
Las últimas vacaciones de Semana Santa han sido la prueba de fuego para que el sector turístico de por borrada la pandemia tras tres años registrando cifras por debajo de 2019. Una prueba de fugo que parece haberse superado con éxito. Las grandes hoteleras ya apuntaban en el mes de marzo que las previsiones eran muy buenas. Sin embargo, no todos los mercados se están comportando igual, bien lo sabe Perú, que todavía sigue lejos de las cifras de turistas que recibía antes del Covid-19, una situación que se ha agravado en los últimos meses a raíz de las protestas que se vivieron en el países en diciembre de 2022 y durante los dos primeros meses de 2023.
"El países lleva varias semanas operativo y recibiendo turistas nacionales y extranjeros. En marzo el promedio de turistas visitando el Machu Picchu ha sido de 1.400 al día y para Semana Santa deberíamos estar por encima de los 2.500 turistas diarios", explica a elEconomista.es Juan Stoessel, consejero delegado de la cadena hotelera Casa Andina y vicepresidente de la Cámara de Turismo de Cusco.
Pese a que en las últimas semanas han ido recuperando el flujo de turistas, los datos siguen todavía muy lejos de los registrados en 2019, cuando el principal monumento del país recibía de media 4.000 visitas diarias. Pese a que las revueltas sociales tras el intento de golpe de estado del expresidente Pedro Castillo han jugado en su contra, la realidad es que el país no había empezado a recuperarse de la crisis del Covid-19.
"Nosotros no nos hemos recuperado del Covid, así como lo han hecho ya todos los otros países de la región. Y una de las razones es porque durante los 17 meses de gobierno pasado no se hizo ninguna campaña de promoción del país. No se informaba nada con respecto al turismo. Perú es muy atractivo, pero el mundo entero compite con nosotros. Y después de la pandemia muchísimos países comenzaron a hacer sus mejores campañas. Nosotros no tuvimos ninguna", explica Stossel.
La mayor parte del turismo que llegaba al país era extranjero, solo en Machu Picchu el 60% de los visitantes era extranjeros, mientras que ahora la situación se ha dado la vuelta y estos a penas representan el 40%.
En números totales, en 2019 el turismo internacional movió 4,4 millones de turistas, una cifra que en 2022 se redujo por debajo de los dos millones. Las estimaciones apuntaban que sería en 2023 cuando se recuperara la barrera de los cuatro millones, sin embargo, las revueltas han atrasado este objetivo un año más y como pronto se recuperarán en 2024.
Para Stoessel también va a jugar a favor del turismo extranjero la construcción de la nueva terminal de viajeros en el aeropuerto internacional Jorge Chávez de Lima (Perú). "Hacia finales del próximo año va a estar listo y eso va a dinamizar tremendamente el turismo extranjero", ha destacado.
Pérdidas de seis millones de euros al día
El Gobierno de Perú informó durante las primeras semanas de las revueltas que el turismo en el país estaba registrando unas pérdidas diarias de 25 millones de soles (5,7 millones de euros) a causa de la conflictividad social. Esto se tradujo que solo entre el 12 de diciembre de 2022 y el 22 de enero de 2023 el país registró pérdidas superiores a los 1.000 millones de soles (240 millones de euros).
Pese a las cifras son alarmantes, el CEO de Casa Andima les resta importancia debido a la época del año en la que se produjeron.
"Lo bueno dentro de la crisis es que ha sido en la temporada más baja del turismo en Perú, que es justamente diciembre, enero y febrero. Si hubiera sido en temporada alta el impacto económico se hubiera multiplicado por cuatro o por cinco", ha detallado. En el país latinoamericano la temporada baja son los tres meses mencionados, entre marzo y mayo es temporada media y la temporada alta es entre junio y noviembre.