
Hubo un tiempo en que las administraciones públicas de toda España miraban a Madrid como referente en innovación en el transporte público. La puesta en marcha del Consorcio Regional de Transportes (CRTM) como un organismo pionero capaz de integrar a todos los agentes de movilidad bajo un único ente organizador y gestor fue replicada por varias áreas metropolitanas del territorio español, sirviendo de ejemplo para la formación de los distintos consorcios provinciales de Andalucía o a la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) de Barcelona, entre otros.
Pero la continua politización del regulador madrileño, las injerencias de los gobernantes de turno para imponer ampliaciones de Metro o líneas de bus absurdas y su obsolescencia técnica y de personal han provocado que el CRTM haya perdido su liderazgo tecnológico y moral en favor de otras regiones que, sin hacer mucho ruido, han implementado una serie de estrategias que van dando sus frutos.
Es el caso del Consorcio de Transportes de Asturias (CTA), un ente público creado en el año 2002 con el objetivo de unificar toda la movilidad del Principado bajo un único regulador. En los últimos años, en línea con las estrategias del Gobierno asturiano, el CTA ha cobrado una especial importancia con el objetivo de avanzar en dejar atrás ese sentimiento habitual en Asturias de abandono en cuanto a sus conexiones con la Meseta o entre sus propias regiones, dada la difícil orografía.
El transporte en Asturias es algo más complejo que en el resto de comunidades autónomas españolas. El territorio cuenta con dos redes ferroviarias diferenciadas, la de ancho ibérico, que acoge los servicios de Cercanías y Media Distancia; y la de ancho métrico, antiguamente conocida como FEVE, que hasta 2012 -cuando se integró en Renfe- eran operadas de forma independiente. De hecho, hasta hace pocos años ni siquiera tenían integradas sus tarifas.
Dada la geografía del lugar, la piedra angular de la movilidad son los autobuses, cuyas concesiones están mayormente operadas por ALSA. En el esquema de movilidad hay que incluir rutas del Estado, trayectos regionales y una enorme cantidad de rutas locales, mayormente pensadas para dar servicio a pueblos y aldeas al tiempo que se garantiza el traslado de ciertos colectivos, como los estudiantes o las personas mayores. Además, las ciudades de Gijón, Oviedo o Avilés cuentan con servicios urbanos; y durante el verano hay que sumar otros recorridos excepcionales, como el servicio que sube a los Lagos de Covadonga.

Para solventar toda esa ecuación de tarifas, horarios, operadores y garantizar los transbordos, el CTA puso en marcha el llamado Billete único, una tarjeta de transporte que puede utilizarse indistintamente en los buses urbanos, interurbanos o el tren; pero que además permite moverse a un precio único mensual, independientemente del modo por el que se opte o los viajes que se hagan. Era una fórmula similar al extinto 'Abono Transportes' de Madrid, y al igual que en la capital, permitía que conviviera ese abono mensual con billetes sencillos o bonos de 10 viajes que comercializaba cada operador.
Con el tiempo, el Gobierno de Asturias se dio cuenta de que ese modelo se había quedado desfasado y había que avanzar a una nueva fórmula donde, además, se incorporasen otros modos de movilidad que se habían ido sumando a la ecuación. Así, en el año 2023 lanzó la plataforma Conecta, un título de viaje único que, además de permitir viajar en transporte por carretera o ferrocarril, irá incorporando otros modos como los taxis, vehículos compartidos, bicicletas o patinetes.
Abono de 30 euros
Tras la puesta en marcha por parte del Estado de las bonificaciones al transporte público, el CTA acordó el lanzamiento de Conecta en mayo de 2023, un hito que iba acompañado de una atractiva propuesta para los usuarios: una tarifa única de 30 euros para moverse de forma ilimitada por el Principado.
La verdadera revolución de esta tarjeta está en el hecho de que Asturias ha sido una de las primeras regiones en España en adoptar el formato monedero, según el cual un viajero mete saldo en ese título, y se le va descontando según viaja con un tope máximo de 30 euros al mes, algo similar a la Oyster Card de Londres. Ni Madrid ni Barcelona han implementado nada similar aún. Si no se quiere usar la tarjeta Conecta, la única opción que le queda al viajero es abonar el Billete Sencillo o adquirir el Bono 10 Conecta, que permite efectuar diez viajes.
Para garantizar el éxito de esta nueva fórmula, el Gobierno astur también acordó mantener unas tarifas muy asequibles en su transporte. Para ello, dividió el mapa de su región en 30 zonas tarifarias, y diseñó un esquema de ocho tarifas distintas aplicables en función de las zonas atravesadas. Así, si sólo se atraviesa una zona, el importe a abonar será de 0,45 euros; mientras que si se recorren ocho zonas (de punta a punta), el coste es de 4,34 euros.
La última novedad dada a conocer por el organismo es la integración de la gratuidad de la red de Cercanías, ofrecida por el Gobierno Central hasta 2026 como contraprestación por los retrasos en la llegada de nuevos trenes de ancho métrico. De esta forma, los viajeros de Renfe no tendrán que hacerse con el abono cuatrimestral como hasta ahora, sino que podrán usar la tarjeta Conecta como en el resto de modos.

Además, el ente público ya trabaja en el desarrollo de las herramientas tecnológicas que permitirán reservar taxis a través de su aplicación móvil, convirtiéndose en la primera administración pública en España que permita contratar este servicio público a través de sus herramientas. También se trabaja con los ayuntamientos para poder pagar en parkings intermodales y aparcamientos seguros para bicicleta, y se tratará de integrar el pago del transporte rural a demanda que también existe en la región.
Esta combinación de factores provocó que en los primeros cinco meses se emitieran 100.000 tarjetas Conecta; cifra que ya supera los 260.000 usuarios. En una región notablemente envejecida como es Asturias, destaca el hecho de que un tercio de sus usuarios sean jóvenes de menos de 30 años y que el 67% de los usuarios sean mujeres.
Según relató recientemente Alejandro Calvo, consejero de Fomento del Gobierno de Asturias, los datos de movilidad del Principado reflejan un crecimiento del uso del transporte público superior al 18,5%, triplicando la media nacional. Ello demuestra la importancia de combinar un modelo tarifario atractivo con una amplia oferta de servicios para que los viajeros dejen de usar el vehículo privado.
Al lado del usuario
El verdadero plan estrella del Gobierno asturiano este año ha sido la puesta en marcha de los servicios de autobús lanzadera que conectan 31 municipios con el tren de alta velocidad que llega al territorio desde finales del año pasado. Las doce rutas puestas en marcha por el CTA conectan la mayor parte de los concejos con el primer o segundo tren del día con destino Madrid, acercando el AVE a la 92% de la población. Este servicio, puesto en marcha en julio, tienen enlace garantizado con los trenes y llegan incluso a los destinos más lejanos, como Ribadeo, Cangas del Narcea, Tineo, Cangas de Onís o Llanes.
Otro de los factores que revelan el liderazgo del CTA como gestor del transporte a nivel nacional es su capacidad de adaptación a las necesidades de los usuarios. Sin ir más lejos, en septiembre aprobó la puesta en marcha de un nuevo servicio de autobús que conecte a los trabajadores del centro logístico de Amazon, en el polígono de Bobes (Siero) con su ciudad de referencia, Pola de Siero, y con la capital regional, Oviedo.
También para adaptarse a las necesidades de los cada vez más turistas que visitan Asturias, el CTA puso en marcha lanzaderas veraniegas a espacios naturales protegidos, reservas de la biosfera y enclaves costeros. Estos buses, que contaban con descuentos, evitaron que más de 108.000 personas accedieran en sus vehículos privados.