La reestructuración y las operaciones de rescate abordados en los últimos ejercicios no han acabado con "el problema" del sector financiero español, que se enfrenta al reto de recuperar volumen de negocio y rentabilidad en un contexto de bajos tipos de interés, creciente competencia y un marco regulatorio cada vez más estricto, afirmó el director general de CaixaBank, Juan Antonio Alcaraz, en la conferencia inaugural del certament Forinvest, que se celebra en Feria Valencia.
Alcaraz hizo mención expresa a las "crecientes exigencias de capital" y "los cambios regulatorios constantes" en el ámbito europeo. "El mercado financiero está cada vez más regulado, como ocurre en servicios como energía o telecomunicaciones. Da la sensación de que se va a convertir en un servicio público regulado, lo que supondría una caída de la rentabilidad para los inversores", alertó.
El experto detalló que los niveles de rentabilidad financiera (ROE) han pasado de una medida del 12,2% en 2005 al 3,4% en 2016, muy por debajo del 10% requerido por los inversores.
El directivo explicó que, tras los ajustes por la crisis, la banca trabaja para recuperar los niveles de actividad. Sin embargo, "el significativo crecimiento" en los nuevos créditos con particulares -tanto hipotecarios como para consumo- en los tres últimos ejercicios, queda neutralizado por el "insuficiente" nivel con empresas, que provoca que el balance total siga reduciéndose.
"Hay un problema de la base del negocio, que es que no hay negocio", subrayó. Alcaraz detalló que el crédito a grandes empresas -operaciones de más de un millón de euros- bajó un 32,8% en 2016, mientras que en pymes creció sólo un 2,7%. "No es que no queramos dar, sino que no hay suficiente demanda y, en algunos segmentos, están acudiendo a otro tipo de mercados para buscar financiación", indicó.
Una situación similar se da respecto al sector público. "El Tesoro ha sustituido a los bancos para ayudar a cubrir las necesidaes de financiación de las comunidades autónomas, lo que ha supuesto la desaparición de partidas muy significativas. Sólo el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) ha supuesto que unos 100.000 millones hayan desaparecido del balance de los bancos, lo que se traduce en un menor nivel de ingresos", apuntó.
"Los bajos tipos y el bajo volumen del crédito nos obligan a reinventarnos, buscando otras fórmulas para lograr ingresos y rentabilidad, con más servicios, más eficientes, una apuesta por las nuevas tecnologías y la búsqueda de economías de escala", apuntó.
Los ajustes siguen
Alcaraz cifró en 300.000 millones de euros el coste de la crisis para el sector financiero, tanto por el impacto en negocio como en la pérdida del valor de los activos financiados, sobre todo, inmobiliarios. El sector en su conjunto ha pasado de 53 a 14 grupos con más de 10.000 millones de euros en activos bajo gestión, y ha perdido el 37% de sus oficinas -hasta las 29.005 a finales de 2016- y unos 100.000 empleos, el 30% del total -hasta quedarse con 198.269 trabajadores-.
"El ajuste continuará en los próximos años", advirtió.