
Durante 2024, 3 de cada 10 españoles (33,4%) no pudo permitirse salir de vacaciones ni si quiera una semana, según la última Encuesta de Condiciones de Vida del INE. La cifra se ha reducido mínimamente a la correspondiente a 2022 (33,5%) pero todavía implica a millones de familias. Además, la situación es aún más alarmante en hogares con menores: la ONG Educo eleva ese porcentaje a familias sin vacaciones al 63% y Save The Children avisa que el 34% de estas ni si quiera pueden permitirse un campamento de verano.
En un país donde el turismo representa el 13% del PIB (este año se espera la cifra récord de 100 millones de visitantes), el hecho de que millones de personas no puedan permitirse irse de vacaciones revela una realidad hipócrita: el país que más turistas recibe del mundo no puede permitirse un descanso estival. La tasa de exclusión vacacional de España es una de las más altas de Europa y se acentúa más en aquellas comunidades de bajo nivel de renta o, paradójicamente, en las que más dependencia tienen del turismo, como pueden ser Canarias, Andalucía o Murcia.
La difícil coyuntura económica del pasado y el contexto geopolítico actual han provocado además que el coste medio vacacional en nuestro país se eleve hasta los 315 euros en 2025, según datos del INE. Una cifra que se corresponde con los 72 euros de viajar a nivel nacional y los 127€ en caso de destino internacionales. No obstante, la tendencia última implica que la llegada masiva de turistas ha encarecido los destinos españoles más visitados, como Mallorca, Menorca o Cádiz, que ya superan el coste de otros europeos como Dubrovnik.
Incrementos este verano del 20% en el precio de los hoteles
Más de 40 millones de trabajadores europeos sufren de pobreza vacacional, pero España supera en tres puntos a la media europea. Según un informe del Instituto Europeo de Sindicatos, el 18% de los españoles no se podrá ir este año de vacaciones frente al 15% de media de la UE. Aunque la situación en nuestro país es grave, aún hay países en situación más alarmante, como Rumanía (32%), Hungría (26%) y Bulgaria (24%).
La razón de esta problemática radiografía es el elevado coste que supone salir de vacaciones: desde el transporte, hasta el alojamiento, el ocio, restaurante... La pasada Semana Santa el 22% de los españoles necesitó financiación para poder irse de vacaciones, según hizo público la empresa de servicios financieros Oney en su I estudios "Hábitos de consumo de los españoles: vacaciones de Seamana Santa".
El alojamiento es la parte que más consume el presupuesto vacacional de los españoles, en concreto el precio de los extrahoteleros aumentó de media un 30% durante el 2024. El INE estima, además, un incremento del 20% durante esta temporada estival sobre el precio medio de una habitación de hotel, que ya el pasado mes de abril superó los 115 euros.
Es por eso por lo que este verano podría alcanzar cifras récord y convertirse en el más caro de la historia, sumando, además, el segundo gasto más caro de las vacaciones, el transporte: el coste los vuelos nacionales experimentaron el pasado año un crecimiento de casi el 23%
Así, los datos más recientes del INE reflejan un gasto medio diario de 72€ en viajes nacionales durante el primer trimestre de 2025, un 11,2% menos interanual, frente a los 127 en viajes al extranjero, que creció un 7,1%.
Desigualdades por comunidades
Con todo, la pobreza vacacional no afecta a todas las regiones de manera uniforme y se distribuye desigualmente: depende de la renta, de la oferta turística, del coste de vida y de los precios en general. Los hogares más afectados son sobre todo aquellos que se encuentran en comunidades autónomas más pobres y donde la dependencia del turismo es mayor.
Andalucía, por ejemplo, es una de las comunidades más visitadas de España. En lo que llevamos de 2025 ha generado más de 8.300 millones de euros en gasto turístico, pero buena parte de su población no puede permitirse unas vacaciones. La organización Save The Children estima en un tercio los menos que no pueden acceder a unos días de descanso, ya sea como viaje de verano o como actividades estivales.
De la misma manera es el caso de Canarias, donde los datos de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España cifran en un 29% la población afectada por la tasa de pobreza estructural. La masificación turística de las islas ha provocado un fuerte encarecimiento general del coste de vida, desde vivienda hasta transportes municipales, lo convierte a las islas en inaccesibles incluso para los propios canarios.
Otro caso paradójico es el de Madrid. La capital cuenta con una de las rentas per cápita más altas del país, pero la propia desigualdad interna provoca un elevado número de hogares afectados por la pobreza vacacional.
Alternativa hacia destino asequibles
A la vista de la transformación del turismo nacional en una actividad exclusiva, son cada vez más los españoles que descartan vacaciones nacionales y optan por destino internacionales más baratos, sobre todo europeos, como Portugal, Croacia y Turquía. Incluso, fuera de la UE como Bali.
Según Destinia, los precios en España siguen siendo "muy altos", afectando la accesibilidad de los destinos más tradicionales, lo que lleva a muchos nacionales a optar por Turquía u otros mercados más competitivos
Contrariamente a la percepción común, en verano 2025 algunos destinos internacionales, como Dubrovnik, resultan más económicos que Cádiz, Menorca o Mallorca: esto se debe a la inflación española, más costes salariales, energéticos, y la regulación del alquiler turístico que ha reducido la oferta local. Así, los precios en la isla más grande de Baleares ya han alcanzado niveles similares o superiores a destinos como Bali, Sicilia o Punta Cana, por subidas del 63?% en vuelos y 26?% en hoteles desde 2023.