Comunidad Valenciana

Corredor Mediterráneo: Una gran red ferroviaria para vertebrar España y Europa

El Corredor Mediterráneo ferroviario se ha convertido en símbolo de unidad de esfuerzos y estrategias, al margen de intereses políticos y económicos particulares, en una semana protagonizada por el debate sobre la vertebración del territorio abierto por la intención de Cataluña de declarar unilateralmente su independencia.

Con un trazado que recorre desde Algeciras hasta la frontera francesa, el Corredor ha logrado concentrar los esfuerzos del grueso del sector empresarial -sin distinción de sectores-, de las diferentes fuerzas políticas –independientemente de su color– y de los principales representantes de la sociedad civil –sindicatos, universidades y organizaciones de diferentes ámbitos– al servicio de un objetivo común: el impulso a la construcción de un eje ferroviario que servirá no sólo para mejorar la conexión y vertebración entre los territorios españoles, sino entre España y el resto de Europa.

Un frente común en el que la Comunitat Valenciana ha asumido el liderazgo, tanto en el ámbito político como en el económico, con una estrategia clara: dar visibilidad a una infraestructura clave para la mejora de la competitividad, el crecimiento del sistema productivo, de la exportación y la atracción de inversiones y lograr el mayor respaldo posible a su favor.

El acto celebrado el 3 de octubre en Madrid, organizado por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) -lobby que reúne a los cien principales líderes empresariales valencianos, que tiene como máximos exponentes a Vicente Boluda, presidente de Boluda Corporación Marítima, y Juan Roig, de Mercadona- sirvió para escenificar esa unidad social, económica y política por el Corredor, con 1.500 participantes de todos los puntos de España y el resto de Europa.

Desde el punto de vista político, el Gobierno valenciano, liderado por Ximo Puig, ha convertido este eje en una de sus principales batallas, coordinando al resto de regiones, y ha sido el principal interlocutor público frente a un ministro de Fomento receptivo y comprometido con el proyecto, al contrario que sus antecesores.

Pero, sin duda, ha sido la fuerte apuesta del empresariado valenciano, que lanzó hace casi un año una ambiciosa campaña, la que ha supuesto el despegue definitivo de una red ferroviaria relegada, de manera reiterada, a un segundo plano en las inversiones estatales, a pesar de ser considerada por la Unión Europea como una "infraestructura prioritaria".

El Corredor atraviesa, en España, unos 1.300 kilómetros, por regiones que centran el 50 por ciento de población; 45 por ciento del PIB; el 47 por ciento del tejido productivo, el 46 por ciento del empleo y el 51 por ciento de la exportación. El mayor grado de ejecución se da en Cataluña, a pesar de lo cual, sus empresarios no han dudado en participar en los actos reivindicativos, conscientes de que las sinergias e impactos positivos serán mayores cuanto mayor sea el alcance y el tráfico.

Un gran proyecto que cohesiona territorios y conecta a las personas en el tren hacia una Europa unida, donde se generen más riqueza, empleo y bienestar para todos.

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