Comunidad Valenciana

La industria cerámica invierte para ganar capacidad y productividad

(Fotografía de Guillermo Lucas).

El sector cerámico español cerró el pasado ejercicio con un volumen de facturación de 3.316 millones de euros, un 7 por ciento más que en 2015, encadenando su sexto año con crecimientos sólidos, que demuestran el éxito en la revisión de los modelos de organización, producción y distribución que el sector ha abordado en los últimos ejercicios. (Puede leer este reportaje completo y otras noticias, entrevistas y análisis en la revista digital elEconomista Comunitat Valenciana).

Según los datos provisionales facilitados por la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer) -en el marco de la feria Cevisama, que celebró en febrero su mejor edición desde 2008-, la exportación marcó un nuevo récord, con 2.570 millones, un 4,8 por ciento más, y destacó el significativo aumento en el mercado nacional, del 16 por ciento, hasta 746 millones. En este contexto, las empresas del sector han reforzado sus inversiones productivas y, en 2016, crearon más de 500 empleos netos.

El volumen de producción total del sector alcanzó los 492 millones de metros cuadrados -un 11,8 por ciento más que en 2015-, retomando los niveles previos al estallido de la crisis económica -en el año 2008, se cifró en 495 millones de metros-. Con esta cifra, España se consolida como primer productor de la Unión Europea y segundo exportador mundial, tras China.

El posicionamiento internacional pasa por seguir trabajando en la innovación, no sólo en tecnología, fácilmente replicable, sino en ámbitos de más valor añadido, como el diseño, la diferenciación de producto y la distribución. Y todo ello con la mira puesta en los grandes retos del sector: la mejora de la productividad y de la rentabilidad.

Isidro Zarzoso, presidente de Ascer, explica que las inversiones productivas están desarrollándose en dos líneas: la ampliación de capacidad, para dar respuesta al crecimiento de la demanda, y la mejora en sistemas, tecnologías y procesos productivos, con los que incrementar el rendimiento y la competitividad y ampliar oferta, con productos novedosos que se distingan en calidad, diseño y prestaciones. Las principales firmas del sector han apostado por mantener su I+D, en un contexto de recorte general de costes.

Desde el punto de vista de los sistemas de producción, desde el sector se apuntan dos movimientos clave: la transformación que implica la industria 4.0, con tecnologías y sistemas de digitalización de procesos, métodos de trabajo y relaciones con clientes y proveedores, y la llegada de los grandes formatos, gracias a la tecnología de producción en continuo.

La apuesta por las 'megapiezas'

La fabricación de piezas de tres metros de largo por un metro de ancho abre las puertas a la diversificación de usos de la cerámica -por ejemplo, como revestimiento en fachadas de edificios o para recubrir encimeras de cocina-, además de reducir el peso -son piezas menos gruesas-, lo que facilita las tareas logísticas y abarata los costes de transporte, una de las principales partidas de gastos en este sector.

Una de las firmas que han apostado por ser pionera en posicionarse en este segmento de producto es Grespania, que ha invertido 25 millones de euros en la tecnología necesaria para producir estas megapiezas, para las que ha creado la marca Coverlam. El pasado verano, la firma puso en funcionamiento, en Moncofa, una nueva planta para la fabricación de laminado porcelánico de gran tamaño. Grespania, que está centrada en un segmento de mercado de alta gama, prevé fabricar hasta 1,5 millones de metros cuadrados al año de esta línea, que se sumarán a los 10 millones de metros de capacidad actual.

También Baldocer, que tiene su sede en Onda, está inmersa en un proyecto de ampliación de sus instalaciones productivas para incorporar la tecnología que le permita fabricar piezas en grandes formatos.

Construyendo grandes grupos

En los últimos meses, el sector cerámico español ha seguido dando pasos en el proceso de concentración que está propiciando la construcción de grupos de mayor tamaño, capacidad productiva y competitiva. Los fabricantes nacionales -la mayoría, centrados en la provincia de Castellón- han asumido un papel cada vez más activo, compartiendo protagonismo con los grandes inversores institucionales que, en los últimos ejercicios, han tomado posiciones en el sector.

Entre los ejemplos de operaciones entre firmas cerámicas abordadas desde 2014, están la compra por parte de Stylnul de la planta de Alaplana-Real Cerámica; por Halcón Cerámica, de las de Garogres y Ceraworld, y la reciente adquisición por Grespania del 75 por ciento que no controlaba en la compañía Nuevos Productos Cerámicos (NPC) -que estaba en manos de Keraben, Ceracasa y Azteca-.

Pero, sin duda, es Pamesa la que ha protagonizado los principales movimientos. El grupo liderado por Fernando Roig ha logrado triplicar su capacidad productiva desde el inicio de la crisis, tanto con inversores en ampliaciones como con adquisiciones -entre ellas, la de Navarti, en 2014-, y, en los dos últimos años, ha saltado desde la posición número once en el ranking mundial de productores cerámicos a la número ocho, posición que puede mejorar tras incorporar la actividad de TAU Cerámica, una de las históricas grandes firmas del sector, que adquirió en el primer semestre de 2016. Además, a finales del ejercicio compró, a APE Cerámica, la antigua planta de Cerámicas Gaya, con más de 45.000 metros cuadrados.

Pamesa tiene en funcionamiento los cuatro hornos de TAU -de los que dos estaban parados antes de la compra- y está ultimando la instalación de otros tres, que se pondrán en funcionamiento en los próximos meses. La inversión en esta ampliación ha sido de unos 20 millones de euros y aumentará la capacidad de producción en hasta 40.000 metros cuadrados diarios.

Halcón Cerámica, además de las compras, incorporó, en diciembre de 2015, una nueva planta en Onda, con 70.000 metros cuadrados, equipada con sistemas de tecnología digital y seis hornos. Este centro, al que destinó una inversión de 11 millones, le ha permitido duplicar su capacidad productiva, pasando de 55.000 metros cuadrados al día a 110.000 metros cuadrados, entre sus tres centros.

También Colorker amplió sus instalaciones en 2016. La compañía está inmersa en un proceso de digitalización basado en los principios de la industria 4.0, con apoyo del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) y fondos Feder europeos.

Por su parte, Cerámicas Fanal ha anunciado su intención de incrementar su centro de producción.

Porcelanosa ha apostado por el crecimiento orgánico, tanto en producción como en distribución, consolidado en los últimos ejercicios su modelo de red con tiendas propias en todo el mundo, dirigidas a un consumidor de producto de alta gama, que, junto a la diversificación de actividades, le ha permitido construir un grupo que ha superado la crisis sin grandes impactos. El grupo de Vila-Real está inmerso en un plan de modernización y ampliación de sus instalaciones productivas, que está abordando por fases para mantener su nivel de actividad.

El grupo ha anunciado una inversión de 50 millones este año. Entre otras medidas, ampliará su planta de revestimientos, hasta 8,2 millones de metros cuadrados de capacidad de producción anual, un 25 por ciento más. Las nuevas instalaciones incorporarán las últimas tecnologías de producción y reducirán su impacto en el medio ambiente. A ello, sumará nuevas naves para servicios auxiliares, con 12.000 metros cuadrados, y su filial Venis ha construido un túnel de 350 metros para transporte de materiales. Además, sigue ampliando su red de tiendas propias.

El reto: la rentabilidad

Los grupos españoles de cerámica han logrado desplazar a los fabricantes italianos y consolidarse en el primer puesto por volumen de producción, pero no en cuento a precios medios. A pesar de la apuesta por nuevos materiales, formatos y propiedades -que elevan la calidad, pero también los costes de fabricación-, el incremento medio de precio del sector se situó en un 0,5 por ciento el año pasado, según los datos manejados por el sector. El precio medio de venta de los productos españoles ronda los 6,5 euros por metro cuadrados, a gran distancia de los 13 euros por metro cuadrado de media en Italia. En esta línea, el sector pide respaldo de la Administración para trabajar en la proyección y posicionamiento de la Marca España.

Isidro Zarzoso descarta que un incremento de producción pueda traducirse en nuevos ajustes en precios, ya que confía en que "la creciente demanda en los mercados internacionales absorba la mayor oferta". En 2016, los fabricantes españoles vendieron en 191 países. Sus principales destinos exteriores fueron Francia, Estados Unidos -con un crecimiento del 27,9 por ciento-, Reino Unido, Arabia Saudí y Argelia. La exportación a la Unión Europea -que centra el 38,6 por ciento- se elevó un 10,3 por ciento. Por el contrario, los mercados de Oriente Próximo, Norte de África y Europa del Este frenaron su crecimiento o sufrieron caídas.

Sombras en 2017

La inestabilidad geopolítica, los cambios en política económica de algunos de los grandes mercados -como Estados Unidos y Reino Unido-, la evolución de los tipos de cambio, de los costes de la energía, la decisión de la Unión Europea respecto a la prórroga de las medidas antidumping para productos procedentes de China y el conflicto de la estiba son algunos de los factores de riesgo para la evolución del sector cerámico en el ejercicio 2017.

En este contexto, Isidro Zarzoso plantea una serie de peticiones del sector cerámico a la Administración central y a las autonómicas: programas públicos de impulso a la reforma y rehabilitación de viviendas y edificios; un marco regulatorio estable en materia de energía; impulso al Corredor Mediterráneo ferroviario, y que el Ministerio de Fomento propicie, "cuanto antes", un acuerdo con los estibadores, "porque el volumen que se pierda si hay paros, será difícil de recuperar".

Ascer confía en que las autoridades europeas mantengan la política antidumping frente a China. La decisión se espera para el último trimestre del año.

(Puede leer este reportaje completo y otras noticias, entrevistas y análisis en la revista digital elEconomista Comunitat Valenciana).

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