
Talgo descarta definitivamente la construcción de una planta de fabricación de trenes en Longannet (Escocia), un proyecto anunciado en 2018 que implicaba una inversión estimada de 45 millones de euros (40 millones de libras de entonces) y la creación de un millar de puestos de trabajo. La empresa española ha confirmado a medios británicos que no proseguirá con los planes para abrir esta instalación, tras años de incertidumbre marcados por la falta de avances y la pérdida del contrato para suministrar material rodante al proyecto ferroviario HS2 (High Speed 2) en 2021.
La nueva planta de Longannet estaba vinculada a la participación de Talgo en el HS2, la línea ferroviaria de alta velocidad que uniría el centro y el norte del Reino Unido, que acumula años de retraso y parálisis por las decisiones de los distintos Ejecutivos conservadores. En 2021, el fabricante español quedó fuera del proceso de adjudicación y, aunque reiteró su interés en establecer una base en el condado de West Fife, la falta de encargos significativos ha terminado por cerrar la opción.
"Como ya sabéis, los planes de Talgo para Longannet estaban estrechamente relacionados con el proyecto HS2 y con la participación de Talgo en él, lo que ya no es así", indicó un portavoz de la compañía al medio escocés The Courier. A pesar del carpetazo definitivo a este proyecto, la empresa mantiene su interés en el mercado británico, en especial en la posible renovación del parque ferroviario escocés.
La idea de una nueva planta en suelo británico fue anunciada en 2018 como una oportunidad para reindustrializar el área tras el cierre de la central térmica de Longannet en 2016. Se trataba de una de las inversiones más ambiciosas en la región, con la previsión de generar empleo y posicionar a Escocia como un centro de producción ferroviaria para el Reino Unido y otros mercados.
Sin avances desde entonces
Desde su presentación, la iniciativa pasó por distintas fases sin materializarse. En diciembre de 2019, el ayuntamiento concedió el permiso urbanístico para la planta, pero la falta de contratos clave condicionó su desarrollo.
Cuando el fabricante español quedó fuera del HS2 en 2021, aseguró que exploraba otras oportunidades tanto en el Reino Unido como en el mercado internacional. "No solo estamos pensando en construir para el mercado del Reino Unido, sino también en construir para la exportación", indicaba entonces un portavoz de Talgo.
En 2022, la agencia de desarrollo económico escocesa Scottish Enterprise, confirmó que la opción de compra del terreno, acordada con Scottish Power, había expirado. Desde ese momento, el proyecto quedó en suspenso y las expectativas sobre su viabilidad se redujeron.
La clausura al proyecto británico está íntimamente ligada con el desinterés del actual socio mayoritario de Talgo, el fondo Trilantic, por continuar invirtiendo en la compañía que tiene a la venta, y para la cual busca postor. De hecho, la dirección del fabricante ha rechazado varias ubicaciones propuestas por el Gobierno de España para ampliar su capacidad de producción, dado el retraso que acumulan sus entregas.
La compañía dirigida por Gonzalo Urquijo tiene por completar la homologación de los Avril de la serie 106 para Renfe; además de terminar la fabricación de nuevos trenes de la serie 107; 89 trenes Talgo 230 encargados por la alemana Deutsche Bahn; 10 unidades del mismo modelo que compró la danesa DSB y nuevos trenes nocturnos para Egipto.