
Pocas cosas son imposibles. Incluso lo más complicado puede hacerse realidad si se convierte en prioridad política y se trabaja con perseverancia en el asunto. Algo parecido piensan estos días en Latinoamérica los observadores del mercado de la telefonía móvil ante la posibilidad de acabar con el roaming en aquel continente. Las miradas esperanzadas apuntan hacia Europa, donde el pasado verano desapareció este tipo de sobrecostes por itinerancia, tanto para las llamadas de móviles como para el consumo de datos por navegación. Pocos acontecimientos han sido tan celebrados en los últimos años en el seno comunitario como el fin de los abusos en las tarifas por las llamadas desde el extranjero. Y ese mismo escenario tiene los visos de llegar al otro lado del Atlántico.
Los pasos más relevantes realizados en esta dirección lo protagonizan estos días Argentina y Chile. Los recientes acuerdos bilaterales ente los dos países permitirán eliminar el servicio de roaming internacional entre los ciudadanos chilenos y argentinos cuando se encuentren desplazados en el país vecino. Primero se abordaría una rebaja notable en las tarifas para así ir allanando el camino. Después, ambos países resolverán las ecuaciones sobre el pago del IVA para, finalmente, acometer la ansiada eliminación del roaming.
Dos años de negociaciones
En el mejor de los casos, el proceso de supresión del roaming telefónica podría prolongarse durante los dos próximos años, según indican los analistas consultados por este periódico.
Los operadores de telecomunicaciones tienen mucho que decir en ese debate, como también sucedió en la Unión Europea, ya que la medida reduciría sus ingresos por intinerancia internacional de forma notable. Al mismo tiempo, las mismas compañías también verían crecer el consumo y el tráfico de sus servicios. En el caso de Europa, el fin del roaming casi duplicó el tráfico respecto al consumo de datos del mismo periodo del año anterior.
La ausencia de un gran organismo supranacional en Latinoamércia-común y vinculante como es lla Unión Europea en el Viejo Continente- es el mayor obstáculo para que los ciudadanos latinoamericanos puedan viajar por su continente sin pagar los actuales elevados precios por realizar sus comunicaciones móviles. Por ese motivo, los movimientos realizados se limitan a dos iniciativas por ahora desconexas entre ellas. Por un lado se encuentra la Comunidad Andina de Naciones (CAN), formada por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, que trabajan en un proyecto relacionado con el fin del roaming en la zona. "La concreción de este ambicioso proyecto consolidará la razón de ser de la Comunidad Andina, que es la eliminación de las fronteras, en este caso una muralla virtual que por muchos años ha significado un alto costo económico para los bolsillos de nuestros ciudadanos", según declaró la parlamentario Mario Zúñiga Martínez, a la prensa peruana el pasado verano.
Por otra parte, la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile) se ha propuesto eliminar el sobrecoste del roaming internacional en 2020, iniciativa en la que también se invitaría a otros países como Ecuador, Argentina, Paraguay, Uruguay, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala y El Salvador.