Meliá Hotels reveló la semana pasada su desempeño durante el pasado 2024, marcado por una demanda turística pujante en todo el planeta y donde ganó un 25% más, hasta un total de 162 millones, con un sustancial alza en sus ingresos. Pero para 2025, la incertidumbre política y su afección en la economía amenazan con frenar la escalada registrada en los últimos años.
P: ¿Qué valoración hace del 2024?
R: Lo más positivo es que todos los objetivos que adquirimos en la junta general de accionistas se han cumplido o superado. Hemos logrado reducir la deuda en 400 millones, 300 procedentes de rotación de activos y 100 millones de generación de caja operativa que no teníamos presupuestados. Hemos entregado 391 millones en dividendos y hemos reducido la deuda financiera a 772 millones, lo que supone una deuda neta sobre ebitda de 2,2 veces, cuando nuestro compromiso era estar por debajo de 2,5 veces.
P: ¿La mejora de ingresos es por la subida de tarifas o de ocupación?
R: Hemos crecido un 10,7%, por encima del doble dígito, del cual el 75% se debe a la mejora de tarifas, y el otro 25% a la mayor ocupación. Esto nos ha permitido elevar ingresos un 4,4%, hasta 2.130 millones. En cuanto al ebitda, nos comprometimos a obtener 525 millones y hemos alcanzado 533,6. Si le añadimos las plusvalías, se convierte en 575,5 millones. Esta mejora se ha debido al ajuste en las tarifas y a una contención de gastos y otras eficiencias operativas, mejorando nuestro margen en 127 puntos básicos y alcanzando el 26,5% de los ingresos.
P: ¿Qué hitos se han fijado para 2025?
R: Los resultados deberían estar en un rango de medio dígito, por encima del 5%, con un balance más equilibrado entre tarifa y ocupación. Aún no hemos alcanzado las ocupaciones prepandemia, pero estamos cerca y lo conseguiremos. También estimamos una reducción significativa del coste financiero, ya que hemos renegociado toda nuestra deuda y reducido los spreads en más de 100 puntos básicos. También las bajadas de interés ayudarán.
P: ¿Seguirán reduciendo su deuda al mismo ritmo que el año pasado?
R: No planteamos reducirla más en el corto plazo, una vez hemos conseguido un nivel de deuda saludable. Nos sentimos cómodos con la ratio actual. Nuestro enfoque está ahora en mejorar la retribución al accionista, ya sea a través de dividendos o aprovechando las oportunidades de inversión que se generen, siempre manteniendo el apalancamiento en esos niveles.
P: ¿Cuántos hoteles sumaron?
R: Nos comprometimos a firmar al menos 30 hoteles y acabamos acordando 34, lo que supondrá añadir otras 5.000 habitaciones. En cuanto a aperturas, dijimos de abrir 30 y hemos acabado con 19, unas 3.000 estancias.
P: ¿Mantienen el plan de abrir otros 30 hoteles en 2025?
R: Hemos fijado un mínimo de 20 aperturas, lo que implicaría una cada dos semanas.
P: ¿Qué previsiones manejan para estos primeros meses del año?
R: Son bastante prometedoras. Estamos viendo la tendencia creciente en la demanda, aunque ya se ha normalizado. Todas las compañías que han presentado resultados confirman esa tendencia a normalizar, que creemos que es sana. Estamos viendo un buen comienzo de año en Canarias, lo que junto al aumento de ventas del pasado Black Friday nos sitúa en un 16% más de negocio confirmado respecto a la misma fecha del año pasado.
P: ¿La reducción del crecimiento implica que el mercado ha alcanzado ya sus tarifas máximas?
R: Nos habíamos acostumbrado a tener tarifas extremadamente competitivas. A pesar del incremento que hemos experimentado en los últimos años, seguimos lejos de nuestros principales competidores, sobre todo los no europeos, pero también Londres o París. Hay aún cierto margen de recorrido, sobre todo a nivel vacacional, donde destinos como Marbella o Ibiza están a años luz de rivales como Santorini, la Costa Azul francesa o la Cinque Terre italiana. Ni mucho menos estamos en máximos, aún nos queda un importante recorrido.
P: ¿La apuesta por el lujo es una garantía de márgenes a futuro?
R: Es más una apuesta por buscar una mayor resiliencia a los ciclos, ya que los segmentos de lujo y superior son quienes históricamente han sufrido menos las bajadas de una posible crisis económica. La apuesta por el reposicionamiento y la expansión al lujo trata de buscar segmentos menos sensibles al precio y más a la calidad, no sólo ayuda a mejorar márgenes, también a lograr una compañía más resiliente.
P: ¿Donde va a crecer más Meliá en los próximos años, en urbano o en vacacional?
R: Algo más en vacacional. El 70% de los hoteles a abrir en los próximos dos años están en este segmento. E incluso el 30% restante de hoteles urbanos tienen un fuerte componente de ocio. No crecemos en capitales financieras, sino en las de ocio. De cara a la próxima década, aspiramos a que el 80% sea en vacacional y esté concentrado en las zonas donde más cómodos nos sentimos y que conforman nuestro eje más funcional: Caribe, Mediterráneo, sudeste asiático y Oriente Medio.
P: ¿Dan por acabada la etapa de reformas y reposicionamientos?
R: Muchos de nuestros activos están en muy buenas condiciones, por lo que esas reformas se irán atenuando. Entre 2017 y 2024 hemos reformado 40 hoteles por el mundo con una inversión de 400 millones. De esos, 253 fueron en España. Eso tiene su reflejo en la apreciación de los activos: a cierre de 2024, se han revalorizado un 14%, subiendo de 4.600 a 5.200 millones de valor.
P: ¿Tienen previstas nuevas desinversiones como las del 2024?
R: No hay nada en el radar. Nos sentimos muy cómodos con lo realizado. La generación de caja de la compañía será suficiente para confirmar los objetivos de crecimiento, así que no hay nada en marcha.
P: ¿Están dispuestos a adquirir carteras completas?
R: Estamos muy cómodos con nuestra apuesta por el modelo de gestión y con las alianzas que tenemos. No descartamos adquirir algún activo en propiedad siempre que se mantengan las ratios de deuda, pero vamos a seguir creciendo en gestión, porque tiene menos consumo de capital y permite un crecimiento exponencial de los márgenes.
P: ¿Qué planes tienen para España?
R: En 2024 abrimos seis hoteles, y este año abriremos en Fuerteventura en junio y en Málaga a final de año.