
El grupo de frutos secos y snacks Grefusa logró cerrar el año 2020 con unas ventas de 129 millones de euros, frente a los 130,5 millones del ejercicio anterior. La buena marcha de su producto estrellas, las pipas con marcas como El Piponazo, ha sido clave.
Según explica la compañía, el cambio de hábitos de consumo ligado al confinamiento y la preferencia de los consumidores por la categoría de producto de las pipas frente a otros snacks, reforzaron el liderazgo de la compañía en este segmento e incrementaron su cuota de mercado gracias a las referencias de El Piponazo y Pipas G.
La compañía familiar valenciana también reconoce que su presencia en los canales de distribución más importantes le ha permitido capear un año difícil por el Covid19, especialmente frente a su canal de impulso o venta al por menor.
Grefusa confía en que la reactivación de la economía, ligada a la mejora de la situación sanitaria, permita que los canales de venta impulso, vending y hostelería recuperen su actividad paulatinamente.
"El impulso fue uno de los canales más afectados durante 2020 debido al cierre de establecimientos y las limitaciones en la movilidad. Se trata de un sector muy atomizado, con dificultades además para alzar la voz y conseguir que se les escuche y ayude. Estamos hablando de pequeños empresarios, núcleos familiares, autónomos, de los que dependen directamente miles de vendedores, repartidores y distribuidores", apuntó Agustín Gregori, CEO de Grefusa.
Como parte de su estrategia de crecimiento y expansión, Grefusa mantiene un acuerdo estratégico con el alemán Intersnack, líder europea en snacks, patatas fritas y frutos secos, que posee el 25% de la compañía española.