 este porcentaje no llegaba al 30%.
Por su parte, la Comunitat Valenciana presenta niveles de recuperación superiores a la media, ya que el descenso en las oportunidades de renta ha sido del 10,8%, aunque llegó a alcanzar un deterioro del 27,2% en el año 2013.
Resultados por CC.AA.
Por comunidades autónomas, Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha y Extremadura son las que presentan los impactos más destacados de la crisis sobre el mercado laboral y además son las que muestran tasas de recuperación más débiles (sus condiciones laborales cayeron más de 35 puntos en 2013 con respecto a 2007 y todavía en 2016 se situaban más de 25 puntos por debajo).
La Comunitat Valenciana y Murcia también han sufrido un impacto muy fuerte de la crisis, con una pérdida también cercana a los 35 puntos en las oportunidades de empleo en 2013, pero han logrado recuperarse más rápidamente y en 2016 habían recortado a 22 puntos la distancia con respecto a las condiciones de trabajo de 2007
Por su parte, Cantabria, Madrid, Navarra, País Vasco y La Rioja presentan los mejores comportamientos tanto en términos de capacidad de absorción del impacto de la crisis (menor deterioro de su mercado laboral) como en términos de su capacidad de recuperación (resiliencia).
Si comparamos la situación relativa en cada año con respecto a la media nacional, observamos que Andalucía, Canarias y Extremadura son las regiones que están más alejadas de la media y cuya posición relativa más ha empeorado desde 2007. Por el contrario, Aragón, Baleares, Cantabria, Madrid, Navarra, País Vasco y La Rioja son comunidades con mercados laborales mejores que la media nacional, que han sufrido relativamente menos durante la crisis y que se encuentran en 2016 en una posición relativa mejor de la que tenían en 2007.
Cataluña también se encuentra mejor que la media, pero está en una posición relativa ligeramente por debajo de la de 2007. Por su parte, la Comunitat Valenciana se sitúa por debajo de la media, aunque su posición relativa no ha variado con respecto a 2007.
"Diferencias muy destacadas"
En cuanto al estudio sobre la evolución de la renta, la pérdida de niveles de renta refleja, además de la caída de la renta por unidad de consumo –que ya se ha recuperado-, el desplazamiento de la población de los tramos más altos de renta hacia los más desfavorecidos. Aunque en todas las autonomías, en el periodo analizado, se incrementa el porcentaje de población en el grupo más pobre, las diferencias regionales son muy destacadas.
Cataluña es la autonomía que registra un mayor aumento del grupo de hogares más pobres, hasta un 51,5% de incremento entre 2007 y 2016. Le siguen Baleares y Canarias, donde el grupo de más desfavorecidos se ha elevado un 46,8% y un 43%, respectivamente. Por el contrario, en Extremadura y Cantabria el porcentaje de hogares con menores ingresos solo creció un 3,6% y un 3,4%, respectivamente.
Al mismo tiempo, se observa una reducción del porcentaje de hogares de clase media alta. Cataluña vuelve a ser, en este caso, la comunidad que registra los valores extremos, con una caída del 40,7% entre 2007 y 2016 seguida de Baleares, Navarra, Canarias y Cantabria, todas ellas con descensos superiores al 25%.
En general, se observa un efecto desplazamiento de la población desde los grupos con mayores rentas hacia los grupos más desfavorecidos, excepto en el caso, de Comunitat Valenciana, Aragón y, en menor medida, País Vasco y La Rioja, donde aumenta tanto el grupo de ricos, como el de pobres, creciendo de este modo la desigualdad en detrimento de una distribución más igualitaria de la renta. En concreto, el grupo de personas con mayores ingresos crece un 11,4% en la Comunitat Valenciana, mientras el de personas más desfavorecidas lo hace en un 17,4%.
El desigual impacto de la recesión sobre las distintas comunidades autónomas se observa también en el análisis de la proporción de la población que tiene al menos la renta per cápita de España en 2007 en cada uno de los años estudiados. Así, aunque en todas las comunidades y en la media nacional (-14%) se aprecia una caída, Baleares, Cataluña y Canarias experimentan un descenso superior al 20%. Por el contrario, Cantabria, Castilla y León, País Vasco y La Rioja presentan caídas muy inferiores a la media nacional. La Comunitat Valenciana se encuentra ligeramente mejor que la media, ya que el porcentaje de población con renta igual o mayor que la renta per cápita de 2007 se ha reducido un 12%.
Recomendaciones de los expertos
Para afrontar los problemas que revela el informe, los autores recomiendan tomar algunas medidas como:
1. Diseñar estrategias específicas para combatir el desempleo de larga duración.
2. Establecer medidas de inserción estable de los jóvenes en el mercado laboral.
3. Reactivar políticas sociales en materia de vivienda, apoyo escolar, becas, asistencia a personas mayores, etc. que mitiguen los efectos del desplazamiento de grupos sociales hacia la parte más baja de la distribución de renta, donde muchos hogares se encuentran al límite de la pobreza, pese a tener empleo, surgiendo la clase social de "trabajadores pobres".
4. Abordar el modo de mejorar los resultados del sistema educativo en una doble dimensión: mejora de las capacidades (tanto conocimientos como habilidades) y mejora de la equidad.
5. Por último, recuperar y aumentar los niveles de inversión en investigación y desarrollo para que, en el futuro, nuestro sistema productivo pueda hacer frente a los enormes cambios del entorno económico.