Telefónica ha renunciado por completo a los derechos políticos que momentáneamente atesora en Telecom Italia para así despejar cualquier duda que pudieran albergar los reguladores brasileños respecto a las segundas intenciones que pudiera tener la compañía española.
Para tranquilizar a Anatel, Agencia Nacional de Telecomunicaciones, el grupo español ha decido comunicar formalmente su pleno desinterés con todo lo que tenga relación con el operador transalpino. Hasta la fecha, la participación de la compañía que preside César Alierta en la filial Vivo y en TIM Brasil, a través de su presencia en el capital de Telecom Italia, había generado multitud de malentendidos por su doble interés en dos compañías rivales.
Esa situación es la que ahora Telefónica pretende aclarar de forma contundente y sin medias tintas. Según el comunicado que ha remitido Telefónica a la CNMV, el grupo español renuncia "de manera amplia, general, sin restricciones y de forma definitiva" a todos sus derechos políticos en relación con Telecom Italia.
En espera de que el CADE, regulador de la competencia brasileño, autorice finalmente a Telefónica la compra de GVT, la multinacional española deja claro su mulo interés respecto a la participación de la que aún no ha podido deshacerse en Telecom Italia. Ese capital pasará a manos de Vivendi en cuanto se formalice la transacción, circunstancia que no debería dilatarse muchas semanas. El grupo español también prevé vender todas sus acciones en la sociedad Telco, también accionista de Telecom Italia.
El pasado lunes, Anatel autorizó el intercambio de acciones entre Telefónica y Vivendi, como parte del acuerdo de compra de la brasileña GVT, por lo que el holding francés puede mantener participaciones tanto en Telecom Italia (8,3% de los derechos políticos) como en Telefónica Brasil (11,3 por ciento).
