Turismo y Viajes

Thomas Cook, el religioso que ideó los viajes organizados como una cruzada antialcohol

  • Su negocio en torno al río Nilo le llevó a crear la actual ciudad de Luxor
Foto: Wikimedia Commons.

Muchas zonas costeras de España, repletas de jóvenes extranjeros que acuden cada verano a ingerir alcohol en grandes cantidades, sabrán apreciar la ironía de que el primer viaje organizado fuera para protestar contra el alcohol.

El inglés Thomas Cook inventó, sin quererlo, el turismo moderno. Profesaba la fe baptista, que condena el consumo de alcohol, y se convirtió en misionero para recorrer la región divulgando sus ideas religiosas. En 1841, Cook organizó un viaje para medio millar de personas a un congreso anti alcohol que se celebraba en Leicester. Fue el primero de cuatro veranos en los que organizó viajes de sociedades locales para la abstinencia. En 1846, se llevó a 350 personas de 'tour' por Escocia, y en 1855 realizó su primer viaje organizado al extranjero, recorriendo Bélgica, Alemania y Francia.

Así, por primera vez, un grupo de personas de clase media pudieron permitirse viajar como consecuencia de la Revolución Industrial, que amplió los ingresos de los trabajadores. Previamente, sólo los muy adinerados se podían permitir el lujo de recorrer otros lugares, llevando con ellos a todo su séquito. Cook supo aprovechar los descuentos en los viajes en tren para movilizar a grandes cantidades de personas, no para visitar lugares pintorescos sino para sus fines religiosos.

La revolución turística en Egipto

Pero el punto de inflexión en su carrera fue cuando en 1869 organizó un viaje con 28 compatriotas que llegaron a Alejandría el 4 de febrero después de tres días de viaje en barco. Aprovechando la inauguración del Canal de Suez, Egipto se convirtió de repente en un lugar accesible, con todo el misticismo que la época de los faraones llevaba aparejado. Cook apenas podía alquilar barcos suficientes para satisfacer la demanda.

La presencia de este baptista inglés era fundamental para que los británicos de la época victoriana se atrevieran a desplazarse a culturas tan distintas de la suya, en una época en la que lo poco que se conocía del exterior era a través de periódicos y dibujos. El llevar todas las facetas del viaje ya preparadas concedía una cierta tranquilidad para este salto a lo desconocido que realizaban los primeros turistas.

Cook aprovechó los avances tecnológicos de la época para acomodar a sus clientes. Si gracias al telegrama era capaz de organizar viajes a larga distancia, la evolución del transporte le permitió evitar las barcazas del Nilo y contratar buques de vapor de carga, que posteriormente dividió en habitaciones en lo que fue el predecesor de los cruceros actuales. Su expansión se incrementó aún más cuando el Imperio Británico acabó ocupando Egipto en 1882, en parte gracias al transporte privado por el gran río que estuvo dirigido por Cook.

Para favorecer su negocio, impulsó la creación de una pequeña ciudad cercana a las ruinas de Karnak, dando lugar a lo que actualmente se conoce como Luxor, construyendo varios hoteles como el Winter Palace, que aún sigue en pie, donde se anunció la noticia del descubrimiento de la tumba de Tutankhamon. Los residentes incluso quisieron levantar una estatua en honor de Cook hace unos años, aunque las autoridades lo desestimaron.

Cook dejó la compañía Thomas Cook & Son a su hijo John en 1878, cuando se retiró a Leicester hasta su muerte en 1892. Su descendencia mantuvo el negocio familiar hasta el periodo entre las dos guerras mundiales, vendiendo la compañía justo antes de la Gran Depresión de 1929, eludiendo el desplome del negocio turístico en Egipto durante las dos décadas siguientes como consecuencia de la crisis capitalista y del gran empobrecimiento europeo que originó la Segunda Guerra Mundial.

La Thomas Cook & Son permaneció viva hasta 2001, cuando se transformó en Thomas Cook AG, para más tarde reformularse como el británico Thomas Cook Group en 2007. Aún dedicada al turismo y al sector hostelero, logró un beneficio operativo de 308 millones de libras en 2016 y da trabajo a casi 22.000 personas, siendo la segunda mayor compañía de viajes de Europa. Eso sí, no parece que la compañía actual esté preocupada sobre si sus clientes consumen o no alcohol.

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