
Cada avión, en función de sus características, necesita una distancia mínima para poder despegar. Además del tamaño y del peso de la aeronave, existen otros factores que intervienen en la ecuación, como el tipo de superficie y la pendiente, la climatología o la altitud.
Mientras que algunos aviones precisan unos 2.000 metros de pista, otros, en cambio, requiere una pista casi el doble de larga para poder despegar. En cualquier caso, parece evidente que se necesitan más de un kilómetro para que cualquier avión pueda echar a volar. ¿O no?
Con 13 kilómetros cuadrados de superficie, la caribeña isla de Saba forma parte de los países y territorios de ultramar de la Unión Europea. En ella se aloja el Aeropuerto Juancho E. Yrausquin, uno de los aeródromos más sorprendentes del mundo.
Ubicado en la isla caribeña holandesa de Saba, el aeropuerto Juancho E. Yrausquin posee la pista más corta del mundo disponible para uso comercial. Tiene 1,312 pies de largo y solo permite vuelos regionales de aviones turbohélice proporcionados por Winair desde islas cercanas. pic.twitter.com/VW6m77KQHg
— ??????? ??????ó? ?? (@Conradoaviacion) April 26, 2021
Con solamente 396 metros de longitud, está considerada como la pista de aterrizaje más corta del mundo. Cuanta con la peculiaridad de que inicia y acaba sobre acantilados, convirtiéndolo en una de las pistas de aterrizaje más peligrosas del mundo. Y pese a ello, nunca se ha registrado ningún accidente.
No obstante, sobre esta pista no aterrizan aviones convencionales, sino que suelen hacerlo tanto los BN-2 islander como los Twin Otter, dos modelos de avioneta con capacidad para transportar a entre 10 y 20 pasajeros.