Transportes y Turismo

España lidera la movilidad vertical en Europa

  • Medio millón de personas mayores y con discapacidad viven aún en edificios sin ascensor.
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En España hay más de 1.124.000 ascensores instalados, lo que nos convierte en el país con mayor densidad de estos aparatos en Europa. A pesar de ello, la accesibilidad universal sigue siendo una promesa pendiente. Medio millón de personas, muchas mayores o con discapacidad, viven en edificios sin ascensor

"El sector del ascensor está en crecimiento constante desde hace años", explica el portavoz de la Federación de Empresas de Ascensores (FEEDA). Cada año se instalan entre 16.000 y 17.000 nuevos aparatos, de los cuales un 20% se colocan en edificios ya construidos. "Eso habla de una necesidad creciente, no solo de una preocupación social", afirma.

Sin embargo, la realidad sigue siendo desigual. Dos de cada tres edificios en los que se intenta colocar un ascensor nuevo no permiten instalar uno homologado para sillas de ruedas.

Una barrera física, legal y administrativa

La normativa obliga a garantizar la accesibilidad, pero en la práctica los condicionantes son muchos: estructura del edificio, disponibilidad económica, voluntad de la comunidad, y, en ocasiones, la protección patrimonial. "Instalar un ascensor puede costar de media entre 130.000 y 140.000 euros", cifra el portavoz de FEEDA.

En edificios protegidos, el proyecto debe pasar por una comisión en la que intervienen Patrimonio, Bellas Artes, Bomberos y el Ayuntamiento. "Si se ha hecho en Las Ventas o el Museo del Prado, también se puede en un teatro. Lo que no puede ser es que una barandilla valga más que una persona".

Un ejemplo en positivo es el del Teatro Lara, también en Madrid. Cuando hay voluntad institucional y técnica, se pueden encontrar soluciones compatibles con la conservación del patrimonio.

Alternativas más asequibles, pero no ideales

Para salvar escalones o desniveles menores, proliferan las llamadas plataformas elevadoras. "Cada vez se instalan más. En 2024 se colocaron unas 4.000 unidades en España", afirma FEEDA.

Sin embargo, su instalación está regulada por el Código Técnico de la Edificación. "El código establece una jerarquía [...] y solo como última opción, la plataforma inclinada".

Desde TKE Elevator, Teresa Chomón subraya que "la accesibilidad no puede estar supeditada a decisiones estéticas o patrimoniales. Debe ser un derecho efectivo".

Mario Becerra vive en Ferrol y se desplaza en silla de ruedas. Su edificio no tiene ascensor. "Para mí, el ascensor no es comodidad: es libertad", afirma con determinación.

Mario trabaja como desarrollador web, pero su situación de aislamiento le impide llevar una vida normalizada. "Lo peor no es el esfuerzo físico. Es la sensación de abandono. Saber que hay una ley, que tengo razón, pero que nadie se mueve."

Juanan, arquitecto especializado en rehabilitación, comparte su visión desde el trabajo diario. "El gran obstáculo es físico: no hay espacio."

Señala que "en interiores, ya depende del usuario hacer las reformas necesarias", pero lo esencial es garantizar al menos la llegada hasta la puerta de entrada. "Y eso, en muchísimos casos, es prácticamente imposible sin una intervención estructural profunda."

La Ley de Accesibilidad de 2007 establece la obligación de garantizar el acceso en edificios cuando hay mayores o personas con discapacidad. Eso convierte el derecho en una cuestión de votos.

"El ascensor es una commodity invisible. Nadie lo valora hasta que falla o no existe", señala el portavoz de FEEDA. "Si un día fallaran todos los ascensores, el país se pararía."

El reto tecnológico

Las grandes empresas del sector están desarrollando soluciones que permitan instalar ascensores en espacios cada vez más reducidos. Pero la rigidez normativa impide, por ahora, su implementación.

La seguridad es el principal criterio: "El ascensor es el medio de transporte más seguro. En 2024 no hubo ningún accidente mortal."

El segundo criterio es la accesibilidad, pero esta depende de algo más que la tecnología: depende del espacio, del dinero y de la voluntad política y vecinal.

En transporte público también hay avances. Metro de Madrid, por ejemplo, está instalando ascensores con conexión directa entre calle y andén en varias estaciones. El objetivo es que el 85% de las estaciones sean accesibles en 2028.

Pero otros espacios siguen siendo un despropósito. "Hay soluciones, claro que las hay. Pero si se valora más una barandilla que la dignidad de una persona, tenemos un problema como sociedad", concluye el arquitecto consultado.

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