
El Ayuntamiento de Benalmádena y el grupo inmobiliario Tremón firmarán mañana un protocolo para desbloquear la situación del Tívoli, mítico parque de atracciones de la Costa del Sol, cerrado desde hace años. Se barajan cifras de inversión cercanas a los 100 millones de euros para relanzar el parque y asociarlo a proyectos comerciales y hoteleros, según adelanta Sur.
Se espera que mañana, con la firma del protocolo entre el alcalde de Benalmádena, Juan Antonio Lara, y el representante de la empresa, se vayan conociendo más detalles. El proyecto necesita de cambios en el planeamiento urbanístico para hacer posible compatibilizar el parque de atracciones con otros aprovechamientos como un hotel y centro comercial.
El único parque de atracciones de Málaga, uno de los más primeros en España, fue iniciativa en 1972 del empresario danés Bent Olsen (curiosamente, Francisco de la Torre, actual alcalde de Málaga, ya estuvo en aquella inauguración pero como presidente de la Diputación). Tuvo años de esplendor, al calor de la expansión turística de la Costa del Sol. Para la historia local, la llegada al parque de Jaime de Mora y Adnan Khashoggi en helicóptero. El pasaje del terror lo inauguró Anthony Perkins. Sus atracciones estaban llenas, y a sus escenarios se subían las grandes estrellas del momento.
De Sandokán a Tremón
En 2004 la propiedad pasó al empresario cordobés Rafael Gómez (Sandokán), y en 2007 a Tremón, que ya afrontó una primera crisis en 2008.
La solución para conseguir rentabilidad de la que ya se hablaba en esa época era la de asociar al parque hoteles y centros comerciales. No fue posible ponerlos en marcha entonces.
El parque aún se mantuvo abierto más años, ya no de forma permanente, hasta la pandemia y el concurso de acreedores de 2020, del que ya no se recuperaría. Hasta que ahora vuelve a encenderse una esperanza.