Bajo el título Hacia la descarbonización del transporte, la tercera mesa de debate del IV Foro de Movilidad de elEconomista.es contó con la presencia de David García Mancera, responsable de Desarrollo de Negocio de Mobility en Moeve, Estíbaliz Pombo, subdirectora de Productos Energéticos de Repsol, Alberto González-Salas, socio de Regulación Sectorial de Deloitte Strategy, Risk & Transactions, François Bottinelli, director general de Renault Trucks España, Alberto Bajjali, CEO de Amovens, y Gonzalo Fernández, director de Infraestructuras de EMT Madrid.
Moderada por Rubén Esteller, director adjunto de este diario, la mesa abordó cuestiones relacionadas con cómo se llevará a cabo la descarbonización del transporte y qué medidas se consideran prioritarias para lograrlo. Y sobre esta primera cuestión, todos ellos coincidieron en que descarbonización no es sinónimo solamente de electrificación.
"Para el vehículo ligero, no hay duda de que a día de hoy la tecnología más sostenible que se va a ir imponiendo con el paso del tiempo va a ser la electrificación, pero es verdad que no todo el mundo está preparado", apreció David García Mancera, responsable de Desarrollo de Negocio de Mobility en Moeve, quien ve en la producción de otros tipos de combustibles renovables una ventaja competitiva para España en términos de seguridad e independencia energética.
Tomando como referencia el objetivo de cero emisiones netas para el año 2025, la subdirectora de Productos Energéticos de Repsol pidió dejar que cada tecnología siga su camino en igualdad de condiciones para favorecer las inversiones y que cada sector recurra a la que más le convenga. "Podemos seguir evolucionando la tecnología del motor de combustión interna y podemos seguir introduciendo el vehículo eléctrico. Por favor, promovamos —reclamó— otras soluciones, como el biometano, y también favorezcamos el uso de los combustibles renovables", expuso Estíbaliz Pombo.
"Es importante contar con objetivos ambiciosos en materia de descarbonización del transporte. No obstante, es igual de importante que los plazos que nos marcamos para lograr dichos objetivos sean realistas y no generen frustración ni entre los consumidores, ni dentro del propio sector", añadió Alberto González-Salas, socio de Regulación Sectorial de Deloitte, quien también identificó la ausencia de regulación y cierta incapacidad de del sistema eléctrico.
Autobús, camión o coche
Un ejemplo de esta realidad lo expuso el director de EMT Madrid, Gonzalo Fernández, volcada con el transporte público de pasajeros a través del autobús. Desde esta empresa, pese a estar completamente involucrada con la electrificación —disponen de más de 400 puntos de carga y 450 autobuses eléctricos—, consideran esencial contar con otras alternativas, sobre todo a medida que los fondos Next Gen llegan a su fin y todavía con el 'susto' del apagón en mente. "No podemos apostar todo a una tecnología. Si falla, ¿qué pasa? Estoy de acuerdo en que lo eléctrico es una gran solución, pero no todo debe serlo", aseguró Fernández.
De entre todos los sectores, uno de los más complejos de descarbonizar es el del transporte por carretera. En representación, François Bottinelli, director general de Renault Trucks España, expuso que el parque circulante en España de camiones es de 15 años. Este hecho, unido al factor de que la mayoría de transportistas son pymes o autónomos con dificultades para acceder a vehículos nuevos , dificulta en exceso la descarbonización. "Tenemos soluciones para que los vehículos seminuevos siempre estén actualizados con los mejores software de consumo, para que quienes no puedan pues invertir en una tecnología más cara puedan tener una solución", indicó Bottinelli.
En cambio, uno de los sectores más fáciles de descarbonizar es el del vehículo privado. Y si bien es en este donde la electrificación más se está adentrando, su adopción no subsanará otros problemas asociados, como la congestión del tráfico, el uso de espacio público para el estacionado o la carestía provocada por los requisitos técnicos cada vez más exigentes. Esta es la filosofía de Amovens, compañía joven que lleva años promoviendo el uso compartido de coches entre sus usuarios. "Si mañana nos despertamos y todos los coches en España son eléctricos, habremos solucionado una parte, que es que contaminaremos menos. Pero ahora, en lugar de pesar 1.500 kg, el coche pesará 2.500 kg. ¿Tiene sentido?" se preguntó su CEO, Alberto Bajjali.
Además del establecimiento de un marco regulatorio con la citada neutralidad tecnológica, los integrantes de la mesa solicitaron una mayor coordinación regulatoria entre los países de Europa, una revisión de los plazos para que los objetivos de descarbonización sean plausibles o la reconfiguración de las ayudas a la movilidad, entre otras.