El transporte aéreo representa un pilar fundamental para la economía española, actuando como un catalizador clave del sector turístico y, en consecuencia, para la generación de empleo, la dinamización del comercio y la atracción de inversión extranjera. La conectividad por los cielos no solo favorece la movilidad de las personas, sino que también impulsa el progreso social y territorial, conectando regiones y permitiendo el desarrollo económico.
En 2024, la demanda mundial de transporte aéreo alcanzó niveles inéditos, superando incluso los registros previos a la pandemia con cerca de 5.000 millones de pasajeros a nivel global, según estimaciones del informe Aviation: Benefits Beyond Borders 2024. Un año antes, y según sus datos, el planeta fue escenario de 35,3 millones de vuelos a través de 67.300 rutas aéreas, prestadas por 1.138 aerolíneas, más de 29.000 aviones y en más de 4.000 aeropuertos comerciales.
El impacto económico de la aviación global supera, por tanto, los 4,1 billones de euros, da trabajo a 86,5 millones de personas y equivale al 3,9% del PIB global. En todo este esquema juega un papel muy importante España, un país con una geografía particular y un fuerte peso turístico, que tras la pandemia ha experimentado una recuperación mucho más rápida que la media mundial, consolidándose como uno de los principales mercados de aviación en Europa y en el mundo.
En España, parte de este éxito se debe a la conectividad que garantizan los vuelos domésticos, que desempeñan un papel crucial para garantizar la cohesión territorial y la integración de áreas periféricas entre sí, con el resto del país y con el mundo.
Según un informe elaborado por la consultora PwC en 2023 para el grupo IAG, del que Vueling forma parte, cada millón de pasajeros que utiliza vuelos de corto radio genera aproximadamente 102 millones de euros en Producto Interior Bruto (PIB) y alrededor de 1.852 empleos a tiempo completo. Estos datos reflejan la importancia de estas rutas no solo para el sector de la aviación, sino también para actividades relacionadas como el turismo, la hostelería y otros servicios vinculados.
La misma consultora resaltó el impacto significativo que cada año produce Vueling en la economía, no solo con la actividad aérea y sus servicios asociados, sino también con los estímulos que produce sobre industrias relacionadas con el turismo y los servicios mediante inversiones en los territorios donde opera. Las conclusiones del informe apuntan a que el impacto corporativo y tractor de Vueling en el conjunto de la economía española contribuyó con 7.821 millones de euros al PIB, el equivalente al 4,19% del PIB turístico del país en 2023; y su actividad generó 121.803 empleos, el 5,17% de los empleos turísticos en el mismo ejercicio.
Si nos ceñimos a Cataluña, donde radica la mayor parte de sus operaciones, su impacto socioeconómico supuso una contribución total de 4.588 millones de euros al PIB catalán —el equivalente al 1,6% del total regional y al 13,1% de su PIB turístico en 2023—. Esto se tradujo en la generación de 69.247 puestos de trabajo en el territorio durante 2023, el 1,9% del total de empleos y el 15% de los del sector turístico catalán.
Barcelona-El Prat, un 'hub' internacional
Sin ir más lejos, Vueling operó en 2024 más de 223.000 vuelos en aproximadamente 220 rutas en 30 países, conectando ciudades clave y fortaleciendo los corredores nacionales, especialmente en su base de Barcelona-El Prat, así como en mercados estratégicos como Bilbao, las Islas Baleares o Canarias. Por tanto, la compañía aérea catalana juega un papel relevante en la conectividad aérea de las regiones españolas.
El pasado año, Vueling transportó cerca de 22 millones de pasajeros desde la ciudad condal, consolidándose como uno de los principales motores de empleo y actividad económica en la región. Además, su plan de expansión para 2025 incluye la incorporación de cinco nuevos aviones en toda España (3 en Barcelona, uno en Málaga y otro en Sevilla) y un incremento en la oferta de plazas, reforzando la conectividad tanto nacional como internacional y contribuyendo de forma directa a la generación de empleo y riqueza.
Esta contribución es particularmente relevante en un contexto en el que la conectividad aérea facilita el intercambio entre empresas, gobiernos y personas, impulsando el comercio internacional, el turismo y la inversión extranjera directa. Según datos del informe de PwC, un incremento del 10% en la oferta de asientos aéreos se asocia con un aumento del 4,7% en la inversión extranjera directa, del 2,5% en las exportaciones, y del 4% en la actividad turística. Además, el número de sedes de grandes empresas en la zona de influencia de los aeropuertos crece un 4% con esta mejora en la conectividad.
El papel del transporte aéreo en España tiene además un fuerte componente estructural, ya que muchas de las conexiones domésticas sirven como enlaces imprescindibles para vuelos internacionales de media y larga distancia. Un ejemplo claro es el aeropuerto de Barcelona-El Prat, que actúa como hub para las aerolíneas del grupo IAG y es la base principal de Vueling, que lidera la cuota de mercado del aeródromo con el 41% de los viajeros, unos 20,5 millones de los casi 50 que pasaron por la instalación. En este aeródromo, un porcentaje considerable de pasajeros utiliza vuelos de corto radio para conectar con destinos globales, especialmente Estados Unidos, América Latina o el Sudeste Asiático.
Líder del mercado en España
Desde una perspectiva europea, el sector aéreo español encaja en un contexto donde la aviación comercial en la Unión Europea (UE) representa un motor económico fundamental. En 2023, el transporte aéreo generó en Europa un impacto económico que osciló entre los 0,8 y 1,2 billones de euros y empleó a una cifra entre 9,3 y 15 millones de personas, según datos de los informes desarrollados por las consultoras INECO y ATAG.
España, con una importante red de aeropuertos y una alta demanda turística, destaca especialmente en la conectividad aérea dentro del sur de Europa. Vueling es la principal aerolínea del país en trayectos domésticos con un 32% del mercado, el equivalente a uno de cada tres pasajeros, un liderazgo que ha refrendado año a año durante la última década y aspira a mantener.
El empleo generado por Vueling también tiene una dimensión relevante. Con cerca de 5.000 empleados, la aerolínea es un referente en la industria europea, siendo la única aerolínea europea y low cost en todo el mundo certificada como Top Employer. Su liderazgo no solo se basa en la oferta de rutas y frecuencia de vuelos, sino también en su ADN digital, pionero en la venta de billetes mediante aplicaciones móviles y en la introducción de tarjetas de embarque digitales con código QR. Esta apuesta por la innovación contribuye a mejorar la experiencia del usuario y la eficiencia operativa.