
El complejo acuerdo tripartito para dividir Spirit AeroSystems entre Boeing y Airbus, devolviendo al fabricante de Arlington las enormes instalaciones de fabricación que vendió hace dos décadas, tiene un responsable: Patrick Shanahan. Hablamos del actual director ejecutivo de Spirit, empresa proveedora de los polémicos 737 MAX, que en un plan para enmendar los diversos errores de producción gestó el acuerdo mediante "negociaciones personales" y, además, podría convertirse en el nuevo CEO de Boeing.
El pasado 1 de julio, Boeing anunció que comprará a su mayor proveedor, Spirit AerosSystems, por 7.715 millones de euros. Como productor de todos los fuselajes de la serie 737 MAX, el avión más vendido de Boeing, y de secciones de esas unidades para el resto de sus aviones comerciales, Spirit ha sido responsable de la mayor parte de los notorios errores de calidad en el icono que fabricó la mitad de los aviones que hoy vuelan en todo el mundo.
Según información de The Seattle Times (TST), en apenas cuatro meses después de que Boeing anunciara su intención de readquirir la mayor parte de este proveedor crítico, Shanahan consiguió un acuerdo a través de "negociaciones personales con los altos directivos de los dos mayores rivales en el mundo de la aviación".
En esta línea, Patrick Shanahan, quien fuera un ex alto ejecutivo de Boeing, ex secretario de Defensa interino de la era de Donald Trump como presidente, y designado director ejecutivo de Spirit a fines del año pasado, ya era considerado uno de los principales candidatos para reemplazar a Dave Calhoun como director ejecutivo de Boeing.
Shanahan asumió el control de Spirit en octubre de 2023, cuando el anterior director ejecutivo, Tom Gentile, fue despedido. En ese momento la compañía proveedora de fuselaje a Boeing y a Airbus estaba perdiendo dinero, muy endeudada y se enfrentaba a reiteradas revelaciones de defectos de calidad, según informa TST.
Unos meses más tarde, la explosión en el aire de un panel del fuselaje de un Boeing 737 MAX (un fuselaje construido en Wichita, Kansas, en septiembre pasado, antes de que Shanahan asumiera el mando) precipitó una crisis que aún persiste en Boeing por su "gestión de calidad".
Según el medio de Seattle, parte de la respuesta de Boeing fue aceptar la entrega de fuselajes MAX en la planta de ensamblaje final en Renton sólo si están prácticamente completos y libres de defectos. Los trabajos sin terminar y los defectos que requerían reelaboración habían estado obstaculizando el proceso de ensamblaje en Renton y contribuyeron al error crítico de instalación que causó la explosión del vuelo de Alaska.
La clave de la compra del proveedor
En esta línea, el trabajo en Spirit se redujo drásticamente y ahora cada fuselaje se inspecciona cuidadosamente antes de salir de Wichita, según TST. En palabras del propio Patrick: "Nuestros equipos han realizado mejoras fundamentales en el sistema de gestión de calidad durante los últimos seis meses. Esas mejoras continuarán." Y añadió, "el trabajo que hemos realizado es hacer cambios duraderos, evitando errores en varias operaciones críticas".
Además, sostuvo que el futuro de ambas compañías será "más seguro cuando Boeing recupere en sus propias instalaciones las unidades Spirit que componen todo el fuselaje del MAX y el fuselaje delantero de todos sus otros aviones, además de otros componentes importantes de Boeing".
"La unión de Boeing y Spirit permitirá una mayor integración, unificará sus sistemas de seguridad y calidad y los hará mejores. La nueva organización será más rápida y ágil. Esta es una industria fabulosa, estoy orgulloso de desempeñar el papel de hacerla más fuerte y mejor", afirmó Shanahan.
La advertencia de los analistas
Mientras tanto, Spirit pagará a Airbus 559 millones de dólares para quitarle de encima las costosas instalaciones que producen piezas del A350 y el A220.
Por su parte, los analistas financieros se mostraron escépticos en su evaluación de lo que significará el acuerdo para Boeing. Rob Stallard, de Vertical Research Partners, lo resumió como "bueno para Spirit, bueno para Airbus y menos bueno para Boeing".
Quién es Patrick Shanahan
"Pat es un tipo que sabe cómo construir aviones y cómo manejar a Boeing. Es un hombre muy competente y muy respetado en el mundo de la fabricación de aeronaves. Creo que ocupa la posición de liderazgo en este momento. Como ingeniero y experto en soluciones de fabricación, Shanahan sería una elección inspirada", dijo en marzo el veterano analista de aviación Adam Pilarski, de la consultora Avitas y recoge The Seattle Times.
Después de conseguir el acuerdo con Spirit, Shanahan, de 62 años, que pasa los fines de semana en su casa de Seattle, ahora está posicionado como quizás "el favorito para tomar el control cuando Calhoun renuncie a finales de este año", agrega el medio estadounidense.
En una entrevista exclusiva con The Seattle Times, Shanahan evadió el tema pero no negó su interés cuando se le preguntó si podría ser el CEO de Boeing. "No me corresponde comentar lo que Boeing podría o no hacer", respondió Shanahan. "Estaré atento a que se cierre este acuerdo en Spirit", sentenció.