Renfe se fija en un nuevo país inexplorado hasta la fecha. La compañía ferroviaria ha mostrado interés el plan para modernizar más de 1.100 kilómetros de red ferroviaria en Canadá y ha sentado las bases de un futuro consorcio con la constructora FCC. El proyecto unirá cuatro de las ciudades más pobladas del país, como Toronto, Ottawa, Montreal y Quebec, y supondrá una de las mayores transformaciones acometidas sobre la infraestructura en su historia. El proyecto del Gobierno de Canadá, que pretende aumentar las frecuencias de trenes, electrificar parte de la red, reducir el tiempo entre trayectos y aumentar la velocidad media en determinados tramos, se encuentra ahora mismo a las puertas de la selección de las tres primeras empresas privadas que trabajarán con la empresa pública Via Rail a partir del próximo verano.
La suma de fuerzas de Renfe y FCC busca confrontar con otras firmas internacionales, a la vista del interés que ha despertado este proyecto ferroviario de alta frecuencia (High Frecuency Rail, en inglés). Ya han formado también sus equipos las francesas SNCF, la Administración Autónoma de Transportes Parisinos (RATP) y Alstom, según las fuentes consultadas por elEconomista.es. La primera fase que recogió las muestras de interés iniciales identificó un total de 54 potenciales socios, entre empresas de transporte, ingenierías y constructoras como ACS o Cintra (Ferrovial). El proyecto está valorado en aproximadamente 4.400 millones de dólares, según las mismas voces consultadas.
El plan de modernización de la red ferroviaria de Canadá se encuentra todavía en sus fases iniciales. El calendario esbozado apunta sin exactitud la puesta en marcha de la fase de ejecución. Hasta ahora, la administración del país ha llevado a cabo varios hitos. Uno de ellos se ejecutó a final de año, con el nombramiento de un equipo directivo para pilotar el proyecto.
El listado de objetivos de los promotores es amplio. Uno de ellos es ampliar el número de pasajeros, hasta alcanzar los 17 millones en 2059, frente a los 4,8 en 2019, al mismo tiempo que se reduce el transporte por carretera en las rutas comprendidas y se produce un trasvase hacia el ferrocarril. Otra meta es reducir el tiempo medio de los trayectos, para unir Toronto con Montreal en cuatro horas y diez minutos o con Ottawa en dos horas y 55 minutos.
Sobre los planes de financiación, Canadá ofrecerá durante la fase de construcción el apoyo del Banco de Infraestructuras de Canadá (CIB), que deberá ser completada con financiación privada.
La alianza con FCC da al grupo constructor una nueva ventana de crecimiento en el mercado canadiense, donde se ha alzado con contratos de la Autoridad de Transporte de Toronto y Metrolinx para ampliar parte de las líneas existentes. El pasado año también se hizo con un contrato para construir, operar y mantener una nueva red ferroviaria de cercanías en el entorno metropolitano de Toronto.
Claves de la futura alianza
Renfe, por su parte, trata de aterrizar en una nueva plaza internacional. La compañía dependiente del Ministerio de Transportes ha probado ya suerte en Europa, con ofertas para explotar líneas regionales y de alta velocidad en Francia o transfronterizas en países como Alemania, en este caso a través de su compañía participada Leo Express.
La compañía checa da pasaporte a Renfe para operar en otros países del centro y el este de Europa, como Austria o Eslovaquia. Fuera de Europa, la compañía ha mirado en infinidad de direcciones. Participa del Tren Maya en un consorcio con DB y es socio estratégico de la alta velocidad a Texas, un proyecto millonario que fue anunciado en 2018 pero languidece ante los problemas que los promotores están encontrando para conseguir la financiación necesaria.
Renfe busca así sumar de nuevo fuerzas con una empresa privada española en un proyecto en el extranjero. El precedente más notable es el del AVE a La Meca, en Arabia Saudí, para el que se forjó un consorcio de 12 compañías tanto públicas como privadas. Con menos suerte, en 2019 exploró Paraguay junto a Sacyr para explotar servicios de Cercanías. Con menos suerte, en 2019 exploró Paraguay junto a Sacyr para explotar servicios de Cercanías en el país.
En un estado más embrionario está el desembarco en la alta velocidad de Emiratos Árabes Unidos (EAU), adelantada por elEconomista.es el pasado mes de enero. La operadora ferroviaria accedió como subcontratista de la ingeniería vasca Sener y la pública Ineco para el diseño de ingeniería preliminar del proyecto de alta velocidad Etihad Rail, promovido por la empresa homónima responsable de la infraestructura ferroviaria.
Para dar cobertura a todos estos proyectos Renfe ha obtenido la autorización del Gobierno para crear la sociedad Renfe Proyectos Internacionales. La decisión ha coincidido en el tiempo con la salida del presidente de la compañía, Isaías Táboas, y su sustitución por Raül Blanco, ex secretario general de Industria. Blanco aterriza en la compañía en la mitad de la ejecución del plan estratégico, que tiene fijado como meta alcanzar el 10% de ingresos de Renfe desde proyectos en el exterior. Con cifras de 2022, ese umbral fija como necesario alcanzar los 412 millones en ventas internacionales.