Telecomunicaciones

Los retos de Ludovic Pech, el hombre que sacará Orange-MásMóvil a bolsa

  • Heydemann confía sus dos principales mercados al CEO saliente y entrante en España
Ludovic Pech, futuro CEO de Orange España y Jean-François Fallacher, futuro CEO de Orange Francia.

Christel Heydemann, nueva CEO del grupo Orange, ha encargado a sus mejores espadas la dirección de sus dos mercados más importantes: Jean-François Fallacher llevará las riendas de la filial francesa y Ludovic Pech comandará la española. El primero ya enderezó el negocio en Bélgica, Rumania, Polonia y España, para ahora recibir el premio y responsabilidad de liderar las operaciones en el mercado doméstico.

Pocos dudan de que se trata de la persona con más experiencia del grupo en la operativa de subsidiarias europeas y, también, el más solvente en la trayectoria de los últimos años. Además de dominar siete idiomas (francés, inglés, alemán, español, neerlandés, polaco y rumano), Fallacher ha contribuido al crecimiento del sector en España, tras largos años de caídas interanuales de los ingresos.

En suelo español, la nueva jefa de multinacional gala ha depositado su confianza en Pech, responsable de encarrilar la fusión de Orange con MásMóvil y, poco después, de emprender la salida a bolsa. Ese salto al parqué podría producirse dos años más tarde de la integración, siempre que la joint venture consiga materializarse. En cuanto esa proyección se haga realidad, Orange disfruta del derecho de adquirir la mayoría del capital de la joint venture en cuanto ponga su valor a cotizar, y bastaría con atesorar un 1% más que los fondos dueños de MásMóvil.

Los movimientos anunciados ayer no se limitan al viaje de España a Francia por parte de Fallacher y a la sustitución de este por Pech, ahora director financiero de Orange Middle East & Africa. También se ha decidido que Fallacher siga íntimamente ligado a España como futuro presidente de la joint venture Orange-MásMóvil. Asimismo, todo apunta a que la dirección financiera del futuro grupo español corresponderá a Pech, mientras que el puesto de CEO será privilegio de Meinrad Spenger, consejero delegado de MásMóvil.

La fusión de Orange y MásMóvil aún no se ha notificado a Bruselas, lo que dice mucho sobre la complejidad del asunto. Ante este panorama, si no surgen sobresaltos, la alianza podría materializarse a partir de finales de este año o principios del próximo, una vez que los reguladores analicen con calma los riesgos de la integración del segundo y cuarto operador del país.

Los expertos consultados por elEconomista.es aseguran que el procedimiento de la compra se estudiará en Fase Dos, es decir, con una vigilancia profunda de las consecuencias que la fusión generará en el mercado, una vez asumido que se dictarán severos remedios capaces de suavizar dichos impactos. Las dotes de persuasión de Pech se pondrán a prueba en Bruselas y, menos probable en Madrid, ya que no parece que la Comisión Europea vaya a delegar la operación a la CNMC, entidad ciertamente avezada para este tipo de fusiones en suelo español.

La importancia de España para el grupo Orange es capital. Se trata de su segundo mayor mercado del mundo, solo superado por Francia, y un país donde la multinacional ha invertido más de 35.000 millones de euros. A lo anterior se añade la segunda red de fibra más extensa y valiosa del grupo y la empleabilidad directa de 7.000 trabajadores. Por si fuera poco, falta por conocer los detalles referidos a España en el plan estratégico que Heydemann compartirá con el mercado el próximo 16 de febrero.

Conscientes en París de que la joint venture de Orange y MásMóvil tendrá un reparto igualitario del capital entre los dos socios, el grupo galo se ha asegurado el control de las cuentas de la futura criatura bajo la dirección financiera de Pech. Entre sus nuevos retos también hay que incluir la gestión de las torres de telefonía móvil de Orange España, los activos de fibra óptica, el negocio con los operadores neutros y mayoristas, la competencia con Telefónica, Vodafone, así como con los gigantes estadounidenses over the top (OTT) y la creciente diversificación de los ingresos en actividades como la banca, la energía o las alarmas domésticas, entre otros.

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