El grupo aéreo IAG no cesa en su empeño por adquirir la aerolínea portuguesa TAP pese a la paralización del proceso de privatización que ha provocado la caída del Ejecutivo de Luis Montenegro. El Estado portugués, propietario del 100% de su capital, pretende enajenar parte o la totalidad de la compañía aérea en una licitación pública cuyos detalles se iban a conocer este mes, y por la que ya se han interesado los tres grandes grupos aéreos europeos: la matriz de Iberia y British Airways, la franco-neerlandesa Air France-KLM y la alemana Lufthansa, además de otros actores internacionales y fondos de inversión, hasta una decena de postulantes.
Tras renunciar a la compra de Air Europa por las exigencias impuestas por la Comisión Europea, TAP es la última bala que le queda a IAG para adquirir una aerolínea de mediano tamaño que le permita crecer en su mercado más rentable, el transatlántico. Por ello, y pese a la interrupción de entre seis meses y un año que sufrirá el proceso, en el cuartel general del grupo aéreo se sigue trabajando en el proyecto para convencer a los futuros gobernantes, sean los que sean.
Dentro de las múltiples incógnitas del proceso, una en la que hay acuerdo entre los dos mayores partidos políticos lusos (PSD y PS) es el hecho de que TAP deberá mantener su sede en Lisboa, y el aeropuerto lisboeta deberá seguir siendo su 'hub'. Asimismo, el futuro comprador tendrá que seguir ofertando las rutas estratégicas para Portugal, incluidas las rutas con Brasil y las conexiones con los archipiélagos de Madeira y Azores.
Para lograr la adquisición, IAG confía en la fórmula que le sirvió para hacerse con la aerolínea irlandesa Aer Lingus en 2015. Entonces, el grupo aéreo dueño de British Airways propuso hacer uso del aeropuerto de Dublín como un centro de conexión ('hub') para las rutas transatlánticas, tratando de frenar los recelos de una posible preferencia hacia Londres-Heathrow, la base principal de la gran aerolínea británica, de forma que complementase la red que operaba en las islas británicas.
Este planteamiento, que incluyó el compromiso de mantener las franjas horarias (slots) de Aer Lingus en Heathrow y a operar las frecuencias diarias programadas entre Londres y las ciudades irlandesas de Dublín, Cork y Shannon durante siete años, ayudó a obtener la aprobación del Gobierno irlandés y de la Comisión Europea para que Aer Lingus pasase a formar parte del grupo IAG.
En esta ocasión, la apuesta pasa por que el aeropuerto de Lisboa, 'hub' de TAP, mantenga su condición y, al mismo tiempo, cobre importancia dentro del esquema de rutas entre Europa y América, donde compite con Madrid, con todavía bastante capacidad de crecimiento y que lleva años al alza; pero también con otros grandes aeródromos como los de Londres-Heathrow, París-Charles de Gaulle, Ámsterdam-Schiphol o Frankfurt.
IAG proclamó a Barajas como el 'hub' principal de Iberia y los planes de crecimiento que tiene en marcha Aena, por valor de más de 2.500 millones de euros, siguen atrayendo a nuevas aerolíneas asiáticas en línea con el desplazamiento del eje financiero del mundo hacia el Este. Portugal, que ha arrancado un proceso para ampliar el saturado aeródromo de Lisboa, no quiere quedarse fuera y busca su parte del pastel dado el papel creciente de la Península Ibérica como puerta de América.
Las otras exigencias lusas
La gran incógnita del proceso de venta pasa ahora a ser qué porcentaje de la compañía se privatiza. El Partido Social Demócrata (PSD), de centroderecha y gobernante hasta hace unos días, optaba por volver a privatizar el 100% del capital de la aerolínea nacional. Dada la falta de acuerdo con el Partido Socialista, más proclive a conservar una parte del accionariado, llegó a plantear una venta de hasta el 49% del capital, un escenario considerado como el más probable por todos los implicados.
Los socialistas pretenden que el Estado mantenga una participación mayoritaria, una petición a la que también se ha sumado la extrema derecha de Chega. Asimismo, el comprador deberá asumir inversiones para garantizar su crecimiento futuro, y se reservará un 5% del capital para los trabajadores de la aerolínea.
Macron quiere un "matrimonio" entre Air France y TAP
El primer ministro francés, Enmanuel Macron, se convirtió hace unas semanas en el principal apoyo de Air France en su intento por hacerse con TAP. El mandatario galo declaró ante su homólogo luso, Luis Montenegro, su intención de "encontrar una forma innovadora de matrimonio" entre ambas compañías aéreas. Su posición se hizo pública justo la misma semana en que directivos de la aerolínea francesa volvieron a Portugal para negociar con su Gobierno.
Lufthansa no se ha pronunciado directamente sobre la adquisición de TAP, aunque en el sector se da por hecha su participación en el proceso dados sus avances en la adquisición de posiciones estratégicas en varias aerolíneas del viejo continente, como la compra del 41% de ITA Airways o la toma del 10% del capital de Air Baltic.