El terremoto que sacudió a Marruecos durante la madrugada del pasado sábado ha causado un terrible daño al país que, lamentablemente, no deja de crecer. Según las últimas cifras oficiales, el temblor ya se ha cobrado la vida de más de 2.800 personas, mientras que otras 2.500 personas permanecen heridas. A estas pérdidas humanas se suman los daños sobre los bienes inmuebles o materiales, así como un grave perjuicio sobre la economía.
Las provincias de Marrakeck y Agadir, situadas cerca del epicentro del terremoto, han sido zonas tradicionalmente turísticas. Como tal, una buena parte de su población trabajaba en hoteles o apartamentos, en restaurantes, en tiendas de souvenir, etc. Pese a ello, las asociaciones turísticas no han notificado grandes daños que les obliguen a paralizar su actividad, por lo que, en su mayoría, pueden operar con normalidad.
Desde el Minsiterio de Asuntos Exteriores no se insta a los viajeros a cancelar sus planes; simplemente se les recomienda "viajar con precaución", a la vez que se ofrecen una serie de consejos, como mantenerse informados en todo momento, seguir las recomendaciones de las autoridades, consultar si el itinerario se ha visto afectado y, en su defecto, posponer el viaje.
Sin embargo, el temor a nuevas réplicas, la desinformación y la incertidumbre, así como las trágicas noticias e imágenes que llegan desde el país marroquí no son alentadoras, y en consecuencia muchos de los turistas extranjeros que tenían planificado visitar al país están dando marcha atrás a sus planes.
Causa de fuerza mayor
En esta línea, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) consideran que "la gravedad de lo sucedido y la falta de garantías de seguridad son motivos más que suficientes para que el aplazamiento o cancelación del viaje se considere causa de fuerza mayor". Y en consecuencia, "se debe permitir a los usuarios cancelar los viajes contratados sin hacer frente a las penalizaciones que figuran en los contratos".
Esto se traduce en que OCU está instando al Ministerio a que pida a las aerolíneas que permitan a los usuarios cancelar los viajes contratados sin hacer frente a las penalizaciones de los contratos. "No son los usuarios quienes deben asumir las consecuencias económicas de una situación de la que no son responsables".
Hasta que se resuelvan las diferentes políticas de las aerolíneas, OCU recomienda a los viajeros que quieran cancelar sus billetes que indiquen claramente que la cancelación se debe a circunstancias de fuerza mayor. Del mismo modo, aconseja a los usuarioss que conserven toda la documentación del contrato, así como la negativa de la aerolínea a proceder a la cancelación.