
Renfe se ha visto obligada a dar un paso atrás. La empresa pública ferroviaria ha rectificado su decisión de no incluir plazas reservadas para personas con discapacidad en sus últimas ofertas públicas de empleo (OPE), tras un procedimiento judicial impulsado por el sindicato ALFERRO. En una reunión mantenida en la Audiencia Nacional el 18 de marzo, la operadora aceptó reincorporar estos cupos en futuras convocatorias, después de semanas negando lo que, a ojos de la ley y del colectivo afectado, era una omisión flagrante de sus obligaciones.
La polémica se desencadenó a raíz de la publicación de las OPE POE25-02/2446 y POE25-02/2447, correspondientes a plazas de oficinas. En ninguna de ellas se contemplaban puestos para personas con discapacidad, contraviniendo lo establecido en el artículo 59 del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) y el artículo 42 de la Ley General de los Derechos de las Personas con Discapacidad. Estas normativas exigen, como regla general, la reserva de al menos un 7% de las vacantes, salvo en aquellos casos en los que se justifique de manera razonada que no es posible.
Sin embargo, en las citadas convocatorias no solo se omitió dicha reserva, sino que, según denunció ALFERRO, se hizo sin ninguna motivación legal válida. "Después de años en los que Renfe venía reservando plazas en las OPE anteriores, en 2025 decidieron olvidarse de las personas con discapacidad y pensaron que nadie lo notaría", denunció el sindicato en un comunicado posterior al acuerdo judicial. "Si no hubiéramos demandado, jamás habrían reconocido su incumplimiento", añaden.
La rectificación de Renfe implica que las plazas omitidas se integrarán en próximas convocatorias de contratación previstas para el segundo semestre de 2025. Aunque desde ALFERRO valoran positivamente el compromiso, subrayan que no se trata de una victoria completa: "Aceptamos el acuerdo porque garantiza que las plazas que el Grupo Renfe pretendía eliminar de un plumazo sean reincorporadas en futuros procesos de selección. Eso sí, tomamos nota y estaremos vigilantes".
La situación ha generado una fuerte indignación entre los opositores con discapacidad que preparan su ingreso en la empresa pública. Muchos de ellos dedican años a prepararse para pruebas que deben garantizar condiciones de igualdad, pero no siempre es así.
Uno de esos opositores, que prefiere mantener el anonimato, señala con rotundidad la falta de coherencia en los criterios aplicados por Renfe. "No entiendo por qué en los puestos de taquillero no hay cupo reservado. No tiene sentido. Son funciones perfectamente compatibles con muchas discapacidades. ¿Qué excusa puede tener la empresa para no reservar esas plazas?", denuncia.
Desde el colectivo de personas con discapacidad se insiste en que reservar plazas no es una concesión voluntaria, sino una obligación legal y moral. Así lo recuerda también ALFERRO, que considera que Renfe solo rectifica cuando se le obliga judicialmente. "La Dirección de Renfe podría haber corregido su error de forma voluntaria, pero prefirió negarlo hasta el último momento", señalan.
Este nuevo episodio se suma a una lista de controversias recientes relacionadas con la política de recursos humanos de Renfe. En los últimos años, la empresa ha sido objeto de críticas por la opacidad de algunos procesos de selección y la falta de accesibilidad en determinadas pruebas. Aunque ha habido avances puntuales, los colectivos de trabajadores y aspirantes con discapacidad siguen reclamando medidas estructurales que garanticen un acceso real y no meramente formal.
Para ALFERRO, lo ocurrido demuestra que la vigilancia sindical sigue siendo clave para garantizar el cumplimiento de los derechos. "Lo hemos conseguido esta vez, y lo volveremos a hacer cuando sea necesario", zanjan desde el sindicato, con el convencimiento.