Transportes y Turismo

El PSC revisará el destino de los 100 millones del fondo de fomento al turismo

  • La Sindicatura de Cuentas denunció el descontrol en el reparto del dinero recaudado por la tasa turística
  • Hoteleros, propietarios de apartamentos y cruceros alzan la voz frente a las subidas impositivas
Turistas en Barcelona. EE
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El president de la Generalitat, Salvador Illa, y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, acordaron en su primer encuentro institucional abrir un debate sobre la fiscalidad turística en Cataluña. La propuesta traía cola ya que el pasado julio la Comisión de Economía del Ayuntamiento de Barcelona ya subió al máximo el recargo municipal al impuesto sobre las estancias en establecimientos turísticos. En su reunión, ambos dirigentes pactaron aumentar las tasas a los cruceristas que hagan escalas cortas en la ciudad.

El debate acordado entre Illa y Collboni incluiría, según varias fuentes consultadas, otra de las viejas reivindicaciones del sector: la revisión del fondo para el fomento del turismo. Este instrumento canaliza los ingresos por las tasas a la actividad turística --con la salvedad del recargo aplicado en Barcelona, que gestiona íntegramente la capital-- y se reparte al 50% entre Generalitat y ayuntamientos.

Solo entre abril y septiembre de 2023, el impuesto por las pernoctaciones recaudó 102,5 millones de euros en toda Cataluña. En el caso de Barcelona, la tasa turística es la tercera fuente de ingresos de la metrópolis.

A la vista de este botín recaudatorio, distintas fuentes del sector recuerdan que el destino de estos recursos siempre ha estado en entredicho. Ello pese a que desde su aprobación en 2012 el fondo se ideó para financiar principalmente actividades de promoción turística, recogidas en las cinco rúbricas del artículo 49 de la ley 5/2017.

Duro informe de Sindicatura

Sin embargo, las denuncias han sido constantes. Tanto Confecat como el Gremio de Hoteles de Barcelona criticaron la asignación de recursos cuando en 2017 se cedió más capacidad de gasto a las administraciones locales.

No está claro si la revisión sobre el uso del fondo mantendrá su foco en el turismo o se expandirá hacia otras políticas públicas, como pareció apuntar Collboni hace una semana.

Además, un informe de la Sindicatura de Cuentas, relativo a la liquidación del fondo en 2021, concluyó que "resulta difícil alcanzar unos objetivos que deriven de una planificación turística previa". "Hay que plantearse si con los procedimientos actuales se están alcanzando los objetivos concretos para los que se creó [la tasa]", añadía el documento del organismo auditor.

La Sindicatura iba más allá al denunciar que en la práctica se daban "por buenas" todas las actividades justificadas por las entidades locales que pudieran enmarcarse en algunos de los objetivos de la ley. Sin documentación ni detalles adicionales.

"Se ha observado una falta de justificación de los importes recibidos por diversas entidades locales, y en otros casos se ha justificado un importe menor al recibido", abundaba el informe. Y concluía: "Como consecuencia de esta falta de directrices, la Dirección General de Turismo no efectuaba una revisión detallada y profunda de las acciones que llevaban a cabo las entidades locales cada anualidad".

¿Qué piensa el sector?

Al margen de esta cuestión, el debate sobre la fiscalidad suscitado por Collboni ha encendido las alarmas en el sector. En declaraciones a elEconomista.es, Marian Muro, directora general de Apartur, alerta de que "no se puede poner una tasa turística mayor si te alojas en una vivienda turística que en un hotel". Hay que recordar que el alcalde de Barcelona ha manifestado su voluntad de erradicar de la ciudad todos los pisos turísticos en el año 2029.

Muro sugiere que se sondeen otras posibilidades, como posibles modificaciones del IBI, si se pretende revisar la fiscalidad vinculada al turismo. Por su parte, el Gremio de Hoteles de Barcelona ha propuesto que se extienda la tasa a otras actividades que también hacen caja con la llegada de visitantes.

En el caso de los cruceros, el director de CLIA en España, Alfredo Serrano, pide que la fiscalidad sea "justa y equitativa" para que Barcelona no pierda competitividad frente a otros destinos vacacionales. Además, recuerda que los cruceros contribuyen al 13% del importe recaudado en Barcelona por la tasa turística aunque solo genera el 4% de los turistas que llegan a la capital.

Serrano también llama a valorar la cantidad de visitantes que en verano pasan el día en Barcelona pero no pernoctan en la ciudad. "Duermen en la Costa Brava o la Costa Dorada y vienen usando el tren o el autobús. Son visitantes de día que contribuyen a la congestión pero en cambio no están contribuyendo económicamente con ese impuesto turístico en Barcelona", reflexiona.

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