La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha confirmado que el 737 Max de Boeing puede volver a volar tras 20 meses en cuarentena y un sinfín de arreglos. De esta forma se pone fin a la puesta en tierra de una aeronave comercial más larga de la historia y se sienta la base para que las aerolíneas y los reguladores de todo el mundo reanuden el servicio a bordo de estos aviones.
Los títulos de Boeing subían más de un 5% antes del comienzo de la sesión en Wall Street. Sin embargo, los problemas derivados de este modelo han hecho que estos hayan borrado el 50% de su valor desde la catástrofe aérea registrada el 10 de marzo por el vuelo 302 de Ethiopian Airlines que cuestionó la seguridad del 737 Max en todo el mundo.
Previamente, el 29 de octubre de 2018, el vuelo de 610 de Lion Air, también operado a bordo de un 737 Max sufrió un accidente mortal. En ambos casos se determinó que los sensores defectuosos activaron sistemas de control que desencadenaron sendas tragedias.
Los pilotos no fueron en ningún caso informados sobre este sistema (MCAS, por sus siglas en inglés) y las menciones al mismo se eliminaron de los manuales de los pilotos cuando se entregaron a las aerolíneas. Una investigación de la Cámara de Representantes concluyó que los problemas regulatorios, de diseño y de gestión a medida que se desarrollaban los aviones provocaron la "muerte evitable" de ambos vuelos.
Tras recibir el visto bueno de la FAA, el fabricante aeronáutico podrá reanudar la entrega de los aproximadamente 450 aviones Max que ha producido, pero no ha podido distribuir entre sus clientes desde que se impusiera la prohibición de vuelo.
Boeing ha llegado a contar con una acumulación de más de 3.000 pedidos del 737 Max, una cifra que ha disminuido a medida que la prolongada puesta a tierra junto junto con la pandemia ha provocado la cancelación de cientos de pedidos.
La crisis le ha costado la compañía alrededor de 20.000 millones de dólares y golpeado su reputación. La reanudación de las entregas abrirá una fuente crucial de efectivo para Boeing y cientos de proveedores afectados. Cuando el 737 Max vuelva a volar, la compañía tiene previsto monitorear todos los vuelos en busca de problemas que puedan afectar el regreso del avión.
American Airlines se convertirá en la primera aerolínea de EEUU en volver a poner en servicio el 737 Max a finales de diciembre. Por su parte, United Airlines y Southwest Airlines esperan que estos aviones recuperen ciertas rutas dentro del país en algún momento del próximo año.
EASA dará el visto bueno definitivo en 2021
Al ser preguntada por elEconomista, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) explicó cómo en Europa todavía está por publicar la propuesta de Directiva de Aeronavegabilidad, algo que podría ocurrir en algún momento de este mes. Posteriormente dicha propuesta se someterá a un periodo de consulta pública durante 28 días.
A partir de entonces, la agencia deberá revisar y responder a dichos comentarios antes de publicar la Directiva de Aeronavegabilidad definitiva, algo que podría ocurrir entre finales de este año y comienzos del que viene. Esto solo supondrá la base de un proceso que en definitiva no pondrá todos los 737 Max en los cielos europeos de un día para otro.
De hecho, las aerolíneas deberán asegurarse de que sus pilotos han recibido la capacitación prescrita y que los aviones han completado el mantenimiento necesariio para garantizar que la aeronave esta lista para volar tras la larga cuarentena. Además, en algunos estados de la UE, también será necesario retirar los avisos de puesta en tierra de forma individual.
20 meses de revisiones y cambios
Durante los últimos 20 meses Boeing ha colaborado estrechamente con las aerolíneas; les ha proporcionado recomendaciones detalladas para mantener los aviones aparcados a largo plazo, además de garantizar que sus aportaciones y comentarios se tuvieran en cuenta para la vuelta de los aviones al servicio con las máximas garantías.
Según la propia compañía, en una Directiva de Aeronavegabilidad, la FAA establece los requisitos que habrá que cumplir antes de que las aerolíneas estadounidenses puedan reanudar el servicio, entre los que destacan: instalar las mejoras de software, completar las modificaciones en el aislamiento del cableado, realizar la formación de los pilotos y acometer las tareas para revertir las medidas de preservación de aviones inactivos de forma exhaustiva para garantizar que están listos para volver al servicio.
"La directiva de la FAA es un hito importante", declaró Stan Deal, Presidente y Consejero Delegado de Boeing Commercial Airplanes. "Seguiremos trabajando junto a los reguladores internacionales y a nuestros clientes para que el avión vuelva al servicio en todo el mundo".
Además de los cambios realizados en el avión y en la formación de los pilotos, Boeing ha tomado tres medidas importantes para reforzar la atención que se presta a la seguridad y la calidad.
Por un lado ha llevado a cabo una alineación organizativa. De esta forma se ha reunido a más de 50.000 ingenieros en una única organización que incluye una nueva unidad de Seguridad de Productos y Servicios, que unifica las responsabilidades de seguridad en toda la compañía.
Por otro lado se ha llevado a cabo un enfoque cultural. En este sentido, según explica Boeing en un comunicado, a los ingenieros se les han otorgado mayores facultades para realizar mejoras en materia de seguridad y calidad. La compañía identifica, diagnostica y resuelve problemas con un mayor nivel de transparencia e inmediatez.
Por último se han establecido mejoras en los procesos con la adopción de diseño de última generación que permite que la compañía alcance mayores niveles de calidad a la primera.