
José Antonio Jainaga rebaja sus aspiraciones en la toma de Talgo y no necesitará tomar el 29,9% del capital para ser el primer accionista de la compañía. El empresario vasco ha puesto sobre la mesa un máximo de 100 millones de euros, según ha podido saber elEconomista.es de fuentes próximas a la operación. Esto limitaría su participación a un máximo del 20% del accionariado siempre que Trilantic, actual máximo accionista, acceda a vender sus títulos a los 4 euros por título que ha ofertado el presidente de Sidenor.
El futuro de la composición accionarial de Talgo será uno de los temas que estarán sobre la mesa del consejo de administración convocado para este jueves, cuando el fondo británico y sus socios, las familias Abelló (dueños del 3%) y Oriol (con un 7%), tendrán que resolver otros frentes que tiene abiertos la compañía, tanto judiciales por las sanciones de 170 millones de Renfe; como operacionales por la falta de capacidad para producir, lo que sigue retrasando las entregas de nuevos trenes.
Hasta ahora, el posible relevo en el accionariado del fabricante de trenes ha estado encallado por la falta de acuerdo con el fondo de Javier Bañón, que monopoliza la negociación. El dueño de la siderúrgica formalizó a mediados de octubre su propuesta de adquisición ante el Consejo; pero la demora en la entrega de los documentos necesarios para auditar la compañía ferroviaria han exasperado a Sidenor, que el pasado domingo amagó con levantarse de la mesa: "Si los accionistas actuales no nos quieren en Talgo, nos retiraremos para no gastar inútilmente tiempo y energía", expresaron portavoces de la siderúrgica a EFE.
Para hacer público su apoyo y presionar a Trilantic en aras de acelerar la conclusión, el Ministro de Transportes, Óscar Puente, visitó la semana pasada la fábrica de Sidenor. Moncloa pretendía dejar resuelto el tema antes de que acabara el año, pero se ha topado con las pocas prisas del fondo británico, pese a que lleva años queriendo salir de Talgo. Al posible interés de Polonia por formular una oferta a 5 euros por acción se suma el que a partir del 1 de enero dejará de estar atado a los Abelló y los Oriol al caducar el pacto de socios. Con ello también desaparece la cláusula de arrastre de sus títulos, pudiendo venderlos libremente en el mercado.
El bloque vasco tomaría el 30%
El presidente de Sidenor, que llegó a comunicar una oferta por "todo o parte del capital", forma parte y aspira a liderar el bloque de inversores del País Vasco que pujarán conjuntamente por el 29,9% del fabricante para evitar lanzar una opa.
Junto a Jainaga se han propuesto como acompañantes, siempre que se cumplan ciertas condiciones, el Gobierno Vasco, a través de su fondo público Finkatuz; y la Fundación Vital, heredera de las antiguas cajas de ahorro alavesas. Pero este conglomerado de socios no está cerrado y desde el Ejecutivo de Pradales (PNV) se continúa buscando nuevos socios que puedan reforzar el perfil financiero e industrial del grupo. Entre ellos suena con fuerza la fundación BBK, que esta misma semana adquirió de forma directa un 3% de CAF, posición que antes ostentaba de forma indirecta a través de Kutxabank.
El lehendakari vasco reiteró recientemente sus intenciones de entrar en Talgo, pero no quiso detallar con qué porcentaje: "El Gobierno Vasco está dispuesto a apoyar un proyecto industrial para Talgo que implique garantizar su viabilidad industrial, que implique arraigo y que implique la atracción de elementos fundamentales para el arraigo, como las unidades de I+D+i y que la sede social y fiscal de una empresa como Talgo esté en Euskadi". Esta condición haría que su actual fábrica de Rivabellosa (Álava) pasase a ser la sede social y fiscal de su compañía, en detrimento de la planta de Las Matas (Madrid), que también dejaría de gestionar la innovación.