Catar anunció durante la tarde de este lunes el cierre temporal de su espacio aéreo como medida de precaución ante una amenaza inminente de Irán sobre la base aérea estadounidense de Al Udeid, según informaciones recogidas en medios locales. Todos los aviones estadounidenses han sido evacuados de la instalación desde el 17 de junio, y los vuelos con destino al aeropuerto de Doha están siendo desviados a aeropuertos cercanos. Las autoridades cataríes han justificado la suspensión del tráfico aéreo como una acción para proteger a ciudadanos, residentes y visitantes ante la creciente tensión regional.
El recrudecimiento del conflicto en Oriente Medio ha llevado a las principales aerolíneas españolas —Iberia, Air Europa y Vueling— a suspender sus rutas hacia destinos clave como Israel, Qatar y Emiratos Árabes Unidos. La ofensiva israelí sobre instalaciones nucleares iraníes iniciada el 13 de junio, seguida de represalias por parte de Teherán y un ataque estadounidense a objetivos iraníes, ha desencadenado una oleada de cancelaciones en los principales operadores europeos.
A la incertidumbre bélica se suma el cierre de espacios aéreos en Irán, Irak, Israel y Jordania, lo que ha vaciado de tráfico comercial amplias zonas del mapa aéreo de Oriente Medio, según ha confirmado Reuters. Las compañías han comenzado a desviar sus rutas a través del Caspio o por Egipto y Arabia Saudí, asumiendo mayores costes de combustible, tripulación y tiempo de vuelo.
Iberia extiende suspensiones y flexibiliza rutas
Iberia ha cancelado sus vuelos a Tel Aviv hasta finales de octubre de 2025, una medida que se suma a las ya adoptadas previamente en octubre de 2023, abril de 2024 y junio de este año, coincidiendo con ataques armados en la zona. La aerolínea también ha suspendido operaciones a Doha (Qatar), tras valorar los riesgos derivados del conflicto.
Además, ha implementado políticas de flexibilidad para los pasajeros afectados por vuelos con origen o destino Doha y Dubái comprados hasta el 21 de junio, y con fechas entre el 21 y el 24 del mismo mes. En estos casos, se permite cambiar de fecha sin penalización hasta el 6 de julio o modificar el trayecto dentro de un radio de 300 kilómetros. Como medida de prevención, Iberia ha dejado de sobrevolar los espacios aéreos de Irán, Irak e Israel, lo que altera algunas de sus rutas de largo radio hacia Asia y África.
Air Europa comunicó la suspensión de sus vuelos entre Madrid y Tel Aviv desde el 13 de junio hasta el 31 de julio. La decisión se produce tras la caída de un cohete en las inmediaciones del aeropuerto Ben Gurion. La aerolínea ya había interrumpido esta conexión en octubre de 2024 por un ataque iraní con misiles a Israel. Para los pasajeros afectados, Air Europa ha habilitado reembolsos cambios de ruta y fecha gratuitos hasta el 15 de noviembre de 2025. Vueling, filial de bajo coste de IAG, también ha cancelado su conexión entre Barcelona y Tel Aviv.
Escalada de tensiones y nuevas amenazas aéreas
La ofensiva estadounidense sobre instalaciones nucleares iraníes ha elevado el nivel de alerta de la aviación internacional. Las aerolíneas están evaluando día a día si retoman vuelos hacia Dubái o Doha, dos de los hubs más resilientes de la región, cuyos servicios han sido interrumpidos por compañías como Air France, KLM, Finnair y Singapore Airlines.
British Airways, también parte de IAG, retomó el lunes algunas operaciones a Dubái y Doha tras haberlas cancelado el domingo, mientras otras compañías como United Airlines, American Airlines y Air Canada mantienen suspendidos sus vuelos a la región.
En paralelo, se ha registrado un aumento "dramático" de interferencias GPS y suplantación de señales en el Golfo Pérsico, lo que agrava el riesgo de navegación aérea. Según datos recogidos por Reuters, más de 150 aeronaves habrían sufrido interferencias en 24 horas. La empresa suiza SkAI y la web especializada Safe Airspace han alertado de que los ataques aéreos aumentan la posibilidad de incidentes, tanto por errores como por ataques dirigidos a aviones comerciales.
Con el espacio aéreo ruso y ucraniano cerrado desde 2022 por la guerra en Ucrania, el corredor de Oriente Medio había ganado importancia como paso intercontinental entre Europa y Asia. La actual crisis obliga a las aerolíneas a buscar rutas alternativas, con implicaciones logísticas y económicas notables. El encarecimiento del crudo tras los bombardeos también anticipa una subida en los costes de combustible.
En paralelo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España ha reiterado su recomendación de no viajar a Israel ni a Irán mientras persista el riesgo de un deterioro adicional. Las autoridades instan a los ciudadanos españoles a registrar sus datos en las embajadas y seguir las indicaciones locales.