
La espera ha terminado y por fin conocemos al pueblo ganador de la campaña 'Juntos brillamos más', organizada por la marca Ferrero Rocher. Tras más de un mes de concurso, la localidad de La Alberca, en Salamanca, ha logrado imponerse a los otros cinco pueblos participantes (Benasque, en Huesca, El Burgo de Osma, en Soria, Iznájar, en Córdoba, Ribadesella, en Asturias, y Celanova, en Ourense. De hecho, ha sido este último municipio (Celanova) el que ha competido hasta el final el primer puesto a La Alberca, mediante una votación popular concluida este pasado domingo.
Así, el pueblo salmantino disfrutará ahora de "una iluminación espectacular, a cargo de Ferrero Rocher, que previsiblemente tendrá un fuerte impulso en el número de visitantes y la dinamización económica", según indica la compañía.
Aunque sin duda supondrá un empujón a su economía, lo cierto es que La Alberca no necesita de luces para brillar. Este pueblo, ubicado en el Parque Natural Las Batuecas - Sierra de Francia, es un habitual en las listas de pueblos más bonitos de España. En su caso, lo hace gracias a una arquitectura tradicional construida a base de madera y piedra, así como a su estructura urbana laberíntica, de calles estrechas, empedradas y empinadas. En sus fachadas, los balcones decorados con abundantes flores, dan color y calor a un pueblo de montaña que respira frío, mientras que los bajos acogen oficios artesanos cada vez más difíciles de ver en las urbes.
Caminar desde la Plaza de San Antonio, a través de la calle Tablado, hasta alcanzar la Plaza Mayor, supone un regalo para los sentidos. No solo para la vista, sino para el olfato y para el gusto, si disponemos de tiempo para saborear la gastronomía local. Aquí, sus embutidos, sus hornazos y el 'limón serrano' (hecho con limón, naranja, huevo duro y chorizo) son de lo más apreciado.
Enclave natural
Para complementar la visita, no hay nada como disfrutar del otro gran atractivo de La Alberca: su enclave. La Sierra de Francia, con valles cubiertos de bosques y numerosas corrientes fluviales, aguardan numerosos senderos que recorrer para los amantes de la naturaleza. También permite visitar su pico más alto, la Peña de Francia, sobre el que descansa la imagen de la Virgen, descubierta en 1434 por el francés Simón Vela. Allí, además de poder contemplar unas magníficas vistas de toda la sierra, se puede visitar su iglesia neoclásica del siglo XVII, su convento del siglo XV o su plaza del siglo XVIII.
El Parque de Las Batuecas posee una riquísima flora, con alcornoques, tejos, madroños, durillos, lentiscos, enebros, entre otras muchas. También de una variada fauna, con aves como el águila real, el halcón peregrino, el alimoche, el búho real o la escasa cigüena negra, así como decenas de especies de mamíferos, como tejones, gato montés, ginetas o nutrias, y poblaciones de cabra montés, ciervos, jabalíes y corzos. Del mismo modo, el parque también alberga una gran riqueza cultural, con pinturas rupestres castros bettones o explotaciones mineras romanas. Merece la pena, si se dispone de tiempo, visitar otros pueblos de la Sierra de Francia cercanos, como Mogarraz, Miranda o San Martín del Castañar.