
"Nos han convertido en un territorio de sacrificio. Siempre que hay que recortar, se recorta por los mismos". La frase es de Tomás Guitarte, diputado y portavoz de Teruel Existe, pero podría firmarla cualquiera de los representantes que, desde Cuenca, Soria o Guadalajara, denuncian la demolición silenciosa del transporte público en la España vaciada.
El detonante: la nueva propuesta del mapa concesional de transporte por carretera, impulsado por el Ministerio de Transportes. El resultado: una reducción del 75% de las paradas de autobús de larga distancia. En cifras: de las 1.912 actuales se pasaría a solo 495.
"Es un modelo calcado del AVE: solo importa el origen y el destino. El territorio que hay en medio, que se las arregle como pueda", denuncia Guitarte. "Se está aplicando una política de concentración poblacional encubierta, que afecta directamente a la igualdad de derechos".
Cuenca: recortes a cambio de seis minutos
David Cardeñosa, concejal en Tarancón y portavoz de Cuenca Ahora, lo resume con amargura: "Se sacrifican 11 paradas de autobús para ahorrar seis minutos en la línea Madrid-Cuenca. Se deja tirados a 2.000 vecinos para rascar seis minutos. Esto no es eficiencia, es desprecio".
El nuevo mapa, sumado al cierre de la línea convencional de ferrocarril entre Madrid, Cuenca y Valencia, y a la supresión inminente del transporte a demanda en la serranía conquense, deja a decenas de pueblos aislados.
"Callamares, Beteta, Cueva del Hierro, Huerta del Marquesado... todos dependen de ese minibús a demanda que ahora también está en peligro", advierte Cardeñosa. "La Junta de Castilla-La Mancha ha insinuado que va a retirarlo. Es el último hilo que les queda."
Según Cardeñosa, el impacto será especialmente dramático para personas mayores o con movilidad reducida. "Muchos de estos pueblos ya no tienen ni farmacia ni consultorio. La única forma de ir al hospital de Cuenca es ese transporte. Y ni siquiera está adaptado."
Soria
Ángel Tejía, portavoz de Soria Ya, pone el acento en lo simbólico y lo cotidiano. "En los años 50, un soldado podía hacer la mili en Jaca y volver a comer al Burgo de Osma. Hoy eso es impensable. Es la pérdida de un derecho."
El nuevo mapa suprime 33 paradas en la provincia. También desaparece la línea Soria-Calahorra, con más de un siglo de historia. "Se toman decisiones desde un despacho en Madrid en base a criterios como los 500 viajeros al año. Pero eso es absurdo si no tienes en cuenta el contexto rural", afirma Tejía. "Esto no es rentabilidad. Esto es despoblación."
Según Tejía, muchos mayores se ven obligados a depender de sus hijos para acudir al especialista. "Y cuando ir al médico depende del coche del hijo, acabas marchándote. Se acelera el vacío."
Guadalajara
Agustín Ruiz, representante de La Otra Guadalajara, denuncia el cierre de 28 paradas en su zona. "Y no solo afectan a los pueblos donde están las marquesinas. También a los de alrededor. Es una obra de ingeniería política. Nos quieren desconectados para que nos vayamos."
Señala que la mayoría de los afectados no tienen vehículo: personas mayores, jóvenes sin recursos o vecinos que viajaban por ocio, sanidad o papeleo a la capital. "Esto es condenarnos al aislamiento absoluto."
Teruel
La provincia de Teruel perderá 54 paradas. En el conjunto de Aragón, serán 151. "Hablamos de 134.100 personas que pierden acceso a un derecho reconocido: la movilidad", subraya Guitarte. "En Utrillas, un vecino deberá recorrer 70 kilómetros para subir a un autobús que luego pasará por su propio pueblo. Es una aberración."
El diputado aragonés destaca la paradoja de que la ley de movilidad sostenible reconozca el derecho a moverse, mientras el Estado lo cercena. "La evaluación de impacto rural que exige la ley nunca se hizo. Este plan se hizo de espaldas al territorio."
El análisis de los expertos
Luis Camarero, catedrático de Sociología Rural en la UNED, explica que "cualquier reducción del transporte, tanto en número como en frecuencia, afecta a grupos poblacionales muy concretos que no tienen la movilidad a través de automóviles particulares". Entre ellos, menciona "personas mayores que no tienen ya carnet de conducir, personas con bajos ingresos o sin acceso a vehículo propio, y también jóvenes que todavía no han accedido al carnet o no tienen vehículo".En su análisis, la movilidad es una herramienta fundamental para la inclusión.
Aunque reconoce que no ha tenido acceso al detalle del nuevo mapa concesional, advierte que "hay un riesgo evidente de que los territorios rurales queden más aislados y eso implica reducir las oportunidades de la población que permanece en ellos".Camarero insiste en que "no se trata de mantener todos los servicios como estaban, pero sí de entender las funciones sociales que cumplen".
Y sugiere combinar diferentes soluciones: "Quizá hay que repensar los modelos y apostar por una red que mezcle transporte regular con transporte a demanda o colaborativo, siempre asegurando que el resultado garantice la conectividad".En todo caso, recalca que "es fundamental pensar en la cohesión territorial, en evitar que el mapa de servicios públicos reproduzca la desigualdad entre territorios".
Carlos López Escolano, experto en movilidad rural, fue más contundente en su diagnóstico: "La evaluación de impacto rural que exige la ley de movilidad no se ha hecho. Esto se ha hecho desde un despacho". Denuncia que "no se han contado los pasajeros, no se han dado datos, no se ha informado ni se ha trabajado con las comunidades autónomas ni con los municipios".
Según López Escolano, el gran problema del nuevo mapa es su enfoque: "Está basado en un modelo de ciudad. Si tú utilizas los mismos criterios para evaluar el transporte rural que el urbano, lo que haces es eliminar todo lo rural". Y añade: "Esto no es una cuestión técnica, es política. Han decidido que no van a pagar por el transporte rural".
Los ejemplos de otros países
Entre sus propuestas, destaca ejemplos de otros países: "En Francia o Alemania lo que hacen es planificar el transporte rural como parte del sistema general. No depende de si se gana dinero o no. Hay una política pública detrás".
Además, plantea que "no se trata de mantener autobuses vacíos, sino de usar tecnología para planificar y conectar".Menciona que en lugares como Baden-Wurtemberg se está implantando "una app de intermodalidad que permite planificar viajes que mezclan tren, autobús, coche compartido e incluso bicicleta o taxi, con una única plataforma pública".
Para López Escolano, esa es la dirección a seguir: "Hay que usar lo digital para planificar, pero lo importante es que haya un compromiso político con el territorio. Si no, no sirve de nada la tecnología".
Los portavoces coinciden en que existen soluciones. "El sistema de parada bajo demanda es tecnológicamente viable. Si no hay viajeros, no se para. Pero si los hay, sí. No es tan complicado", afirma Tejía."El mapa, tal como está diseñado, responde más a los intereses de las grandes concesionarias que a los ciudadanos."
Ruiz lo resume con crudeza: "Se quiere concentrar a la población en las grandes áreas. Es una estrategia de vaciamiento."
Desde Cuenca, Cardeñosa señala otra incoherencia: "Nos venden un nuevo hospital universitario como la panacea, pero si no puedes llegar hasta él, de poco sirve."
Y todos comparten una queja común: la falta de respuesta del Gobierno. "Ni cartas, ni iniciativas, ni firmas han servido para que el Ministerio escuche", denuncia Soria Ya. "Tendrá que ser por Twitter."
"Queremos servicios equivalentes porque pagamos impuestos equivalentes", concluye Guitarte. "No somos ciudadanos de segunda. La tecnología permite soluciones, pero falta voluntad."