
La velocidad media de descarga de datos a través del móvil se redujo un 73% con el apagón respecto al día anterior, hasta los 14,64 Mbps: según datos de Speedtest Intelligence. Luke Kehoe, analista de Ookla, ha explicado que el impacto en las redes celulares alcanzó su punto crítico, con el mayor número de conexiones caídas, alrededor de las 15:00 horas, ya que las baterías de reserva en las estaciones de servicio de los operadores se fueron agotando gradualmente antes de que se reestableciera el suministro eléctrico, a lo largo de la tarde noche.
La misma firma de análisis ha asegurado que la proporción de usuarios móviles españoles con una conexión de red estable (con tránsitos mínimos de 5 Mbps de descarga y de 1 Mbps de subida de datos), se desplomó a la mitad. El momento más débil, con un mínimo del 40% de los usuarios conexión, se localizó a las 15:00 horas, y se mantuvo por debajo del 55% hasta bien entrada la noche, por "lo que indica que los problemas persistieron en gran parte del país durante la noche", según Ookla.
Por operadores, pese a que todos tocaron sus respectivos fondos históricos a lo largo de la jornada, "la velocidad media de descarga móvil se mantuvo notablemente superior en Orange (29,89 Mbps) y Movistar (27,25 Mbps) que en Vodafone (11,71 Mbps) y Yoigo (7,97 Mbps) a lo largo del día".
Impacto por operadores
Las mismas fuentes señalan que tanto "Movistar como Orange también obtuvieron un rendimiento relativamente mejor en otras métricas clave, como la latencia multiservidor y la velocidad de subida, y su rendimiento se recuperó a niveles más altos con mayor rapidez al final de la tarde y por la noche que otros operadores".
Todo lo vivido ayer en España, añaden los mismos consultores, "ponen de manifiesto la crucial dependencia de la infraestructura de telecomunicaciones de la red eléctrica y la limitada disponibilidad de baterías de respaldo más allá de las centrales en España". Sin embargo, la situación española contrasta con las de otros países.
A modo de ejemplo, los países nórdicos y Australia han movilizado medidas políticas y mecanismos de financiación para garantizar una continuidad mínima del servicio durante cortes de energía con programas de fortalecimiento que han implicado el despliegue de baterías de respaldo.
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