
El consejo de administración de Talgo se ha reunido de urgencia durante la tarde de este lunes, a las 20 horas, para dara a conocer a sus miembros la llegada de una "muestra de interés no vinculante" por parte de la compañía checa Skoda Transportation acompañado de otros actores españoles. Esta operación, auspiciada desde el Gobierno de España, tiene como objetivo contrarrestar la opa del consorcio húngaro Magyar Vagon, que ha ofertado 619 millones de euros por el 100% de la compañía y que no cuenta con el agrado del ejecutivo de Pedro Sánchez. Talgo comunicará a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la recepción de esta oferta antes de la apertura del mercado, según fuentes del mercado.
La propuesta de Skoda, según varias fuentes, consistiría en plantear una integración parcial entre ambas compañías. Para ello sería necesario tener acceso a la documentación y cuentas financieras del fabricante español —el proceso de auditoría conocido como due diligence—, algo que por el momento no se habría solicitado formalmente.
En su propuesta de integración no se detalla una oferta económica alguna. Distintos informantes aseguran que esta operación no podría considerarse una 'contraopa' al uso, ni se formularía una opa parcial, que se prorratea sobre todos los accionistas. Preguntado por la operación, Skoda no ha querido hacer comentarios: "No comentamos especulaciones del mercado", explican.
Desembarco con apoyos españoles
Pero la checa no ejecutaría sola su entrada en Talgo. La operación, dirigida a tres bandas entre Presidencia del Gobierno, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y su homólogo en Transportes, Óscar Puente, podría ejecutarse de la mano de socios financieros que dieran apoyo suficiente al fabricante para reestructurar su actividad y garantizar su crecimiento en próximos años.
Entre los nombres que se manejan se encuentra CriteriaCaixa, brazo inversor de La Caixa y 'caballo blanco' del Gobierno en su intento de garantizar la españolidad de Telefónica. Preguntados este lunes, la firma dirigida por Ángel Simón se remite a las mismas exigencias que reclamó cuando se reveló la intención del Gobierno por hacerle partícipe del 'rescate' de Talgo de las manos húngaras: contar con un socio industrial capaz de resolver los problemas de capacidad de fabricación y de presentar un plan de generación de valor a futuro. Fuentes de Criteria aseguran que, hasta el momento, no ha habido contacto directo alguno con Skoda Transportation.
Otro posible socio que se ha sumado a las quinielas es la industrial Escribano Mechanical and Engineering. El interés de este fabricante de material de Defensa con sede en Alcalá de Henares fue revelado por El Confidencial semanas atrás, y determinadas fuentes del sector lo etiquetan como un "socio" de Moncloa sin la capacidad financiera necesaria, pero capaz de repetir un desembargo como el ejecutado en Indra. Preguntados por su interés por entrar en Talgo, desde Escribano se han limitado a declinar hacer cualquier tipo de comentario al respecto.
Tampoco es descartable la entrada directa del Estado en Talgo a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). El carácter "estratégico" otorgado por el Ejecutivo al fabricante. Desde Moncloa han deslizado en varias ocasiones la importancia de la compañía en calidad de responsable del mantenimiento de buena parte de la flota de trenes de alta velocidad en manos de Renfe, lo que le ofrece acceso a información sensible.
En la cúpula del Ministerio de Transportes se recela enormemente del posible acceso a los datos sensibles que puedan acabar en manos del Gobierno de Orbán, propietario del 45% del consorcio húngaro Ganz-MaVag que ha formulado la opa sobre el fabricante. Más aún después de que el Primer Ministro magiar haya acudido a visitar a Vladimir Putin en su primer viaje oficial como presidente rotatorio del Consejo de la Unión Europea. Este movimiento ha recibido el rechazo explícito del club comunitario tras la invasión de Ucrania orquestada por el Kremlin. Por esta razón, el titular de Transportes, Óscar Puente, reconoció su intención de frenar la entrada del capital húngaro en Talgo, algo que de momento no se ha producido.