La Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO) se ha presentado hoy, último día de plazo, al concurso para la prestación asistencial integral oncológica de la Generalitat Valenciana. La entidad y la Conselleria de Sanitat parecen condenadas a entenderse, puesto que las condiciones impuestas en la licitación no han hecho posible más ofertas y los centros públicos no pueden asumir la cobertura de todos los enfermos hasta ahora atendidos por el IVO. Sanitat exige que el servicio lo preste una entidad especializada sin ánimo de lucro, excluyendo a empresas. El contrato se plantea por tres años, con 53,78 millones anuales.
El Instituto -a cuya dirección ha vuelto Manuel Llombart, conseller de Sanitat con Fabra- impone dos condiciones, centradas en el principal punto de conflicto, que llevó al IVO a plantearse no acudir al concurso: la imposibilidad de los pacientes de elegir centro donde ser tratados, con la obligación de ser referidos por el sistema público.
Esta limitación ya ha provocado que, desde el 1 de enero, cuando expiró la última de las prórrogas del concierto del IVO con Sanitat, la llegada de nuevos pacientes se haya reducido en torno al 40 por ciento. Según la entidad, el 88 por ciento de los enfermos oncológicos elige ser tratado en este centro, referente a nivel internacional.
El IVO plantea "la sistematización de un procedimiento para facilitar y agilizar la tramitación administrativa necesaria para solicitar la autorización del paciente que acude directamente a la Fundación IVO, sin derivación previa", y que no se demore más de 48 ó 72 horas, dadas las características de la enfermedad.
Además, propone seguir ofreciendo, de manera gratuita, servicio en el centro de diagnóstico precoz de Valencia, y que los pacientes que necesiten "una confirmación diagnóstica por una sospecha oncológica tras la revisión, puedan ser atendidos en el IVO, si lo solicitan", con la preceptiva aprobación del centro público que le corresponda. En 2016, se realizaron 38.490 revisiones.
