El verano de todos los récords no convence a todos en el sector, donde la subida de tarifas hoteleras podría afectar a la competitividad de España como destino. Así lo explica Ricardo Fernández, CEO de la agencia de viajes online Destinia.
Pregunta: ¿Cómo le está yendo a Destinia?
Respuesta: Cerramos el año pasado con 235 millones de facturación y el objetivo para este era crecer al menos un 10%. Sin embargo, está siendo un año atípico, porque el primer trimestre fue espectacular, con cifras un 30% por encima, pero el segundo fue muy flojo. Los clientes reservaron con muchísima antelación por la inflación de precios, de modo que en el primer trimestre se vendió mucho de cara al verano, y según se acercaba, las reservas iban decreciendo. A 31 de agosto vamos un 6% por encima de 2023, por debajo de lo que querríamos, pero el último trimestre pinta muy bien: en septiembre se está reservando mucho más que el año pasado a estas alturas para los meses de noviembre y diciembre.
P: Los grandes de la industria ya hablan de frenazo. ¿Confirmáis esa sensación?
R: Todos los empresarios están viendo lo mismo, que se han ralentizado las ventas durante el verano y que los crecimientos ya no son como los del año pasado. Todo el mundo ha notado el verano más frío de lo que se esperaba. No está claro el motivo, pero parece que la escalada de precios ha llegado a su fin tras constatar una inflación del 7% este verano, pero para este último trimestre todo indica que habrá un aterrizaje de precios.
P: ¿Han tocado techo los precios de las habitaciones?
R: La tarifa en España necesitaba actualizarse. Se ha hecho, ha habido mucha inflación, pero el consumidor ya no puede aguantar más aumentos de tarifa y ahora es momento de precios más contenidos. Las tarifas están un 40% por encima de antes de la pandemia. El consumidor ha ido cambiando: el primer año aguantaba cualquier cosa, el segundo baja el número de noches, pero ahora se plantea que no puede pagar más.
P: Ha habido destinos como Ibiza donde se ha notado especialmente esa caída de turismo. ¿Tenéis cuantificada esa caída?
R: Ha habido empresas a las que les ha ido muy bien el año, pero en determinados destinos ha caído el número de reservas entre un 5% y 10%, como Benidorm, Baleares o Torremolinos. Pero hay empresas que, a pesar de ello, les ha ido muy bien: han aumentado su facturación a costa de tener menos clientes. Es la paradoja del sector, no pasa nada que haya menos si ganamos más, pero a largo plazo es algo incómodo, porque deja menos capacidad de aguantar. De cara al futuro próximo nadie va a bajar sus tarifas, pero tampoco las van a subir. Se va a ver estos meses en Canarias, que va a tener precios más moderados.
P: Vistas estas expectativas, ¿podemos olvidarnos de los 100 millones de visitantes en España?
R: Nos vamos a quedar muy cerca, pero quizás no lleguemos. El cliente norteamericano ha funcionado peor de lo que pensábamos, pese a que había muchas esperanzas depositadas en ellos. Turquía está cobrando mucha fuerza entre los clientes británico o alemán, y eso nos está afectando.
P: ¿Todo esto invita a pensar en un cambio de paradigma de cara a reducir el número de visitantes y que los que vengan paguen más?
R: El discurso del turismo de más calidad siempre me ha parecido clasista, porque eso provoca que vengan personas con más dinero, pero impide que los nacionales no puedan ir a ciertos destinos al ser más caros también para ellos al reposicionarse hacia el lujo. La clave no es que vengan más turistas en verano, es que la temporada se expanda y visiten más lugares. Nunca hemos vendido tanto en junio y septiembre como este año, de modo que la temporada de verano ha pasado a ser de cuatro meses. Cada vez hay menos hoteles que cierren durante el año, cada vez hay más destinos, algunos de ellos atípicos, como el norte, al que la gente va tratando de huir del calor. Si logramos extender la temporada y ampliar el número de destinos, podremos alcanzar los 100 millones sin saturaciones.
P: ¿A dónde han viajado este verano los españoles?
R: La conectividad aérea de largo radio sigue sin haberse recuperado, de modo que han vuelto a apostar por los destinos de proximidad, como Reino Unido, Francia, Italia o Portugal. Sólo América del Norte ha funcionado frente a Asia o Sudamérica, a donde siguen faltando vuelos. En cuanto al medio radio, la guerra de Israel ha provocado que destinos de medio radio como Egipto o Jordania estén muy por debajo de lo habitual.
P: ¿Cómo se va a comportar la temporada alta de Canarias?
R: Todo lo que está ocurriendo en el norte de África y Oriente Medio les está beneficiando. No sabemos si será récord o no porque habrá que ver hasta el último minuto, pero será muy buena temporada.
P: ¿Marruecos está quitando visitantes a España?
R: Es un destino que lleva creciendo año a año, sin que a nosotros nos perjudicase, aunque es cierto que este año se ha estabilizado y no ha crecido como otros años. De todo el norte de África, es el país con mejor dinámica, pero no está yendo tan bien como les iba antes del conflicto de Israel. Es un destino bien posicionado para el cliente francés, pero la inercia que tenían en años anteriores no la estamos viendo este.
P: El sector lleva años esperando al turismo asiático. ¿Han vuelto?
R: El mercado asiático en general, y chino en particular, están funcionando muy bien, pero seguimos sin tener conectividad suficiente como para tener relevancia para ellos. Las aerolíneas con hub en España no tienen conexiones con Oriente Medio ni Asia; Rihad Air no está volando, Iberia y Air Europa están mirando a América… esto está generando un problema.
P: Si lográsemos recuperar esa conectividad, ¿volveríamos a tener otra tensión de precios al alza? ¿Y cómo se comportará el segmento de lujo?
R: Seguro que influiría en el precio, aunque España está competitivamente en el máximo que puede estar ahora mismo. Anatalya, en Turquía, es una región que está cogiendo mucha fuerza, con un producto hotelero nuevo, nuevas infraestructuras y mucho visitante árabe, por lo que compite directamente con nosotros. Hay lugares en España que empiezan a estar muy fuera de precio. Algunos como Ibiza o Mallorca tienen ciertos componentes aspiracionales que les ayudará a mantenerlos, pero otros van a tener muy difícil justificar sus diferencias al existir alternativas en Europa a menor precio. Quizás Madrid, que a día de hoy es el destino más caro por noche, sí podrá sostener los precios del lujo.
P: Hay una apuesta masiva de las grandes cadenas por el lujo, reconvirtiendo hoteles hacia estándares más elevados. ¿Eso no está relegando al visitante que busca alternativas asequibles a la vivienda turística?
R: Si bien es cierto que están apareciendo cada vez más hostales modernos en grandes ciudades y cierta oferta de 1 y 2 estrellas, hay tanta vivienda vacacional en el mercado que provoca que los hoteleros apuesten por posicionarse en el nicho más alto. Si finalmente se acaba regulando sí que habrá distorsiones en el mercado, pero como se han subido precios sin afectar a la demanda, las cadenas seguirán optando por esto.
P: ¿Hay visitantes suficientes para tanto hotel de lujo?
R: En Madrid sí, ya que estamos viendo que las ocupaciones son muy buenas. En el futuro ya veremos. Fuera de la capital todavía hay mucho hueco en el mercado, ya que el turista norteamericano es muy poco sensible al precio, tienen un poder adquisitivo alto y están acostumbrados a pagar mucho.
P: Han demandado a Booking por utilizar su marca en los buscadores. ¿En qué estado está su demanda?
R: Hemos detectado que han utilizado nuestra marca y al clicar en el enlace te dirige a su página web. Creemos que esto no es legal, levantamos un acta notarial en 20 países y hemos planteado una demanda por infracción de marca donde les reclamamos que dejen de hacerlo. Es una práctica agresiva y que consideramos ilegal. En su debido momento se cuantificarán los perjuicios, pero la clave es erradicar estas conductas.