
El touroperador del grupo Piñero cumple medio siglo de vida apoyado en el 'boom' del turismo. Su CEO, Tomeu Bennasar, lidera la transformación de la compañía para prepararla para la nueva era del sector.
P: Soltour cerró 2024 con una caída de la facturación, pasando de 165 a 141 millones de negocio. ¿Qué valoración hace el pasado ejercicio?
R: Ha sido un año positivo para nosotros. Nuestros objetivos estaban centrados en la diversificación, dentro de una fase de transformación. Llevamos tres años preparándonos para el futuro, invirtiendo en la modernización del acercamiento al cliente, la personalización del producto y la digitalización. No nos marcamos objetivos a corto plazo en volúmenes o crecimiento, sino que buscamos estabilidad.
Este año hemos logrado nuestros objetivos: mantener la producción y aumentar el peso de lo que llamamos producto diversificado. Ahora, el 45% de nuestras ventas proviene de destinos y productos fuera del Caribe y Baleares, lo que valoramos muy positivamente. En 2024, la venta anticipada funcionó muy bien en la primera mitad del año, pero la punta de verano no alcanzó las expectativas. En general, el balance es positivo y optimista de cara al futuro.
P: ¿Qué previsiones tienen para 2025 en términos financieros y operacionales?
R: Nos hemos marcado un crecimiento del 14% para 2025, con el objetivo de seguir aumentando la diversificación. Queremos consolidarnos como un operador global con producto global. En cifras, aspiramos a que el 50% de nuestras ventas provengan de producto diversificado. A partir de ahí, en los próximos dos años empezaremos a plantearnos una expansión en producción.
P: ¿Se refiere a destinos, o también a segmentos de negocio?
R: A ambas: destinos y formas de viajar. Hemos introducido circuitos, grandes viajes combinados, estancias con experiencias… Son productos muy valorados. En cuanto a destinos, estamos desarrollando Marruecos, reabriendo Túnez y preparando la apertura de Egipto. También apostamos por Albania, Turquía y Croacia, que combinan oferta cultural con playa. Son destinos muy atractivos para nuestros clientes.
Además, como turoperador, trabajamos en reducir los puntos de fricción para los viajeros. Uno de los principales problemas es la conectividad, por lo que hemos introducido vuelos regionales desde Albacete, Valladolid, Sevilla o Palma de Mallorca, evitando que los viajeros tengan que desplazarse a Madrid o Barcelona, ofreciendo un producto más asequible y con mayor valor añadido.
P: Eso ayuda a abrir nuevos mercados...
R: Absolutamente. Estas operaciones regionales funcionan muy bien y siempre salen llenas. Por primera vez, un turoperador ha pensado en estos viajeros. No podemos ofrecer un vuelo diario desde Albacete, por ejemplo, pero sí cada dos o tres meses. Y el cliente se adapta a esas fechas porque valora la comodidad. Es una estrategia que nos está funcionando muy bien, aunque hay que ajustarla. Este año, por ejemplo, las operaciones desde Valencia se vieron afectadas por diversas circunstancias y tuvimos que reorganizarlas. Pero en general, el balance es positivo.
P: En cuanto a destinos, últimamente se habla mucho de los planes de Marruecos por desarrollar su sector turístico. ¿Está creciendo tanto como parece?
R: Marruecos tiene ciertas connotaciones que pueden influir en la percepción del viajero. Muchas veces, el turismo se mueve por la información que recibe en los medios. Sin embargo, es un país con una gran riqueza cultural, muy bien preparado para el turismo, con gente amable y una oferta muy variada: desierto, circuitos, playa, cultura… y está a solo una hora de vuelo. Nuestro trabajo como turoperadores es dar a conocer estas opciones y educar al cliente sobre ellas.
P: Otro destino emergente está siendo Turquía. ¿Sigue en auge, o empieza a estabilizarse?
R: Turquía siempre ha gustado en el mercado español. Desde Semana Santa hemos operado varias conexiones y todos los aviones han ido llenos. Es un destino con gran demanda en España y cuenta con atractivos muy potentes como la Capadocia o su costa. Eso sí, en los países árabes la demanda se ve afectada cuando hay conflictos. La guerra en Gaza no ha ayudado y ha impactado en Egipto, Turquía y Jordania.
P: Se habla mucho de los 94 millones de turistas que recibe España, pero poco del turismo emisor. ¿Qué perspectivas manejan?
R: El volumen se mantendrá estable. La economía española no está mal, pero tampoco en su mejor momento. El turista de perfil medio-bajo sigue viajando, aunque el presupuesto influye. No somos el sector más perjudicado en tiempos de incertidumbre económica, pero tampoco el más favorecido.
P: En cuanto a precios, los hoteles están aplicando subidas mínimas del 5%. ¿Qué evolución prevén en los precios de los paquetes vacacionales?
R: Se moverán en una línea similar. Los paquetes están muy condicionados por los precios del transporte aéreo y hotelero. El precio hotelero crecerá en un solo dígito, aunque ya se empiezan a notar presiones a la baja. El precio de los vuelos es una incógnita. Si no hay grandes variaciones en el euro-dólar ni en el coste del combustible, deberían mantenerse estables.
P: Soltour ha cumplido medio siglo de vida. ¿Cuál es su hoja de ruta para llegar al centenario?
R: Cumplimos 50 años, lo que en la industria turística es mucho tiempo. Es un reflejo del buen hacer empresarial y de nuestra visión a largo plazo. Nuestra prioridad es acercarnos al cliente y seguir aportando valor. Tradicionalmente, hemos sido un turoperador muy vinculado a la intermediación, con cierta distancia del cliente final, de la compañía aérea y del hotelero. Ahora buscamos una relación más cercana con todos los actores de la cadena de valor para seguir evolucionando.