Los establecimientos turísticos del Val d'Aran, en Lleida, cerraron julio con una ocupación apenas inferior a la del mismo mes del año anterior y durante la primera quincena de agosto se han superado incluso los registros de un año atrás, poniendo de manifiesto la recuperación de la actividad y el regreso de los turistas tras las inundaciones causadas por la riada del Garona hace mes y medio.
En concreto, la última semana de julio se cerró con una ocupación hotelera del 41,4% un punto más que la misma semana del año anterior, según los datos del Consejo General de Arán. Las previsiones para agosto apuntan un incremento de la ocupación media hasta el 65%, gracias al repunte del turismo de naturaleza y familiar, la principal fuente de riqueza de la zona durante el verano.
Dos senderistas admiran el paisaje del valle en el municipio de Bausen.
En cuanto a los campings, la ocupación se movió en julio en niveles superiores, alcanzando el 80% en bungalows y el 40% en zonas de acampada. En agosto se estima que se alcanzará ocupación plena -100%- en los bungalows y que las parcelas de acampadas subirán al 60%.
Normalidad
Tras las inundaciones, el Consejo General de Aran ha mostrado su agradecimiento a los visitantes que este verano han escogido el Val d'Arán como destino para sus vacaciones. Sobre todo, por "su paciencia ante algunas incomodidades" consecuencia de las obras que se están realizando tras las inundaciones. No obstante, el Consejo asegura que los accesos principales a los principales lugares, como la Artiga de Lin, Aiguamòg y Valarties, están abiertos y que, además, ofrecen nuevos alicientes en esta temporada.
