Los 14 millones de pasajeros que cada año hacen uso de la primera línea de alta velocidad del país, la que une Madrid con Zaragoza, Cataluña y la frontera francesa, ya están viendo aumentados sus tiempos de viaje en siete minutos desde este mismo mes debido a unas obras de mejora de la infraestructura que obligarán a ralentizar la circulación de los trenes, y en consecuencia, a demorar su llegada a destino. Con esta demora, los trenes más rápidos del corredor Barcelona-Madrid pasarán a realizar el trayecto en dos horas y 37 minutos.
La actuación, que está teniendo lugar al sur de Madrid, en el entorno del Canal del Manzanares y junto a lo que será el futuro desarrollo urbanístico de Valdecarros, consiste en ejecutar un nuevo bypass que conecte la línea de Cataluña con la de Levante, de modo que los trenes de Barcelona puedan hacer uso de la futura estación pasante de Atocha. Con ello, Adif AV busca mejorar la capacidad de la red en la salida de Madrid hacia el sur, un punto crítico de la red considerado como un embudo por la alta frecuencia de trenes que soporta.
Para garantizar la seguridad de los trabajadores y del entorno, el gestor ferroviario ha fijado una limitación temporal de velocidad (LTV) que hará perder siete minutos a todos los trenes que hagan uso de este trazado, afectando por igual a Renfe, Ouigo e Iryo.
Además, los trenes que unen la capital con Andalucía y el Levante también tendrán que reducir su marcha, lo que añadirá dos minutos a su tiempo de viaje. En consecuencia, Renfe ha adelantado 3 minutos la salida de todos sus trenes, para lo cual ha contactado con más de un millón de clientes.
La obra se iba a iniciar en noviembre de 2024, pero se ha retrasado hasta ahora. Según reporta Adif, tendrá una duración de hasta cuatro años, con especial afección a los ejercicios 2025 y 2026, cuando se realizarán cortes totales en horario nocturno (de 24 a 05 horas, normalmente), coincidiendo con la banda de mantenimiento de la infraestructura.
Tiempo límite entre el tren y el avión
La frontera de las dos horas y media es especialmente sensible dado el contexto ecologista europeo. Países como Francia vetaron los vuelos cortos que pudieran ser sustituidos por trenes que hicieran el mismo trayecto en menos de 150 minutos. En España, esa propuesta formó parte del acuerdo de gobierno entre el PSOE y Sumar, pero elevaron este umbral al entorno de las cuatro horas. En la guerra entre el tren y el avión, el primero ha logrado imponerse hasta alcanzar el 85% de la cuota de mercado, en detrimento del Puente Aéreo del que ha salido recientemente Vueling y pasa a ser operado en exclusividad por Iberia.
Necesidad de ajustar surcos
Según aseguran distintas fuentes consultadas por este medio, Adif ha anunciado a los operadores que una vez finalicen las obras, no retornará al horario original. El gestor ferroviario habría esgrimido la necesidad de aumentar los tiempos de seguridad que se fijan entre tren y tren, conocidos en el argot ferroviario como 'colchones', dado el aumento de frecuencias que ha registrado el corredor tras la llegada de Ouigo e Iryo.
La ruta Madrid-Barcelona está equipada con el sistema de seguridad más moderno del mundo, el denominado ERTMS Nivel 2, que permite alcanzar los 350 kilómetros por hora y que circule un tren cada 2 minutos y medio. Fue implementado en 2011 y permitió elevar la velocidad de circulación hasta los 310 km/h, así como rebajar los tiempos de viaje a 2:30 horas.
Pero dos años después, tras registrar incompatibilidades con los trenes, el Ministerio de Fomento de entonces decidió desactivar este sistema y rebajarlo al Nivel 1, en el que permanece desde entonces pese a la alta inversión realizada.