
Los problemas derivados de la masificación turística han terminado de consolidar una tendencia turística que aunque no es novedosas sí es cada vez más popular. Se trata de un modo de viajar que evita las grandes aglomeraciones y que además supone un ahorro económico: desplazarse fuera de temporada.
Ahora que el verano está llegando a su fin, son muchos los que aprovechan para irse de vacaciones en septiembre y beneficiarse de las ofertas económicas en los paquetes de viajes, de los precios a la baja tanto en los hoteles como en transporte, así como el descenso de las temperaturas y la vuelta de turistas a sus países de origen. Según Hotel News Resource los datos así lo confirman, pues entre 2016 y 2023 la temporada intermedia ha ido ganando terreno, de tal manera que, por ejemplo, en Baleares, los alquileres turísticos han crecido un 2,2% en los meses previos a veranos (abril y mayo) y más de un 3% en fechas posteriores (septiembre y octubre).
Por su parte, en otro de los destinos estivales por excelencia, Grecia, las cifras reflejan no solo un cambio de tendencia en cuanto a la temporada de viaje sino también respeto del destino, con la intención de visitar ciudades menos turísticas. De la misma manera que en el archipiélago español, en los últimos años, el país heleno ha registrado un aumento significativo en la oferta de alquileres turístico en Tesalónica (2,9%), Creta (5%) y Rodas (6,3%). Si bien, el factor cambio climático también está influyendo en esta nueva tendencia, ya que acontecimientos extremos como incendios y olas de calor en toda la zona Mediterránea están empujando a los turistas a retrasar sus viajes a septiembre e incluso ya otoño, cuando el clima mejora y las temperaturas son más suaves.
Un ahorro del 25% entre veranear en agosto o septiembre
El turismo ha apuntalado el crecimiento económico y desarrollo del Mediterráneo europeo durante décadas. En toda la región, el sector ha dado empleo a más de 8 millones de personas en España, Grecia, Portugal e Italia en 2023 y 2024, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo. Así, el sector turístico representa casi un 17% del PIB de Portugal, casi el 13% del de España y Grecia, y un 10% del de Italia. A pesar del descenso durante la pandemia del Covid, las cifras han seguido creciendo, y las llegadas internacionales al Mediterráneo están un 8% por encima que en 2019, con vistas además a reventar cualquier récord como el que se espera este año en España con la llegada de 100 millones de turistas.
Es lógico entonces que los visitantes opten cada vez más por viajar en fechas distintas a las de la gran mayoría como respuesta a varias fuerzas convergentes: económicas (precios claramente a la baja), sociales (menos multitudes) y, en algunos casos como en verano, también ambientales (tiempo menos caluroso).
En cuanto al factor económico, la agencia de viajes Rumbo estima un ahorro del 25% para las vacaciones a partir de septiembre respecto de los meses de julio y agosto, los más demandados de la temporada. Esto se debe a la práctica habitual de pricing dinámico, un sistema de tarifación usada principalmente por hoteleras y aerolíneas que regula los precios en cada momento según la demanda y la competencia, de ahí los elevados precios en temporada alta y las bajas tarifas en temporada media o baja. En la compañía confirman que "los desplazamientos aéreos en septiembre suponen un gasto medio de 425 euros por persona frente a los casi 550 que cuesta el mismo vuelo el mes anterior".
Por su parte, la firma de gestión inmobiliaria España-Holiday, observa que desplazarse una o dos semanas fuera del pico de verano puede reducir las tarifas de alojamientos en hasta un 32%, y en algunos casos hasta 70%. Por ejemplo, en Salou, un apartamento de 2 habitaciones cuesta una media de 200 euros la noche en el mes agosto, mientras en septiembre puede bajar a más de la mitad, según informa el diario Travel Daily News International. En algunas ciudades como Palma de Mallorca, la costa del Algarve, Dubrovnik o Cagliari, los precios hoteleros bajan entre 25% y 60% en septiembre en comparación con agosto; en la capital balear, un hotel de gran categoría pasa de 1.075?€ por noche en junio a 515?€ en noviembre, lo que implica un ahorro del 52%.
En septiembre los vuelos al extranjero son más baratos
Además de en el alojamiento, el ahorro puede darse en otros gatos vacacionales como el alquiler de coches (los precios pueden descender hasta un 30%) atracciones turísticas, touroperadores e incluso restaurantes. Aunque, sin duda, el desembolso más controvertido es el que corresponde a la compra de billetes de avión. De hecho, las aerolíneas que operan en España subieron un 11,6% los billetes en julio, el doble que en de junio. De esta manera, las tarifas nacionales siguen disparadas después de subir también con fuerza todo el verano pasado, en tendencia alcista desde el pasado mes de abril de 2024.
Durante julio de 2025, el Reino Unido sufrió un alza mensual de 30,2?% en tarifas aéreas, la mayor subida desde 2001, debido al efecto de las vacaciones escolares, según la Oficina Nacional de Estadística. Entre los consejos para abaratar en el precio de los billetes, se incluyen reservar entre 11 meses y seis semanas antes, volar entre semana, preferiblemente martes, miércoles, e incluso por la noche. La editorial estadounidense Kiplinger añade, además, la opción de viajar a partir del 18 de agosto que puede suponer un ahorro significativo, ya que viajar en septiembre sale incluso más barato para destino internacionales que nacionales. En verano de 2023, los vuelos en España se abarataron en septiembre tan solo un 1%, mientras que para fuera del país el descenso implico casi un 10%.